T2 Cap 20: La Matrix

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Al llegar al punto del destino, subieron una pequeña colina para que los Autobots pudieran pasar sin ser vistos.

—Estamos en cubierto. —Dijo el gemelo verde.— Debes combinarte con el entorno, disfrazarte con el paisaje ¡Ay!

Bumblebee siguió avanzando y empujó al verde para seguir avanzando, Miia se detuvo a contemplar las pirámides.

—Un rey. —Murmuró Miia.— Un faraón.

—Sin duda alguna, esto fue hecho por extraterrestres. —Suspiro Simmons.— ¡Rápido entren!

—Bee, sin ruido ni escándalos, vayan. —Le dijo Sam.— Miia.

—Estaré con Bee. —Respondió Miia.

Bumblebee abrió la puerta para ella y Miia subió, seguido de ir a buscar un lugar para descansar.

—Ya quería que quedáramos un rato a solas tú y yo. —Le dijo Bumblebee una vez que tomó su forma humana.

—Ni tanto, iré con Sam apenas ustedes se acomoden en un lugar. —Respondió Miia.— Estamos tan cerca Bee, lo siento.

—Lo sé, yo también puedo sentirlo, pero ven aquí.

Miia se rio y se acercó a él para besarlo, Bumblebee llevó su mano a la mejilla de ella para profundizar un poco más el beso con ella.

—Siempre rodeados de peligros ¿no te haz cansado de eso? —Le preguntó Bumblebee.

—No, desde pequeña me a encantado la adrenalina, la emoción, aventuras. —Respondió Miia.— Conocerlos a ustedes a la N.E.S.T., es lo mejor que me a pasado en toda mi vida, por fin siento que tengo un lugar donde trabajar y divertirme a la vez.

—Veo que te ha agradado estar con los demás.

—Estaría perfecto si estuvieras con nosotros, te aseguro que tú también estarías muy cómodo, Jazz te extraña aunque no lo diga.

—Ese enfadoso.

—Pues es gracias a ese enfadoso que te ayudo a dar algunos pasos para que tú y yo seamos compañeros de spark, genio.

—Bueno, solo por eso quizás no sea tan enfadoso.

—Hm.

Bumblebee movió un poco el asiento más hacía atrás y con una mirada a Miia, ella entendió y se paso a estar encima de él.

— ¿Tú crees que algún día dejarás la N.E.S.T.? —Le preguntó Bumblebee.

—Solo habría dos modos de que lo deje, una no te agradará. —Respondió Miia.— Opción número uno: tener que estar incapacitada, pero volvería de nuevo. Opción número dos: morir en acción.

—Nunca.

—Te dije que una de las dos no te agradaría, pero debes de lidiar con eso un día de esto.

— ¿Por qué?

—Bee, la vida de un ser humano es más frágil y sencilla de ser arrebatada, hasta una simple espina de un pez te mata, cosas ridículamente insignificantes nos pueden matar ¿comprendes a donde quiero llegar? —Miia llevó sus manos a las mejillas de Bumblebee.— Una bala que me hiera mortalmente es mi sentencia, mi vida se irá y con ello mi fin.

Bumblebee agachó la mirada, no le agradaba la idea de pensar en la muerte de Miia o la suya propia, pero él por mucho que lo negará, sabe que la vida humana, es más frágil de lo que imagina.

—Ven, vamos a donde están Sam y Mikaela. —Le dijo Miia.

— ¿Por qué no nos quedamos aquí? —Preguntó Bumblebee.— Estaremos solos, nadie nos molestará.

— ¿Por qué me suena más a...? "Te quiero encima de mí, no te muevas."

—En parte también, pero...

—Pues nel, anda vamos, las estrellas se ven mejor desde arriba.

—Hm, bien.

Subieron hasta donde estaba Sam y Mikaela observando las estrellas.

—En Cybertron estábamos mucho más cerca de las estrellas, pero ustedes tienen algo que nosotros no. —Le dijo Bumblebee.

— ¿Qué cosa? —Preguntó Miia recostada en el pecho de él.

—Ustedes tienen grandes y hermosas edificaciones, estás pirámides por ejemplo, sobre tres y junto con las estrellas, lucen espectaculares.

—En el antiguo Egipto, he de admitir que se la rifaron con las construcciones y...

— ¿Miia?

—Tres pirámides, tres estrellas... Ven vamos con Sam.

—Agh, chatarra. —Murmuró Bumblebee de mala gana.

Miia fue con su hermano, Bumblebee tenía cara de pocos amigos, pues el poco tiempo que tienen juntos se esfumó.

—Sam, las pirámides. —Le dijo Miia.

—Lo sé, pirámides y estrellas. —Respondió Sam.

—Sam. —Le llamó Mikaela un tanto enfadada.

—Rápido vengan.

Bajaron las escaleras y volvieron a subir hacía otro piso dentro del edificio en el que se encontraban descasando.

— ¡Simons! ¡Leo! ¡Despierten! —Exclamó Sam subiendo las escaleras.

Llegaron hasta ellos y Miia logró ver como Leo se alejó de Simons por dormir casi encima de él, por el momento aguantaría la risa.

—Leo ¿recuerdas la última clase de astronomía? —Le preguntó Sam.

—No, asistí a la escuela solo dos días. —Respondió Leo.— Haz memoria.

—Vengan arriba, rápido. —Indico Miia.

Sam y Miia subieron las escaleras de nuevo para ir a la terraza, un sonido en la bocina como una especie de alarma árabe comenzaba a sonar.

Sam señaló a las estrellas que sobraban de verse por el amanecer.

—De esas tres estrellas, la última toca el horizonte. —Dijo Sam.

—El cinturón de Orión. —Prosiguió Miia.— También se llama tres reyes, porque tres reyes egipcios hicieron las pirámides de Giza para reflejar las estrellas...

—Es como una flecha para nosotros.

—Apuntan hacía el Este, hacía Jordania. —Dijo Simons.— Las montañas de Petra.

—Tenemos el camino... Bee.

Bumblebee miró a Miia y con una mirada entendió el mal genio de él.

—Los vemos abajo para ir hacía el Este. —Dijo Bumblebee.

Miia siguió a Bumblebee mientras que él bajaba rápido de las escaleras, ignorando el hecho de que Miia le llamaba.

— ¡Bumblebee ya basta! —Exclamó Miia.— ¿Por qué te molestas tan de repente?

—Miia, desde que son fugitivos el único momento que tuvimos juntos fue cuando Optimus cayó y no hemos tenido nada de tiempo y ahora no fue nada. —Respondió Bumblebee.

—Por si no te haz dado cuenta, estamos buscando la única llave para revivir a Optimus y sabes, creo que Lennox tiene razón en una de las tantas cosas que él me a dicho y voy a ponerla por obra.

— ¿De qué estás hablando?

—"No es recomendable que haya relaciones amorosas en este trabajo, pues muchas veces el trabajo militar gana más tiempo que una relación, lo mejor es dejarlo un tiempo y después ver si funciona otra vez." eso fue lo que Lennox me dijo.

Bumblebee no respondió, pero no le gustó lo que escuchó de los labios de Miia, ¿un tiempo? ¿Cuánto sería?

—Vuelve a ser nuestro guardián y llévanos hacía el Este, no sé que estés pensando Bumblebee, pero yo pienso ayudar para traer a Optimus de regreso. —Le dijo Miia con una seguridad que heló la sangre (Energon).

Los demás bajaron y Bumblebee solo se quedó callado y poco después subió al auto y encendió para esperar a los demás jóvenes a que subieran en él y partir hacía el Este.

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Mientras que en las naves militares, en una de ellas se lleva el cuerpo de Optimus y el equipo de la N. E. S. T.

—Advertencia, tenemos problemas con uno de los motores de la nave, tendremos que desviarnos del camino, aligeren la carga. —Aviso el piloto.

— ¿Es en serio? —Balbuceo Lennox.

— ¿Qué motor? ¿Qué sucede? —Preguntó el director.

— ¡Preparen sus paracaídas! —Ordenó Lennox al ponerse de pie.

Todos inmediatamente se levantaron y prepararon su equipo, Lennox debía ayudar al director.

— ¿Conoce el NC-4? —Le preguntó Lennox.

—Claro que no. —Respondió el director.— Nunca he saltado de un avión en buen estado.

—Entiendo.

—Espere, ¿esto es verdad?

Epps le sonrió y lo empuja con su mochila haciendo que pierda un poco el equilibrio.

—Espere, esto es cosa suya. —El director le miró interrogante.

— ¿Ah? ¿De qué está hablando? —Preguntó Lennox.— Escucho al piloto, ellos no se prestan para estas cosas. Es un procedimiento estándar, yo solo recibo órdenes ¿no fue lo que dijo?

Lennox jalo unas cuerdas y apretó fuerte contra el director sacando de él un grito por el tirón.

—Está es la sentencia de muerte en su carrera. —Le dijo el director.

De pronto el avión giro a la derecha y creo una leve turbulencia, la cual asustó al director, pero no a los militares.

— ¿Qué sucede? —Preguntó el director.

—Nada halagador. —Suspiro Lennox.— Venga.

Lennox se llevó al director hasta la compuerta para saltar, mientras que Epps miraba como Lennox Le explicaba el procedimiento de saltar.

—Graben esto, seguro Miia le encantará ver como ese viejo idiota va a volar. —Dijo Epps.

—Apuesto a que abre el paracaídas aún en el avión. —Dijo un soldado que ya estaba grabando.

—Pues que sea al doble. —Respondió otro soldado.

Dicho y hecho, el director abrió el paracaídas y salió volando, los soldados se rieron y Lennox regreso a lado de Epps.

— ¿Se despidió? —Preguntó Epps.

—No, no lo hizo. —Respondió Lennox.— Lastima que no pude grabar.

—No te apures, nosotros nos hicimos cargo, me siento libre sin ese idiota.

—Ni que lo digas, un peso menos. Hay que estar listos cuando sea la hora.

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—Creo que debe de estar por aquí o...

Miia se quedó sin palabras al ver la magnífica arquitectura de gigantescas entradas de piedra.

Avanzaron a prisa, Sam logró impulsarse de un salto para entrar al lugar y Miia tomando impulso de un costado de la pared subió más rápido que los demás.

Bumblebee miró todo a su alrededor asombrado, pero en parte miró que Miia no le observó para nada, ella iba en serio.

"(Quizás fui un poco infantil.)" —Pensó Bumblebee.

—Debe estar por aquí. —Dijo Sam buscando alguna pista que lleve a la tumba de los Primes.

— ¿Si? ¿Por qué? —Respondió Leo.— ¿Por qué lo dijo el abuelo que ni sabe en que planeta está?

—En su defensa, es la puerta más grande que he visto en toda mi vida. —Dijo Simons.

—Ah bueno, eso si, le daré una revisada... Ah, no. Si pensaron que han estado arqueólogos aquí, aquí no hay nada.

—La vida real es dura, se sufre chico. A veces llegas al final del arcoíris y resulta que los duendes se han llevado todo el oro.

— ¿Qué caso le hago? Vive con su madre.

—Se nota que no haz convivido con gente más sabía que tú, Leo. —Le dijo Miia.— La gente sabía es tomada por abuelos y personas que necesitan ayuda, Jetfire sabe donde está y que hacía aquí, que haya quedado atrapado y obligado a permanecer sin hacer nada y envejecer no lo hace menos listo que nosotros.

—Tú por lo visto sales en defensa de todos los robots extraterrestre, ¿Acaso ya te tiraste a todos para ser defensora de ellos?

Miia le soltó una bofetada y le miró con enojo y sus ojos brillaron en un celeste puro.

—Vuelve a abrir esa sucia boca y te haré conocer el infierno antes. —Le advirtió Miia.— ¿Crees que eres el único estresado de esto?

La riña humana paso al olvido pues los gemelos comenzaron a discutir entre ellos, al punto de comenzar a pelear.

Uno de ellos empujó al otro contra la pared haciendo que Sam esquive, pero Miia quedó casi muy cerca del conflicto y por poco la aplastan.

— ¡Miia! —Exclamó Sam al tomar su mano y jalarla.

Bumblebee enfadado tomó a uno y luego al otro para golpearlos uno al otro y después arrogarlos fuera del lugar.

— ¿Estás... bien? —Le preguntó Bumblebee.

—Sí, gracias. —Respondió Miia.

—Miia ven. —Le llamó Sam.

Miia le obedece y con ayuda de Simons comienzan a levantar la pared y pintura hasta dejar al descubierto un pedazo de metal con los símbolos que Sam mira y que también están en el cuerpo de Miia.

—Esos son los símbolos que miró. —Dijo Sam al tocar.— Y los mismos que a ti te salen.

— ¿Será esta...?

—Bee, derríbalo.

Bumblebee asintió y preparó su cañón para disparar y así lo hizo, la presión del aire jalo al interior, Miia perdió un poco el equilibro, pero Bumblebee llevo su mano para sujetarla y así ella no ser jalada por la presión.

—Gracias. —Le dijo Miia.

Entraron a la tumba, Miia miró todo con asombro y hasta con un aire de intimidación, pues los cuerpos de los Primes eran enormes, mucho más grandes que Optimus.

Pronto Sam visualiza la Matrix y se acerca a ella al hincarse, Miia se detuvo a lado de él mirando asombrada la llave que tanto caos se a hecho por su simple nombre.

Sam la tomo con cuidado, pero al levantarla esta se volvió polvo.

Mikaela miró con ternura y lastima a Sam y Miia, pues ambos se quedaron en shock por lo que sucedió.

—Miles de años, hechos polvo. —Dijo Simons.

El sonido de los motores de un avión hicieron que Simons y Leo salieran, dejando solos a los dos Witwicky y Mikaela.

—No puedes salvarlo. —Le dijo Mikaela.

— ¡No! Mira a tu alrededor Mikaela. —Respondió Sam.—No pasamos por lo que pasamos para terminar así. Estamos aquí por una razón, las voces y símbolos de mi cabeza nos guiaron con un propósito.

Sam se quito un zapato y su calcetín para echar después el polvo de la Matrix en su interior.

—Ellos te están buscando por lo que sabes, Sam. —Le dijo Miia.— Esto es más peligroso de lo que pensaba.

—Lo sé, pero también sé que esto funcionará. —Respondió Sam.

— ¿Cómo sabes que funcionará? —Preguntó Mikaela.

—Porque así lo creo.

Sam cerró el calcetín y junto a Miia y Mikaela salieron del lugar, Simons llamo a Sam para que viera los refuerzos, Miia estuvo por avanzar, pero Bumblebee le detuvo.

—Bumblebee déjame pasar. —Le dijo Miia.

No... hasta que... hablemos… —Respondió por la radio.

—No hay tiempo, debemos irnos.

Miia lo rodeó y Bumblebee solo rodó sus ópticos, estaba molesta, preocupada y angustiada.

Mientras que los militares se preparan he instalan solo Epps y su humor junto a Lennox.

—Diez toneladas de metal muerto, espero que el chico y Miia sepan lo que hacen. —Dijo Epps.

—Yo también. —Respondió Lennox.— Miia siempre fue impredecible por lo que veo, Sam no se queda atrás.

Ella es Miia "Libro 1"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora