Consejo 5: Se un caballero.

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— Para mí es toda una victoria— Dijo Vic— Nunca estuviese tan cerca de Maz sin colapsar.

— Supongo que es un excelente inicio, Nero lo hizo muy bien— Franklin se estaba dejando maquillar por Liliana.

— Es una pena que aún sigas aquí.

— No lo sé— Respondió Nero— Comienzo a acostumbrarme a su presencia molesta.

— Se que en el fondo me amas— Nero puso los ojos en blanco ante las palabras del rubio.

— ¿Qué vamos a hacer hoy?- preguntó Liliana mientras colocaba un espejo frente a Franklin, quien le lanzó un beso a su reflejo.

— Oye ¿Y Perry? — preguntó Vic. Nero sonrió divertido.

— Pensé que íbamos a ver una película— Respondió Nero.

— Nada de eso, aún tenemos que hacer cosas inusuales— Dijo finalmente Liliana.

— Pero... Ya lo hicimos... Además— Nero juntó la punta de sus dedos tímidamente.

— Solo hicimos la idea de Vic, yo también tengo una idea y seguro que el súcubo también.

— Pero

— Además la última vez salió perfecto ¿Qué pasa si nos cruzamos con Maz de nuevo?

— Vale, tienes razón, intentemos algo nuevo.

—¿Que ibas a decir antes?- Pregunto Vic.

— Oh, iba a decir que como esta un poco nublado podíamos ver una película de terror.

— ¿Y terminar abrazados en las escenas de miedo? — Liliana asintió emocionada— Tienes razón, mejor nos quedamos, la idea de Franklin seguro es una mierda, veamos la peli.

— No, ya estoy convencido, hay que intentar algo nuevo y salir de la zona de confort. Estoy preparado— Liliana dejó caer su cabeza e hizo un ademán como si cortara sus tripas con una espada, a lo que Vic soltó una carcajada.

— Esta bien— Dijo Liliana desanimada— ¿Tienes una idea de algo que deberíamos intentar? — Observó a Franklin— Mi idea solo funciona si es de noche.

— Opa— Dijo Nero.

— Mmm, si, tengo una idea, pero tienen que seguirme sin hacer preguntas.

— Vaya— Dijo Vic— Ya tengo miedo


— — —


El grupo alzó la vista ante un edificio enorme, de varios pisos, les dolía el cuello al intentar ver el final del mismo.


— Ahora sé lo que sienten cuando hablan conmigo— Franklin era naturalmente alto, pero perdí varios centímetros cuando usaba su disfraz de humano adolescente, por lo que no destacaba tanto.

— Por eso miramos tu paquete, está más cerca— Liliana esbozo una sonrisa.

— Me siento cosificado, eso me gusto— El rubio camino hacia el edificio.

— Entonces ¿A qué clase de extraño, retorcido y erotico lugar nos has traído?- Pregunto Nero.

— Museo de penes, museo de penes— Liliana tenía los dedos cruzados.

— Mucho mejor— Dijo el rubio, abriendo la puerta— Una tienda de ropa.

— ¿Una tienda de ropa? — preguntó el grupo al unísono, con un notable tono de sorpresa.

Operación diabólica: Maz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora