SOLEDAD

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Habían pasado ya muchos días, veía como la gente pronto lo había lanzado al olvido todo lo vivido, nunca lo quisieron para empezar, aunque les dió grandes sonrisas del corazón y los ayudó en lo que pudo sólo para sentirse como en casa, lo intentó varias veces, de verdad que lo hizo, pero al final del día siempre terminaba escuchando lo mismo.

No quería ser rechazado, no les haría daño si era lo que pensaban pero después de ser un cultivador de energías resentidas y el sello tigre de Estigio, todo cambió, pese a ser conocido como el prodigio y primer discípulo del clan Jiang luego de irse fue tratado peor que la basura, ya estaba acostumbrado pero quería intentar cambiar las cosas, al menos una vez más, con la esperanza de que un día, sólo un día, lo quisieran tanto como él pensaba, lamentablemente como siempre, nada salía bien, por más motivado que esté.

Desconsolado, muerto casi en vida, buscaba los fuertes y cálidos brazos de su esposo para perderse en ellos y olvidarse de su pena y así tristemente caía a su cama como la hoja del sauce viejo del viejo patio, viendo la cama vacía esperaba hasta que tres varillas de incienso se quemaran, su amado esposo no llegaba, varias noches había pasado en vela, cayendo en un sueño profundo terminada la quinta varilla, en medio de los sueños más profundos soñaba abrazar a su Lan Zhan, y este como siempre, lo acomodaba sobre él abrazándolo como un oso, entonces el pequeño Wei era feliz, sonriente incluso dormido.

En las mañanas se despertaba esperando encontrar su desayuno del día junto a su amado, más sólo encontró el otro lado completamente frío y lo que había abrazado toda la noche con tanto fervor, no era mas que la almohada, el desayuno era frío, sin el cariño ni los mimos de su Lan Zhan, otra vez solo, sólo el y su Soledad, aún así mantenía su alegría, comió enérgicamente su plato, aún que no era como le gustaba, comida era comida, terminado el desayuno partió nuevamente en busca de su rayo de luz, su segundo jade, el hombre por el que su amor y su corazón bailaban con gran pasión.

El tiempo pasó y la rutina se repetía, ya sabía que su esposo no estaría allí, no lo mimaba como antes, quizás fue muy caprichoso pensó, creyendo que fue un error suyo al no haberse comportado correctamente pidiendo más, decidido a que la rutina se acabe caminó dando brinquitos pensando en una forma de disculparse.

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Por más que pensó y pensó no logró crear una situación en la que se disculpara correctamente, la idea de preguntarle a su retoño, su A- Yuan, le parecía tentadora pero era prácticamente decirle que pasaba y no quería que su pequeño gran muchacho estuviera triste.

Llegó el día de llevar a los Juniors de cacería, y rendido de tanto pensar y sobrepensar le preguntó a su hijo, juntos mientras derribaban a los oponentes idearon un plan para disculparse aunque A- Yuan le repitiera que su padre realmente no estaba molesto, y tal vez el tío Qiren no pudo ayudar más al líder y le pasó el trabajo a su padre, aún así decidió disculparse.

Por los caminos de piedra blanca regresaba un alegre Wei Wuxian, corriendo para ver a su esposo y llevar a cabo su plan, aunque no habían pasado ni 3 días después de aquella cacería nocturna con los juniors. A pesar de su cansancio escucha rumores que dicen que uno de los jades se va a casar.

"De seguro es el hermano mayor, que bien.... aunque... A-Cheng no creo que este feliz".

PERDÓNAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora