𝐀𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐄𝐭𝐢𝐨𝐩í𝐚 - Dekubaku -

𝑬𝒑𝒊𝒔𝒐𝒅𝒊𝒐 1

Él sabía perfectamente que el mundo no sería bueno con él una vez que se enteró cual iba a ser su segundo género.

A los 10 años a Katsuki le hicieron la prueba de segundo género por obligación de su institución educativa, era obligatorio para todo niño o niña que tuviera o cumpliera los 10 años.

Desde que el rubio era un cachorro siempre lo vieron como un alfa, creció con elogios y halagos por parte de la gente, su sorpresa fue tremenda al enterarse que había salido omega, la perspectiva que él tenía sobre el mismo no había cambiado mucho, después de todo su segundo género no iba a alterar la persona que él pensaba ser en un futuro, pero las personas no parecían pensar lo mismo, desde aquel día su vida cambió, las personas a su alrededor cambiaron, ya no lo trataban como antes, hasta parecía que lo denigraban por ser él, ¿había hecho algo malo?

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Eran exactamente las 3 de la tarde, a esa hora todos los estudiantes salían de sus instituciones después de un largo día de aprendizaje, la mayoría de ellos se dirigían a sus casas a dormir hasta el día siguiente. El colegio en verdad agotaba a los alumnos.

El rubio iba de camino a su casa, hundido en sus pensamientos como de costumbre. No notó que uno de sus amigos se acercaba por detrás sigilosamente para asustarlo. 

– ¡Buu! – las palmas de sus manos chocaron contra la cintura de Katsuki, haciendo que este se sobresaltará.

– ¡AA- mierda! – asustado y molesto giró sobre su eje para verle la cara a la persona que invadió su espacio personal.

– Esa boquita Bakubro – reía su amigo por la reacción del rubio – JAJAJA debiste haber visto tu cara cuando volteaste JAJAJA

– Cállate.

– Uyyy que mal humor – el pelinegro pozo su brazo alrededor del cuello de Katsuki –, ¿a dónde vas?

– A mi casa, ¿a dónde más podría ir?

– Hmnp un pajarito de por ahí me contó que te dejaron de niñero

– Maldito, ya te dije que dejes de revisar mi celular – gruñó

– Es un pequeño crimen Bakubro, no te preocupes – se alejó de este para caminar unos pasos más adelante y detener la caminata de Bakugou – ¿Qué dices si te ayudo a cuidar al niño o niña? – agarrando de los hombros del contrario y sacudiéndolo un poco.

Katsuki lo miró incrédulo – No. – se le borró la sonrisa a Eijiro.

– ¿Por qué nooo? Será divertido - levantó su pulgar y guiñó su ojo, símbolo de confidencialidad.

– La bruja de mi madre me ofreció como niñero para cuidar al hijo de su amiga y tengo que obedecerla, además me dijo que me iba a ganar unos cuantos yens y necesito el dinero. No puedo llevar invitados, no es mi casa a la que voy. – Katsuki siguió su caminata dejando atrás a un pelinegro con disilusión – Así que, nos vemos mañana pelos de mierda – levantó su mano en señal de despedida.

Eijiro Kirishima, es el único amigo íntimo que tiene Katsuki, los demás son solo conocidos para él. Desde el primer día de secundaria ambos hicieron amistad, aunque al principio no había mucho interés por parte de Bakugo hacía el pelinegro pero eso fue cambiando durante las semanas que Kirishima insistía con él. Katsuki no acostumbraba a hacer amigos porque cuando los hacía una vez que estos tenían consciencia sobre su segundo género lo dejaban de lado, y así fue desde la primaria hasta la actualidad.

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Un pequeño niño de cabellos verdes saltaba sin parar en su cama, estaba en verdad emocionado, ese día iba a ver a Kacchan después de largos meses.