3.

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We are...

Pov Omnisciente.

Merlín los había llevado a su laboratorio, no había dudas, no los quería ahí.

- ¿Por qué volviste, Meliodas? -cuestionó la pelinegra-.

- Por que por alguna razón. Nunca regresaste a Liones por mi y no volví a saber nada de Arthur -contestó enojado- ¿Qué planeabas lograr separándome de Arthur, Merlín?

Logró ver a la hechicera fruncir el ceño y mirarlo con cierto enojo, se acercó a él con un aire retador, el rubio no dudo en hacer lo mismo.

- Tu no cumpliste con la única cosa que te pedí como condición para que pudieras estar con Arthur. Te pedí una cosa simple y decidiste callar -posicionó su dedo en el pecho de Meliodas- Arthur te fue fiel, estuvo esperandote por mucho tiempo pero mi paciencia se acabó. Mantente alejado lo más posible de él.

- ¡Me niego! -exclamó Meliodas-.

- Ni siquiera era una petición, Capitán. -retó- Si tu no te alejas de Arthur. Yo te alejaré de él.

Meliodas ya estaba furioso, no lo dejaría así. Apretaba sus puños intentando calmar la ira que crecía dentro de él, de seguir así lo echaría a él y a los demás de ahí.

[...]

Había llevado a su prometida lejos de la entrada principal para que pudiera descansar, le preocupaba que el hecho de cuidarlo estuviera afectando su salud física y mental pero... había algo que lo estaba carcomiendo por dentro, el hecho de estar lejos de Meliodas parecía ponerle inquieto, eso no había pasado con nadie más, era como si todo su ser suplicará estar al lado de rubio.

- Arthur -tomó su brazo con delicadeza-.

- Dime -la miró con dulzura, incluso después de sentirse un poco abrumado por lo que acababa de suceder-.

- Tú... ¿Podrías llegar a amarme?... -preguntó bajando la mirada- Sé que no debes preguntar esto, después de todo, nuestro matrimonio es arreglado y... -sus palabras se fueron interrumpidas por el ojimorado-.

- Claro que si, te tengo mucho afecto y... -meditó unos momentos sus palabras antes de seguir hablando- eres atenta conmigo y muy servicial, sé que si ambos trabajamos en esto, podemos...

- ¿Ser una verdadera pareja? -el contrario asintió-.

Por unos momentos, quedaron en silencio, esperando a que algo ocurriera pero nada pasó. Solo hasta que un guardia interrumpió el crudo silencio.

- Su majestad -saludó el caballero haciendo una reverencia- El reino de Cameliard ha llegado. Esperan su presencia junto a Lady Ginebra para poder ser bienvenidos.

- Enseguida iremos, caballero. Gracias por informarnos -sonrió tranquilamente y en cuanto el hombre salió, de dirigió a Ginebra- ¿Quieres que te lleve en brazos?

- Que amable eres, Arthur pero, me siento mucho mejor -se incorporó abrazando el brazo de ojimorado- Gracias...

Sonrió hacia el pelianaranjado y él regresó aquel gesto. Cuando por fin llegaron a la entrada, se dieron cuenta que el Rey de Cameliard: Leodegrance había llegado junto a su esposa quien se mantenía callada y serena en todo momento.

- Es un placer conocerlo, Rey Arthur. -habló aquel hombre mayor, se mostraba imponente pero para el ojimorado parecía que solo quería presumir-.

Memories of a forgotten love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora