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Real

Me gusta besarle las tormentas,
para despejar su gris,
porque el calor de su risa,
era igual al primer rayo de luz solar por la mañana, cálida y suave.

Me gustaba susurrarle mi amor,
palabra por palabra,
porque cada vez que veía sus ojos,
me sentía completa.

Me gustaba su dulce pecho,
en donde pegar mi oído a este, y escuchar sus latidos,
todas las tardes,
me entregaba un pedazo de paz.

Me gustaba su felicidad,
por eso, durante aquella nubosa tarde,
donde rompió mi corazón,
con cada pedazo esparcido, yo, deseé que la encontrara.


Majopa.

Esperanza MarchitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora