Consejo 8: Sé honesto con tus sentimientos.

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Franklin despertó en la cama de Nero cubierto con una frazada pesada y velas aromáticas. El rubio se estiró buscando a su amigo con la mirada.


— Regresaste de tu viaje— Dijo Nero con una sonrisa— Comiste demasiados pasteles mágicos de Lars

— ¿Cómo llegué a casa?

— De la misma forma que te llevamos a casa de Lil, arrastrándote.

— Vaya.

— ¿Como estas de energía? ¿Necesitas que compremos un pastel?

— Con lo que comí ayer y lo que dormí tengo energía para hoy, no te preocupes. Bueno, es hora de que desayunes algo, Hijo.

— ¡OLVIDA QUE DIJE ESO!

— No— Franklin sonrió malevolamente antes de armar la cama y ponerse un delantal para preparar el desayuno de Nero— ¿Hablaste con Maz anoche?

— Ella no me escribio y no supe como comenzar la conversación ¿Por?

— Creo que la hiciste sentir mal ayer.

—¿¡Tu crees!? — Nero se cubrió el rostro con las manos— No no no. Ahora va a odiarme para siempre.

— O puedes solo hablar con ella y hacerle entender que no piensas lo que ella cree que piensas de ellas, ya sabes el dicho "Hablando la gente se entiende"

— Supongo.... que... tal vez tienes razón— Nero se puso de pie y salio a recoger el correo— ¿Pero como inicias una conversación asi?

— De eso si que no tengo idea, supongo que puedes comenzar disculpandote.

— Alguien dejó un pastel en la puerta, es extraño, está congelado— Dijo Nero dejando el pastel sobre la mesa, antes de buscar un cuchillo para cortar una rebanada.

— ¡No lo cortes!- Grito Franklin

— ¿Crees que tenga veneno? — Nero retrocede un paso, mientras Franklin se acercaba al pastel con una mirada de asombro— ¿De quien crees que sea?

— Lia— Dijo Franklin en un susurro antes de darle una probada de dedo al pastel, sus ojos se agrandaron y dio un brinco en el lugar— Es increíble.

— ¿Puedo probar?

— ¿Es apto para humanos?

— Pues, si no lo sabes tu.

— Prueba, te llevare al hospital si te pones morado.

— ¿Sabes? Mejor guardo el pastel en el congelador. No quiero comerme tu única fuente de alimento.

— Valeee.


— — —


Nero intentaba tomar apuntes de su clase, pero su vista se desviaba a sus amigos, por un lado Liliana estaba durmiendo detrás de su libro de texto, sus conocidos sueños de belleza. Por otro lado, Vic parecía estar concentrado en tomar apuntes, aunque por momentos desviaba su mirada hacia debajo de su pupitre ¿Acaso Vic era un pervertido? Esas dudas se notaron en el rostro de Nero, por lo que cuando hizo contacto visual con su amigo, Vic se vio obligado a mostrarle su teléfono. Vic era la única persona lo suficientemente inteligente como para tomar apuntes y mantener una conversación por mensajes de texto al mismo tiempo. Finalmente la vista se dirigió al rubio, quien anotaba cosas en un cuaderno con mucho esmero. Franklin ya había dejado en claro que sabía los temas que los chicos estaban viendo en clase, asi que lo más probable era que estuviera diagramando su próximo plan con Maz.

Operación diabólica: Maz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora