Ace miró el pequeño enigma que ya había jurado en su corazón proteger. Era insondable, de verdad. Un niño que parecía casi un elfo (que en realidad era un hombre) literalmente había caído del cielo a su regazo y todavía estaba gravemente herido por dicha caída. Le sorprendió que el hombrecito hubiera dormido casi todo el viaje de 2 días desde Drum a Arabasta. Después de eso, se sintió aún más culpable al saber que, debido a su estúpida narcolepsia, había lastimado aún más a Midori. Un joven de 17 años, que no sabía su propio nombre, de dónde venía o incluso algunos de los lugares más memorables del planeta. Ace no sabía por qué necesitaba protegerlo, pero tenía el presentimiento de que Midori necesitaba estar con él. Ace sabía que Midori se iría una vez que se hubiera recuperado por completo, pero hasta entonces...
Ace se acercó a la persona más cercana en la calle, un hombre sudoroso que llevaba un gran paquete de tablones de madera, y lo detuvo por un momento.
"Disculpe, señor, pero ¿qué ciudad es esta?" El hombre, que se agachó para dejar su carga en el suelo, lo miró con recelo.
"Esta es Katorea; no estamos realmente en la mejor forma para los turistas en este momento con la sequía siendo tan mala. Si quieres eso, será mejor que te dirijas al oeste a Nanohana". Ace asintió en señal de agradecimiento.
"Gracias señor, pero en realidad no somos turistas, solo nos detuvimos aquí porque mi compañero tuvo un accidente y realmente necesita ver a un médico. ¿Sabe dónde está el más cercano?" El hombre miró más de cerca al hombre dormido en sus brazos y sacudió la cabeza.
"Ese parece estar en mal estado, joven. Hay un médico a unas 2 cuadras a la izquierda que debería poder ayudarte". Ace le sonrió suavemente y se inclinó levemente en señal de agradecimiento.
"Gracias señor, me iré". El otro hombre le devolvió la reverencia y Ace pasó junto a él. La gente en las calles miró con cautela en su dirección y se apresuró a apartarse del camino. Finalmente llegó a una puerta en el lado izquierdo con un estetoscopio pintado y el nombre 'Dr. Enikshu' pintado debajo en caligrafía. Ace empujó la puerta con el pie y entró. El interior de la oficina estaba pintado de un amarillo apagado y sorprendentemente limpio en comparación con el exterior. El médico, que había estado detrás de una puerta, asomó la cabeza y jadeó ruidosamente.
"Oh, Dios mío, Dios mío, este joven ha pasado por un momento difícil, ¿no es así? Colóquelo suavemente en la cama, joven señor, y lo examinaré. Vaya a sentarse allí". Ace lo acostó en la inmaculada cama del hospital y se acercó a sentarse en la silla junto a la ventana, mientras el doctor corrió una cortina para ocultar el área de examen de sus ojos. Ace no pudo evitar sentirse aprensivo; el doctor estaba al otro lado de la habitación haciendo todo tipo de jadeos de desaprobación. Obviamente, algo que el médico estaba haciendo estaba incomodando a Midori porque seguía escuchando pequeños gemidos provenientes de su dirección también. Ace estaba empezando a luchar contra pequeños zarcillos de irritación cuando el doctor abrió la cortina y barrió en su dirección. Se enderezó en su silla y observó en silencio mientras el médico acercaba una silla para sentarse frente a él. El médico suspiró, abrió la boca, la cerró y luego volvió a suspirar.
"¿Qué tan malo es doctor?" El médico lo miró directamente a los ojos y frunció el ceño.
"Me gustaría saber dónde están sus padres y darles una buena paliza por todo el daño que encontré en su cuerpo. Hay signos de desnutrición a largo plazo o hambre y sus articulaciones se han desgastado en un grado considerable para su envejece por trabajos forzados. Su espalda también tiene numerosas cicatrices de lo que parecen ser latigazos. Su cuerpo es todo un gran hematoma en este momento debido a este accidente, pero la buena noticia es que no tiene huesos rotos. Muestra signos de conmoción cerebral, así que asegúrese asegúrese de despertarlo después de cada hora más o menos de dormir. Debería poder funcionar bien después de un mínimo de 24 horas de reposo en cama y los analgésicos son opcionales, pero me atrevo a decir que los querrá ahora mismo". Ace asintió, con el rostro tormentoso mientras asimilaba el veredicto del médico. Él suspiró. Realmente no quería dejar a Midori, pero no tenía otra opción. Necesitaba buscar información sobre ese Teach traidor y sobre si su hermano pequeño ya había llegado a Arabasta. Inmovilizó al médico con la mirada.
