➪ CHAPTER FIVE

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A Raku se le hizo algo difícil seguir a Niragi, el chico se fue en auto y conducía muy rápido. Por otro lado, Raku...tuvo que seguirlo en bicicleta.
La chica agradeció que Niragi no se molestará en ver los espejos, ni siquiera noto que Raku se estaba muriendo de un infarto detrás de él.

Cualquiera que hubiese visto a Raku, se hubiera reído una hora entera.

Pero aquello ya había pasado, ahora ya era de noche, Raku se encontraba descansando y a la vez mirando aquel lugar el cual se llamaba "La playa".

— Dios, Que estúpida... — murmuro Raku para si misma. — Yo realmente esperaba una playa, pero bueno.

Quería entrar, quería saber que era ese lugar y porqué Niragi no le quiso hablar de el. Pero a la vez sentía inseguridad, podrían ser puros hombres con malas intenciones o personas locas como el Pelinegro.

Tuvo bastante tiempo para pensarlo, incluso saco un cigarro y comenzó a fumar como si nada, pero al terminar su cigarro, sintió como alguien la comenzó a apuntar por detrás.

— Cobarde, ¿Por qué no lo haces de frente? — pregunto Raku.

Ella no recibió una respuesta, pero si recibió un gran golpe que la dejo inconsciente.

Al despertar, Raku tenía una bolsa en su cabeza, por lo tanto solo veía los rayos del sol, estuvo así unos minutos hasta que por fin le quitaron aquella bolsa.

— Que hermosa bienvenida. — "halago" Raku, vio por toda la habitación, se sintió bendecida al ver dos mujeres hermosas. Una vestida de negro y la otra de blanco y negro, lo que más destacaba de ella según Raku, eran sus lentes. — Si, realmente la mejor.

El sentimiento de ser bendecida acabo cuando vio al Pelinegro con su metralleta en el hombro, un hombre calvo lleno de tatuajes y una katana, otro hombre de lentes que no daba miedo, ni nada así, pero le parecía alguien aburrido y era hombre. A Raku le caían mal todos los hombres y el de lentes no sería una excepción.

— Buenos días. — dijo con una sonrisa la mujer que vestía de negro.

— Son buenos si te veo linda. — coqueteo Raku dedicándole una sonrisa también.

Niragi abrió un poco sus ojos al escuchar a esa pelinegra, que mato muchas personas sin piedad, coquetearle a Mira. Pero aún así sonrió de lado, porque le divertía saber que esa pelinegra tenía ese lado suyo.

— Me disculpo por haberte lastimado. — hablo el señor de lentes y Raku dirigió su mirada hacia él. — Pero nos dijeron que alguien estaba merodeando por el lugar.

— ¿Qué es lo que buscas? — pregunto la mujer de lentes, Raku se quedó en silencio unos segundos, miro a Niragi y luego hablo.

— Busco al amor de mi vida, dinero, sexo, drogas... —Bromeó Raku sonriendo, pero dejo de sonreír al ver que nadie se reía, ni sonreía. — Escuche de este lugar y quería ver qué era. — respondió. — Soy algo curiosa, quería respuestas y pensé que si venía las encontraría.

se pudo escuchar a Niragi soltar una pequeña risa, así que Raku lo miro. — Si, claro. — dijo Niragi con sarcasmo.

En ese momento las puertas se abrieron de la nada y un hombre con lentes, bermuda y una bata, entro. — Tienes razón. — hablo aquel hombre. — Aquí tenemos las respuestas de todas y cada una de tus preguntas.

— Lo dudo... — murmuro Raku y el hombre se le acercó.

— Bienvenida a nuestra autopia, la playa. — dijo el hombre, y después solto una risa. — Está...es la respuesta. — el hombre señaló al frente con una mano y con la otra dió un chasquido.

𝐃𝐈𝐄𝐓 𝐌𝐎𝐔𝐍𝐓𝐀𝐈𝐍 𝐃𝐄𝐖 ⁿⁱʳᵃᵍⁱ ˢᵘᵍᵘʳᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora