Almas gemelas

Cuarto Capítulo

- Juan mira la verdad...- Me interrumpió la explicación una vez caminando solos.
- Lola no debes explicarme nada, solo me tomó por sorpresa- Su voz era extraña, como si en verdad no pensara eso. Lo se.
- Se que estas actuando como si no te importara- Le dije y se quedó pensativo unos segundos.
- Me conoces mas que yo mismo- Dijo y sonreí orgullosa. -Mira Lola solo me quedan 4 días contigo y no quiero desperdiciarlos discutiendo-

Solo 4 días, no me bastaban. Si bien mi vuelo salía desde Barcelona e iba a poder despedirme, era muy poco el tiempo que nos quedaba juntos.

Esa tarde la pasamos en la playa, fue un día estupendo. Jugamos a todo tipo de juegos y nos sacamos infinidades de fotos. Por la noche cenamos en el apartamento y luego fuimos los tres a un bar. También fue un lindo momento hasta que todo de arruinó. Y quien podría ser la única persona que interfiera en mi felicidad?

Escuché a Juan hablando por teléfono en su cuarto y no me pude contener, me detuve a escuchar.

"Si Fabiola mi tío ya está bien, cómo estas tu preciosa?"
"Pronto estaré contigo y te compensaré por estos días"
"Bueno descansa, sueña conmigo y extráñame"
"También te quiero preciosa"

Me lancé a llorar y corrí a mi cuarto. Qué estaba pasando? A qué jugaba el? Estaba enamorándome a propósito?

(...)

- Preciosa despierta- Me dijo suavemente. Al abrir los ojos me alegré por verlo, luego recordé que así también llama a Fabiola y todo se vino abajo. Mi plan era actuar como si nada.
- Buenos días- Respondí.
- Porqué esa cara? Que te sucede?- Tan mal actuó? Cómo puede saber que algo me pasa? Me conoce como yo lo conozco a él, es eso.
- Solo es que me siento mal, creo que tengo fiebre- Eso si era cierto.
- Iba a invitarte a pasear pero nos quedaremos todo el día en la cama.
Se acostó a mi lado y me abrazó. Estaba enojada, sin embargo, ese era mi lugar en el mundo. Me hacia feliz.

- Eres feliz?- Me preguntó como si pudiera leerme la mente.
- Si, lo soy. Y tu?-
- Por momentos, este es uno de ellos.- Mi corazón se derritió con semejante declaración, aun así, por lo que había escuchado anoche, me parecía falsa.

Cómo puede estar con ella si su felicidad está conmigo? Quisiera besarlo, su boca al hablar me generaba tanto por dentro que necesitaba exteriorizarlo con un beso. Sentir sus manos acariciandome es lo que mas me gusta.

(...)

Los próximos tres días pasaron volando, era momento de despedirse y yo no podía soportarlo. Quería gritarle lo que sentía, que me bese y se quede a vivir conmigo.
Y se fue. Llore en silencio y vi que sus ojos estaban húmedos también.

- Te escribiré apenas llegue Lola, gracias por aparecer en mi vida para cambiarla- Me dijo y en mi garganta aparecía un nudo. Pero no perdía las esperanzas. Lola no se rinde, Lola es fuerte.
- Gracias por aparecer tu en la mía, adiós Juan- Y esa palabra pinchó mi corazón con miles de agujas.

En la noche, luego de haber llorado por horas, me puse a pensar que lo mejor para ambos era seguir su rumbo. Es el camino fácil, yo no podía simplemente quedarme en España con el y dejar mi vida.
Tengo una hermanita de un año y dos padres que me necesitan.

(...)

*whats app*
Juan: Buenos días preciosa. Que haces?
Lola: Hola acosador. Nada, viendo una película. Y tu?
Juan: Estaba estudiando pero no puedo seguir sin escribirte los buenos días de siempre.
Lola: Ya los estaba esperando. Es increíble lo rápido que pasan los días. Ya mañana viajo para Barcelona.
Juan: Lo se, nos queda una noche y medio día juntos antes de que vuelvas, verdad?
Lola: Así es.
Juan: Será especial lo prometo. Me desnudare y te haré un baile sexy.
Lola: jajaja nunca dejarás de ser un acosador, no?
Juan: Jamas si a ti se refiere 😛
Lola: Y yo creyendo que te importaba mi personalidad antes que mi cuerpo 😞
Juan: Es un conjunto preciosa. Eres perfecta.
Lola: Ay casi me lo creo! Maldito.
Juan: jajajajajajajaja nos veremos mañana! Te esperaré en la estación.
Lola: Genial, a las 18hs. Adiós
Juan: Adiós preciosa.

(...)

Cada vez que lo veía, significaba que iba a estar hecha un manojo de nervios. Dicho y hecho, así estaba.
Tomé el tren junto a Frank con una sonrisa de oreja a oreja, con solo verlo una noche me sobraba para estar feliz.
Pero al llegar y mirar por todos lados, divisé a Manuel. Dónde estaba mi amor?

- Lola dijo Juan que te prepares, tuvo un inconveniente pero pasará por ti en un rato.- Mi corazón volvió a latir. Creí que se había olvidado de mi por un momento.
Llegue al apartamento de Manuel, me duche y me vestí con un vestido de verano, era precioso, blanco con rozas rojas por todo el estampado.

Para que pase mas rápido el tiempo, me puse a ver una película.

*Whats app*
Lola: Juan que ha pasado? Dónde te encuentras?
Lola: Son las 11pm. Estoy preocupada.
Lola: RESPONDE!

Los tildes permanecieron sin color toda la noche, al igual que mis sentimientos.
Juan no apareció esa noche y tampoco la mañana siguiente. Estaba preocupada en serio.

- Dijo Juan que él los llevará al aeropuerto- Me acaba de escribir.
- Está vivo? A mi no me ha contestado y me ha dejado plantada anoche- Comenté en voz baja.
- Al parecer Fabiola está internada- Dijo Manuel haciendo una mueca.

Escuche Fabiola? Cambió nuestra última noche especial por estar al lado de esa zorra? Me dejó plantada por ella? Estoy muy enojada, quiero irme, todo ha sido un error. Pensar que podría haberle dicho todos mis sentimientos y el haberme rechazado me parte el corazón.

Jamas pensé que pasaría pero perderíamos el vuelo si seguíamos esperándolo, decidimos tomar un taxi. Con mi corazón hecho pedazos y la ultima dignidad que me quedaba, hice el papelerío y me dispuse a volver a casa.
- LOLA!- Escuché y volteé. Ahí estaba el, llegando en el ultimo momento para darme ilusiones y luego romperme el corazón con la despedida.
Qué había hecho para merecer este dolor? No se lo deseaba ni a mi peor enemiga. Bueno, de hecho era lo que intente hacer durante tres meses, robarle el novio a Fabiola y que indirectamente él rompiera su corazón.
Me di cuenta en lo mala persona que me había convertido.

- Hasta que apareces- Le dije con una sonrisa que reflejaba mi tristeza.
- Lo siento Lola, te juro que se me hizo imposible- Se quiso explicar y lo detuve.
- Tranquilo, no arruinemos el momento- Y lo abracé con todas las fuerzas que tenía. Lloré y él limpió mi mejilla.

- Te adoro Lola-
- Te adoro Juan-

Y ahí estaba el, del otro lado de la puerta de embarque, viendo como volvía a mi país.
El amor que busque durante toda mi vida, mi alma gemela, mi mitad, se quedaba en la otra punta del mundo.
Sentía que mi pecho se partía en dos, me faltaba el aire, me sentía vacía.
¿Nos volveríamos a ver? ¿Podría volver a sentir lo mismo alguna vez en la vida?
Y la mayor pregunta de todas, ¿el sentirá lo mismo?