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Miércoles 16:50

— ¿Chico lindo? He escuchado que te dicen todo tipo de cosas, pero no eso.. ¿Por qué? — Tomás miró al techo intentando pensar.,

— Si lo supiera no estarían aquí.

Martín cayó hacia atras, recostándose en el sillón — A ver, estamos aquí porque desde que viste al pibe alto ese, pensás que sos gay

— Estamos aquí para ayudarte a saber porqué es diferente ese chabon a todos los que te han coqueteado — Tomás miró a Rodrigo confundido, pues él tampoco entendía.

—... Yo estoy por la comida, pero sí, también eso — Habló Germán con un pedazo de pizza a medio masticar en la boca.

Carrera se recostó en el piso, abrazando una almohada, rodeandola con todo su cuerpo. — Igual y estoy exagerando demasiado, sólo me llamó "chico lindo" — Dijo algo desanimado, acompañado de comillas

Al ver su cara, Martín se levantó del sillón y extendió sus brazos al aire para recibir un abrazo de el castaño — Vení, sé que debe ser difícil todo esto, pero estamos acá con vos para apoyarte cuando lo necesites. — Habló con una sorprendente voz suave, en un abrazo cálido y reconfortante para Rodrigo.

Al pequeño abrazo, se le unió Tomás, ambos extendieron uno de sus brazos para que entrara mejor. Al ver eso, Germán solo se quejó rodeando los ojos.

— Dale germi — Sonrió tomi de forma tonta.

Germán se sintió desafiado, dió unos pasos atrás para correr hacia ellos y saltar encima.

Todos se dieron cuenta de su intención e intentaron separarse antes de que empezara a correr — No... ¡NO NO NO! — Gritaron al unísono, pero fue muy tarde, corrió con los brazos extendidos para abrazarlos, causando que los cuatro cayeran al suelo.

Un gesto tan pequeño, hizo olvidar a Rodrigo todo lo que pudo pensar, si acaso estaba jugando con él, o si confundió dos simples palabras.

Continuaron hablando, estuvieron de acuerdo en que carrera debería dejar a un lado lo que pasó ese día, y primero intentar ser su amigo.

Pasaron el resto del día sin hablar más de ello. Quizá tocaron el tema un par de veces, preguntando si alguna vez iban a poder conocer a ese alto azabache.

Jueves 8:11

Todos empezaron a entrar apresurados al colegio, como una estampida dejaban a los que podían atrás, con tal de entrar a tiempo.

Entre ellos estaban Iván, Nicolas, y Tomás, quien por fin se había recuperado después de una semana de estar en cama enfermo.

Todos corrían a los casilleros para dejar las mochilas, agarrar un cuaderno y seguir en su carrera contra el reloj para llegar a tiempo a sus salones.

Carrera estaba en el primer salón, observando burlesco a todos los que corrian, pues él estaba ahí, sentado y preparado desde las 7:30

Nadie entraba a ese salón, curiosamente. Él y un par de chicos más eran los únicos ahí, pero él quería estar con sus amigos.

La profesora entró, extrañada de ver a solo tres alumnos. — ¿Y los demás? Ya es tarde. — Miró su reloj — Rodrigo, ¿puedes cerrar las puertas, por favor? No pienso dejar más tiempo de tolerancia.

— Sip — Se levantó y cerro con seguro ambas puertas, no sin antes ver un poco por las ventanas por si alguno de sus amigos pasaba.

— Gracias. Bien, saquen sus cuadernos y anoten... —

Delivery | RodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora