T2 Cap 11: Usted No Me Manda, Ellos Si

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Un par de horas más de vuelo y ya todos se encontraban en la base de Diego Garcia, los Autobots bajan del avión y los soldados igual, los gemelos fueron enviados al hangar tres para un cambio de imagen.

—Prepárate para los honores de nuestros compañeros caídos. —Le dijo Lennox a Miia.

—Sí señor. —Respondió Miia.

Unos minutos después de llegar, comenzaron a bajar los ataúdes de compañeros que fallecieron en el ataque en China, ofreciendo los saludos correspondientes, pronto el momento se ve interrumpido para el mayor Lennox, ya que un helicóptero se acerca a la base y baja un hombre de lentes bien vestido, el cual le muestra una hoja a un soldado de guardia en la entrada de vehículos, Lennox fue para allá, pero Miia se quedó junto a Epps.

—Director Calloway, es un honor. —Le saludo Lennox.— Le daría un recorrido por la base, pero no está en la lista clasificada…

—Ahora lo estoy. —Respondió el director, dejando la hoja en el pecho de Lennox.— Orden presidencia, traigo un mensaje para sus amigos clasificados del espacio, provocaron un desastre en China.

Lennox iba leyendo la orden y claro, no le agradó ni un poco como el hombre entró a la base, Miia y Epps entraron a la base en cuanto la ceremonia terminó.

Miia hablaba con Optimus cuando vio a Lennox entrar con el director.

—Ugh, me huele a señorito creído del presidente. —Miia chasqueo la lengua.

— ¿No te agradan los hombres del gobierno? —Le preguntó Optimus.

—De ese tipo no, después de mi experiencia con el S7, ugh. Los únicos que me agradan son todos los uniformados de está base.

Optimus suspiro y pronto comenzó a retroceder para hablar con el director Calloway, Miia fue con Epps.

—Algo me dice que ese viejo dirá una babosada. —Le dijo Miia cruzada de brazos sobre su pecho.

—Solo espero que no nos provoque. —Respondió Miia.

—Ah, yo si le dijo un par de verdades si se atreve a dirigirme la palabra.

—Miia.

— ¿Qué?

—Solo contrólate.

—Sí, sí.

—De aquí nos comunicamos con el alto mando. —Le enseño Lennox al director.— Y aquí es el hangar de los Autobots.

—Su llamada a la defensa está lista, mayor. —Aviso un encargado de comunicaciones a Lennox.

Lennox subió a la tarima del alto mando y se dirigió a la cámara donde el general puede verlo.

—Tenemos información que requiere atención inmediata, señor. —Habló Lennox.— Con su permiso, no podrá verlo, pero quisiera que oyera al líder de los Autobots.

—Proceda. —Respondió el general.

Optimus se comenzó a transformar y Miia no perdía ningún detalle, le sigue impresionando demasiado como es que se transforman, solo por eso, cada uno de los Autobots le logra robar una sonrisa a Miia.

En cuanto Optimus termina de transformarse, voltea ligeramente para ver al director Calloway y sonríe para Miia quien le devuelve con una gran sonrisa.

—Me preguntó, si Dios nos hizo a su imagen. —Dijo Epps.— ¿Quién lo hizo a él?

—Una pregunta de la cual nunca tengamos una respuesta. —Le dijo Miia.

—General, nuestra alianza a evitado seis incursiones de Decepticons este año en diferentes continentes. —Habló Optimus.— Es muy obvio que están buscando algo, pero en el encuentro de anoche recibimos una advertencia… "Fallen surgirá de nuevo…"

— ¿Fallen? ¿Qué significa? —Preguntó el general.

—No estamos seguros, el único registro de nuestra historia estaba en la chispa suprema, pero lo perdimos en su destrucción.

— ¡Disculpe! —Exclamó el director.— Y cuando esa chispa suprema fue destruida, ¿Por qué no salió el enemigo como lo supusieron?

El director Calloway comenzó a subir las escaleras para hablar de frente a frente con Optimus.

—El director Calloway. —Le dijo Lennox al general.— Asesor de seguridad, el presidente lo asignó de enlace.

Lennox alzó los ojos en muestra de fastidio.

—Creo que no recibí ese comunicado. —Dijo el general compartiendo el mismo sentimiento de Lennox.

—Disculpe la interrupción general. —Se disculpa el director.— Con permiso soldados.

Lennox le da el paso a la cámara y se cruza de brazos.

—Después de los daños en China. —Habla el director Calloway.— Al presidente le preocupa que se haga el trabajo. Ahora, bajo el decreto clasificado de cooperación Autobot, ustedes acordaron compartir su información de inteligencia, pero no sus avances en armamento.

—Hemos visto la capacidad humana para la guerra. —Respondió Optimus.— Eso sería más perjudicial que beneficioso.

— ¿Quién es usted para decir que nos conviene o no?

—Con todo respeto. —Habló Lennox.— Hemos peleado juntos durante dos años.

—Nosotros hemos derramado sangre y metal juntos. —Epps se unió a la defensa de los Autobots.

—Soldado, su trabajo es disparar no hablar. —Le respondió el director.

—No me tiente.

—Tranquilo. —Le dijo Optimus.

Miia se rio ante los dos y eso llamó la atención del director.

—Y tú jovencita ¿Qué no deberías de estar estudiando en vez de estar aquí con hombres que trabajan en cosas serias? —Le dijo el director.

La sonrisa de Miia desaparece en cuanto notó el leve ataque de pregunta del director Calloway, ella ve a Lennox y luego a Optimus, va a intentar mantener la calma.

— ¿Y usted no debería de estar hablando de cosas serias en vez de ponerle atención a una soldado más de está base? —Respondió Miia.

—Te irás de este lugar de inmediato.

— ¿O sino que hará viejo?

—Podré expulsarte de aquí y afectar a tu familia, niña.

Miia apretó la mandibula y Lennox sabe que el director ya la cagó.

—De acuerdo, señorito Calloway, ya se aprovechó está vez. —Le dijo Miia subiendo las escaleras.

—General, ella es Miia Witwicky, hermana del joven Sam Witwicky los primeros que tuvieron contacto con el equipo Autobot hace dos años. —Lennox le aviso al general.— Miia, tranquila por favor, estás frente al general.

—General. —Miia le saludo llevando su mano a su frente en posición firme.— Ahora usted, viejo de mierda.

Miia se puso frente a frente del director Calloway.

—Usted a mí no me da órdenes, a los únicos que obedezco sin rechistar son a todos de está base, al general que está presente en modo virtual, a los Autobots y principalmente a Optimus Prime. —Le dijo Miia.— Por si no lo sabe, yo también trabajo aquí con ellos, y nosotros nos encargamos de mantener la seguridad y comodidad para gente que se cree que saben todo de lo que hacemos aquí. —A Miia le cambió el color de ojos a color celeste.— Nos encargamos de que los Decepticons no ataquen a civiles de traseros planos como usted, como para que usted venga aquí y nos salga con cosas que ni la pena de escuchar valen, así que si va a juzgar a una joven por trabajar aquí, le recomiendo que cierre su maldita boca y hable de lo único que vino aquí. Y no me vuelva a ordenar porque sino conocerá de lo que yo soy capaz de hacer.

Una onda de Energon creó una leve interferencia en las comunicaciones y empujó a todos los presentes solo haciéndolos tambalear.

Miia se había enojado y los Autobots saben que cuando ella se enoja, todo se puede ir a la ruina por ello.

Miia por su lado se sentía débil, pero no iba a caer no mientras estuviera delante del director Calloway.

—Miia. —Le habló Optimus mientras extendía su mano.—Ve con Ratchet, es una orden.

Sin oponerse ni decir nada a nadie, ella subió a la mano de Optimus y Ratchet se acercó a él para tomar a Miia y revisarla por quinta o sexta vez en el día, mientras que la charla entre Optimus y el director volvió al ruedo.

—La joven tiene carácter. —Dijo el general.— Pero ¿Qué fue eso?

—Es clasificado, general. —Respondió Optimus.— El mayor Lennox le explicará más tarde el asunto de Miia Witwicky.

—Ahora, volviendo al tema principal. —El director Calloway se aclaró la garganta.— Y los miembros de su equipo, entiendo que llegaron después de un mensaje que envío invitándolos a la Tierra, sin autorización de la casa Blanca…

—Permítame interrumpirle, señor Calloway. —Le habló el general.— Se autorizó aquí y según mi experiencia, el juicio del mayor Lennox y su equipo, siempre a sido, Irre-Prochable.

—Sea como sea general. La posición del presidente es que cuando está en juego la seguridad nacional, ningún mando, es irreprochable. Dígame, ¿Qué se sabe hasta ahora? Solo que el líder enemigo, clasificado como ENB-1 osea Megatron. Se oxida en paz en el fondo del abismo Laurentino, rodeado por redes de detección SOSUS y vigilancia submarina continua. Tambipen sabemos que lo único que queda de su chispa suprema, esta guardada en una de las bóveda electromagnética en una de las bases navales más seguras del mundo.

— ¡Será imbecil usted! —Miia alzó la voz.

Todos miraron a Miia.

—Qué yo recuerde, en un asalto hay un Decepticon que intercepta todas las líneas del mundo y es seguro que con todo lo que dijo, con toda esa información, vaya a haber alguna represalia de ataques Decepticons. —Dijo Miia con una seguridad absoluta.

— ¿Y ya han encontrado a ese Decepticon? —Preguntó el director Calloway.

—Desgraciadamente, no. —Respondió Lennox.— Esa información la obtuvimos de uno de los Decepticons eliminados de los seis ataques, un tal… Soundwave.

—Bueno, y como nadie puede decirme, ¿Qué pretende ahora el enemigo? Encuentro solo una conclusión, ustedes. Los Autobots, están aquí tras de ustedes, ¿Qué más pueden buscar en la Tierra que eso? ¿Fallen surgirá de nuevo? Creo que algo se avecina.

—Una bala en su cabeza quizás. —Murmuró Miia.

—Tranquila. —Le dice Ratchet.

— ¡Hmp!

—Y les preguntó. —Continuó el director Calloway.— Si llegaramos a la conclusión de que la seguridad nacional dependiera de negarles el asilo en nuestro planeta ¿ustedes se marcharían en paz?

—La libertad es su derecho. —Respondió Optimus tranquilo.— Si nos lo pidieran, nos iríamos.

El director Calloway asintió con la cabeza.

—Pero… —Optimus añade algo más.— Antes de que su presidente decida, pregúntele esto: ¿Y si nos vamos y se equivocan?

Calloway ya no respondió más y Optimus dio por terminada la conversación.

—Qué buena pregunta. —Le dijo Lennox asintiendo con la cabeza.

—Qué excelente pregunta Optimus. —Miia alzó la voz.— Si tan solo las cabezas altas pensarán bien las consecuencias, me consta que no estarían de niñitos diciendo estupideces. Porque literalmente, sin ustedes, estamos jodidos.

El director Calloway esta por decir algo y Miia le ve mal.

—Y usted piense bien lo que va a decirme o le meteré sus palabras por donde no brilla el sol. —Le advirtió Miia.

El director Calloway ya tentó el agua con Miia y sabe bien que ella no le a hecho nada sino fuera por los Autobots, por lo que prefirió callar y dejar el asunto por la paz.

—Asesor de seguridad 0, Miia 1. —Sonrió Miia.

—Algún día te meterás en serios problemas, Miia. —Le dijo Jazz llegando hasta ella.

—Mientras no lleguen yo feliz.

—Miia. —Optimus captó su atención mientras camina hacía ella.

—Oh no.

—Ya te llegó uno. —Jazz silbo yendo a otro lado.

— ¡No me abandones!

Miia volteo a ver a Optimus con una sonrisa nerviosa y él solo se cruza de brazos.

—Deberías de respetar más a tus superiores humanos. —Le dijo Optimus.

—Ya respeto a varios superiores en la base. —Le dijo Miia.

—Sabes a que superiores me refiero.

—Poco le importa a ellos si los respetas o no, pero intentaré lo que me pides, pero no esperes mucho, pues dudo que salga de la noche a la mañana.

—Con que lo intentes, es suficiente para mí.

Miia no puede near que Optimus, aparte de ser un Prime, un líder único y sublime, tiene una especie de aura como un padre, Miia le tiene un alto respeto y lo ve como una figura paterna.

—Te diré algo Optimus. —Le dijo Miia.— Siempre voy a respetarte y obedecer fielmente tus órdenes, pues te tengo un gran aprecio, admiración y cariño, eso será para siempre aún si un día muero, será luchando fielmente bajo tu mando.

Optimus le miró sorprendido, pero sonriendo levemente, le agradeció tales palabras.

— ¿Crees que ya pueda irme a casa, Ratchet? —Preguntó Miia volteando a verle.

—Sí, todo está bien en ti, así que ya puedes irte. —Respondió Ratchet.

—Ya extraño mucho a Sam, Moyo, mis padres y a ¡Bumblebee!

Para los mechs fue sencillo ver como los ojos verdes de Miia se iluminaron al decir el nombre de Bumblebee.

Miia bajo de la alta plataforma en la que estaba y fue con Lennox para decirle lo que el doctor, le dijo.

Mientras tanto en lo que él vuelo se prepara para regresar, Miia hizo planes con Mikaela para sorprender a su familia, pues sabe que su madre sería muy obvia y arruinria la sorpresa de su llegada.

—Bien, pasó por ti y a tu casa ¿en cuanto tiempo llegas? —Le preguntó Mikaela por teléfono.

—Iré en un jet del ejército, así que probable en una hora. —Respondió Miia.

—Bien, te veo en una hora entonces.

Miia colgó la llamada y subió al avión, sus ancias por llegar estaban llegando al límite de emoción extrema.

"(¡Ya veré a Bumblebee!)" —Pensó Miia emocionada.

Bumblebee por su lado, había estado un tanto desanimado, pues ni sus compañeros le habían contactado para darle noticias de Miia.

Se enteró del ataque que hubo en China y llegó a ver las noticias con Sam, fue obvio para ellos dos y Mikaela sobre aquella "extraña descarga eléctrica de color azul" en la autopista que golpeó el suelo, fue claro que Miia lo había provocado, eso por el momento le indicaba a Bumblebee que estaba bien.

Pero el triste Cámaro no sabe cuando le verá de nuevo.

"(¿Ya se habrá olvidado de nosotros?)" —Pensó Bumblebee desanimado.

Ella es Miia "Libro 1"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora