Remind me (Aki x tu)

Capítulo 14

Había conseguido apartarme antes de que me hicieran daño, pero me di cuenta que esas caras también me eran conocidas, solo se me vino a la cabeza todo mi pasado y pronuncié sus nombres con rabia.

--¿Akira, Ren? ¿así que estáis con el idiota de Yuki?-- Me reí de ellos, yo sabía sus puntos débiles así que no perdería esta oportunidad de atacar de nuevo mas adelante.

--Querida ____ cuanto tiempo ha pasado y todavía eres una niñata mal educada-- Akira se volvió a burlar de mi, me habían cogido tanto odio por algo que no hice.

--Pero sin embargo, veo que te has convertido en una mujer con un cuerpo magnifico y aun encima tienes un buen grado de madurez en ciertas cosas, te envidio ___-- continuó la mujer mientras me escaneaba de arriba a bajo.

--No necesito los pésimos consejos de una mujer a la cual le faltan ciertos valores esenciales-- dije notando las intenciones de la chica de burlarse de mi.

—Por una vez que te digo algo bonito te ofendes, mira niña te odio— cambió su expresión divertida a una seria.

—El sentimiento es mutuo, tranquila— continué rodando los ojos.

—Me encanta vuestra discusión, pero tengo ganas de acabar con la muchacha ya— dijo Ren con una expresión aburrida.

—Me temo que lo que pides no va a ser posible, por que no puedo morir ahora— me dirigí hacia él y le observé.

Él ya no era un crío, como todos nosotros había crecido y tenía una apariencia algo distinta, antes era un niño de pelo castaño y ojos azules, su pelo era corto y recuerdo que siempre sonreía. Ahora su pelo tenía una pequeña melena la cual llevaba atada a una coleta a parte de que llevaba una capa la cual cubría su cuerpo.

Luego me acerqué más a Akira, la cual era más alta que yo, siempre había sido más bajita que ella, también tenía el pelo rubio atado a un moño y su ropa era similar a la de una empresaria a parte de llevar gafas y unos guantes, ambos de color negro.

—¿Vas a estar mirándolos todo el día?— Yuki intervino ya que me había dado cuenta de a quien me enfrentaba.

Le miré y negué con la cabeza, a lo que noté una pequeña sonrisa desafiante en su cara.

—Sigues repugnándome tanto, al menos me divertiré si la Jefa decide ejecutarte— terminó por reírse a lo que yo lo miré extrañada.

—No podemos matarte ahora preciosa, pero espero que nuestra jefa lo haga por nosotros— Continuó el siguiendo con la peor de las risas.

—No me atraparéis tan fácilmente, Yuki no soy tan débil como tú— Volví a desafiarlo.

Agarré con más fuerza mi espada y empecé a desafiarlos.

—¿Un tres contra uno? No suena mal— desafié de nuevo, en realidad estaba con un miedo intenso recorriendo por mi cuerpo, ellos eran unos Demonios más poderosos que yo, excepto Yuki el cual era bastante débil aunque tenía un gran carácter.

Me puse en posición de ataque, aún que ellos ya empezaban a usar sus habilidades, las cuales conocía.

—Querida, tienes los días contados, ya nos conoces, ríndete ya y ven con nosotros ahora—  dijo Akira mientras se colocaba bien las gafas.

—Sigue soñando si crees que voy a caer tan bajo, no pierdo nada por arriesgar— desafié nuevamente.

—Ja como quieras querida, pero recuerda hoy no mueres, posiblemente mañana lo hagas ¿quien sabe?— Soltó una risa nasal.

—Ren, hoy no es tu pelea, te pido que te apartes, por favor— se dirigió a su compañero.

—Que fastidio, tenía ganas de derramar más sangre hoy— dijo mirándome con una sonrisa como si me dijera "esta te la sabes" refiriéndose a la gente inocente a la que yo misma había quitado la vida.

Odiaba esa parte de mi pasado la misma que no podía borrar pero podría evitar que todo lo que hice no se vuelva a repetir.

—Voy a acabar con todos vosotros— me enfadé por la acción de Ren, ya que yo sabía la intención que él tenía al haberme mirado así,

—Bueno, nunca está mal soñar— Akira me volvió a tachar de débil, pero a demás de ser una cara bonita era todo lo contrario.

Me dirigí hacia ella con una cara de odio mientras la apuntaba con la katana, la cual dominaba bastante bien gracias al entrenamiento que teníamos todos los de la seguridad pública.

De repente, no estaba en la pelea, me acababa de despertar como de una especie de sueño extraño del cual no me acordaba de cuando me había acostado a dormir. Tenía el traje del trabajo puesto, y no estaba en casa precisamente.

Me encontré en un tipo de casa extraña la cual estaba toda destrozada y llena de sangre, el lugar me resultaba turbiamente familiar, mientras pasaba por ese pasillo cada vez había más sangre, pero estaba yo sola no había nadie más ahí o eso había pensado yo.

En una de las habitaciones me encontré lo peor que podían haberme hecho, mi padre tirado en el suelo estaba muerto. Grité mientras me llevaba las manos a la boca para taparme con los mismos, puesto que había vuelto a presenciar la muerte de mi padre otra vez y me sentía horrible, mis instintos querían salir de esa casa y no seguir mirando en más habitaciones pero había algo extraño que me impedía tener el control sobre mi cuerpo, me sentía como un títere extraño movido por el gusto de una persona.

No me había recuperado del todo, mientras avanzaba por ese extraño pasillo, me sentía cada vez peor, más sangre por todas las paredes y todo lo que veía se me hacía tan familiar pero no sabía exactamente lo que era, pero tenia un horrible presentimiento de todo este asunto y tenía que averiguar qué estaba pasando, entonces me dirigí a explorar las habitaciones de todos los rincones llenos de sangre, se notaba que era reciente por qué no estaba seca y algunas goteaban temía encontrarme con otro suceso traumático pero eso no iba a suceder.