''If I tell you, will you listen?
Will you stay? Will you be here forever?
Hold me tight, please don't say again that you have to go....I will be waiting for you''.
(Si fuese yo quien lo dijese, ¿me escucharías?
¿Te quedarías? ¿Siempre aquí estarías?
Abrázame fuerte, no me digas otra vez que te tienes que ir.
...Yo estaré esperando por ti).Bittersweet, Within Temptation.
Me tomó un tiempo darme cuenta cuando lo descubrí, amé todavía más a Kara como pensé que no podría hacerlo ya.
Poco a poco, las charlas a solas con Alex y sus miradas significativas hacia hermana, esa amiga de infancia cobró sentido. Kara... era diferente a los demás. Al principio pensé que debía ser algo muy difícil para ella, y quizás, puede que se lo guardarse todo para sí misma.
Puede que no gustase de hacer preocupar a los otros.
Y entonces... lo supe. Supe que frente a mí, todo este tiempo, había tenido a la persona más fuerte que jamás habría de conocer; lo supe a través de sus ojos siempre dulces, esos que desde que conocí contemplaban a la gente pasar, y aún hoy en día, lo continúan haciendo.
La primera vez que la vi, me dije que la tristeza era capaz de ser bella.
Pero yo estaba equivocada.
Kara jamás ha envidiado nada en su vida. El mundo se había aislado de ella, pero ella nunca se aisló del mundo y decidió seguir viviendo con él. Su mirada atenta a la vida a su alrededor, dulce y gentil, analítica en su introspección e infantil a la vista. No puede hablar, sin embargo, su perspectiva del mundo es mil veces más amplia que la de cualquiera, que la mía o la de Alex.
Puede ver lo que la mayoría pasa por alto y puede hablar en una manera que es bella, solitaria, sencilla e inescuchable a la vez. Mas, sonríe, siempre. Su mente no va más allá de los límites donde comienza la avaricia o el desfortuno; es a tal punto, que me pregunto si acaso ella conoce esas palabras o si tales existen en su lenguaje de señas unimanual.
''Con sólo un amigo en su vida,'' Alex me dijo una vez, Kara sería feliz.''
Ella no piensa como yo, no piensa en enfrentar algo para después salir corriendo; no se cae de repente y me susurra las cosas más extrañamente melancólicas que he oído, tal y como le sucede a Alex. Raramente la he visto ponerse seria, cual si aquella expresión no encajase bien con su rostro.
Y cuando veo sus ojos, es como si la vida se transformase en una luz donde todo parece nada, y la nada es tan... La nada es tan reconfortante.
La nada se vuelve el todo.
Un todo donde Kara jamás ha esperado nada, jamás se ha entristecido por lo que no tiene y jamás se ha desdeñado a otros por tenerlo sin aprovecharlo como deberían.
Es feliz, con lo que uno pensaría que es poco. Es completa, con lo que uno creería que nunca podrá reemplazar ni recuperar en su vida. Es madura, aún si uno que la ve opinase que se trata de una niña inválida que tarde o temprano, descubrirá su dura realidad (y aquí se equivocan, porque hace mucho que ella la ha descubierto).
Empero, Kara es Kara.
¿Y saben cómo es su mundo? Es feliz. Es pobre, limitado, aislado y no puede conocer más de lo que se atreve a entrar a él.
Tal vez, por eso, su mundo es mil veces más bello que el verdadero.
Un toque en su hombro hizo que la mirada afectuosa y verde volviese a la realidad, dándose cuenta de las pupilas azules la observaban con preocupación.
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S I L E N T
AcakLos ojos azules se ocultaron mientras la cabeza negaba, como relacionando todo ello con algo intrascendente y efímero. Y quiso darse la vuelta, como si aquella pelinegra jamás hubiese existido en su vida. "Yo sólo quería ser tu amiga..." Ésta histo...