Serendipia: Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.
Quizá podríamos decir que hay personas que se describen a la perfección con el término "serendipia". En mis términos, las personas serendipia (o personas casualidad) llegan e...
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-Levántenlos.-Ordeno el 'conde'.
Así es, Julieth y Hamlet se habían metido en un gran lio. Estaban a punto de viajar en barco, sin tener conocimiento alguno de esto. El conde desde un inicio tenia pensado algo; iba a llevarlos a ellos, con un simple fin de entretención.
Sus ganas de asesinar, tarde o temprano saldrían a la luz, que cosa mas fácil que llevar sus propias presas ¿No es así?. Aquella droga que había sido consumida por la pareja de hermanos, tenia mucha potencia. Potencia similar a un consumo constante de opio, de la cual, solo el tenia el antídoto.
Más vale prevenir que lamentar. Ya vería en que momento despertarlos. Por ahora, solo se encargaría de organizar su equipaje.
Pronto, seria tiempo de partir.
-Albert -. Hablo Louis, al cerrar la puerta detrás de si.- ¿Podemos hablar?.
Desde hace unos días, había notado como un hombre con antifaz había empezado a irrumpir en el despacho de William, mas nunca menciono nada, pero cada vez le daba mas molestia ver a ese hombre; le recordaba constantemente a Sherlock.
-Claro, Louis.- Dijo con una cálida sonrisa, que al ver que el contrario mostraba una mirada afligida, borro, casi instantáneamente.- ¿Ocurre algo?.
-William...-Balbuceo con dificultad.
Aunque sonase poco creíble, Louis era muy sentimental cuando se trataba de sus seres queridos. Era perspicaz, como sus hermanos, sensible, como cualquier ser humano, pero todo esto lo ocultaba con un rostro gélido, no quería preocupar, ya había sido una gran causa en el pasado cuando estaba enfermo.
-¿Ha pasado algo?- Cuestiono Albert con un tono de voz calmado, intentando implantar eso en el contrario.
- ¿William está bien?.
Estas tres palabras eran una dolorosa combinación a la que no tenían respuesta. William fingía con cualquier persona, ni siquiera Louis sabía cuando mentía o cuando no. Una sonrisa bastaba para dejar la preocupación fuera ignorada, o eso pensaba William.
Todo era completamente diferente al paraíso del que William tanto hablaba.
Sentía que poco a poco, su hermano mayor tenía la tumba en sus pies.
¿Que diablos pasaba?.
Albert no tenia respuesta a esa pregunta, ni él ni nadie.
Aquel bello ser conocido como William James Moriarty era un gran incógnito para el mundo.
Se sabía de que era capaz, más no de sus límites.
- Louis. - Con una cálida sonrisa hablo. - No te preocupes, William está bien, si algo malo le pasara, él nos contaría.
¿Palabras hipócritas con un buen final?.
- Todo estará bien...
"Todo estará bien". Dijo el mentiroso, por calmar la angustia de su hermano y de si mismo.
Ahora, me pregunto; ¿Mentir esta bien?.
Lo más probable es que él responda: "Nadie puede determinar si algo está bien o no, así las razones sean justas".
¿Esas son tus palabras de consuelo, William?.
Querido amo del crimen, no mientas más. No vendrá un Ángel para salvarte.
- Albert- La voz de Sherlock ahora era un poco más seria que de costumbre.- ¿Que le trae por aquí?.
- ...- Albert no respondió, no supo cómo llegó a ese lugar, quería dejar de pensar en todo lo que lo atormentaba.- Me retiro.
Cada vez hay más involucrados, más no soluciones.
No hay romance color de rosa, ¿ terminará en una tragedia?.
Romeo y Julieta no morirán, un romance tendrán y tal vez felices serán.
