Compromiso#4: Alianza

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- ¿Todos se han calmado? – Pregunto Kunishige con una vena a punto de estallar en su frente por el escándalo de hace unos momentos.

Todos en la habitación asintieron a su pregunta.

Ahora había menos gente que antes, pero en mayor parte se trataba de los niños que vinieron a acompañar a sus padres a la reunión. Con lo tarde que era, solo unos pocos no habían sucumbido al sueño, pero era debido que ya eran mayores de edad y se estaban acostumbrado lentamente a funcionar con menos horas de sueño.

No era algo que le deseaba a un niño, sin embargo, él sabía de antemano que algún intento de persuasión para que los niños disfrutaran un poco más de su infancia no sería bien recibida para los padres.

Los adolescentes que acompañaban a sus padres se mostraban un poco incomodos por estar rodeados de tantos exorcistas extraños. Las más menores veían con curiosidad el ambiente que se había creado después de la última discusión.

La edad estimada de los jóvenes era un aproximado de ocho a catorce años.

Había uno que otro mayor, pero no a la vista algún menor de ocho años.

O lo era hasta que vio el cachorro del clan Yugi entrar nuevamente a la habitación para dirigirse a su padre con otro plato de galletas, seguido por las sacerdotisas que traían bandejas de bocadillos con tazas de té verde como acompañamiento.

Kunishige lo vio caminar hasta su padre como un pequeño pingüino lindo que está feliz con su pequeña cacería exitosa. El pequeño estaba feliz por comer más azúcar esta noche y aún más cuando seguía alejando el plato de las manos hambrientas de su padre.

El anciano solo suspiro por cuantas veces más esta madrugada.

Tan pronto como terminara la reunión, haría que todos se tomaran el día libre hoy.

- Si nadie está en contra de la idea de los matrimonios concertados, los dejare pensar sobre cómo quieren formar sus siguientes alianzas – Fue todo lo que dijo Kunishige antes de abandonar la habitación siendo seguido por las sacerdotisas que lo acompañaban.

El silencio lleno la habitación, nadie hablaba, ni siquiera se atrevían a mirar a las personas sentadas a su lado.

Lo único que rompía el tenso silencio era el crujir de unas galletas.

Tsukasa no entendía por qué los adultos parecían tan incomodos después que el abuelo se fuera a dormir. Pero, eso no era importante.

¡Tenía mochi!

El pequeño agarro un mochi en forma de conejo antes de darle una gran mordida.

Pero antes que pudiera terminar su postre, el pelinegro se sobresaltó cuando una mano se posó sobre su cabeza luego acariciar su flequillo con suavidad.

Era una trampa. ¡Una trampa!

Sin dudarlo, el pequeño giro su cuerpo a un lado para alejar las malvadas intenciones de su papá mientras soltaba un gruñido, similar a la de un gatito defendiendo su comida.

- M-minamoto-sama ¿Ya tiene una idea sobre quien quiere que se convertirá en las prometidas de sus hijos? –

El tonto que se atrevió a preguntar, no se dio cuenta que su codicia de tener al clan Minamoto como un fuerte aliado despertaría el interés de los demás exorcistas que buscaban la misma oportunidad.

- Mi hija es una omega de la edad del segundo hijo –

- Mi Kaito tiene un talento con el khakkhara y su poder espiritual está ligada al viento -

Compromiso Espectral (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora