1. Mirada inocente.

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Los gemidos de Karl eran tan dulces, eso era algo que Sapnap amaba de él, le fascinaba cuando lo tenía debajo de su cuerpo y podía admirar sus expresiones faciales cada vez que lo follaba.

Habían comenzado a tener relaciones sexuales un día en el que Karl estaba harto de ser el único virgen de sus amigos y no quería esperar el famoso "momento indicado" la verdad es que para él no era necesario. Así que le pidió ayuda a su mejor amigo Sapnap, quien al principio se había negado por miedo a que su relación cambiara, pero después demucho tiempo de suplicas por parte del más bajo, cedió.

Su primera vez había sido increíble, Sapnap procuró hacer que lo disfrute, preguntandole en todo momento si se sentía bien. Incluso al finalizar lo mimó un rato, le hizo su comida favorita y le preparó la ducha, había sido romántico.

Karl no estaba interesado en ninguna persona, pero de vez en cuando sus hormonas se descontrolaban y terminaba convenciendo a Sapnap de tener sexo, tenía sus encantos para que el contrario hiciera lo que él se le diera la gana.

-Sapnap...¿sí lo vamos a hacer hoy?

Karl se había puesto muy mimoso con Sapnap y él sabía lo que significaba.

-Más tarde, déjame terminar unas partidas más.

Sapnap había estado toda la tarde jugando call of duty y sin darle un poco de atención a su mejor amigo quien había venido a visitarlo.

-Es increíble, tienes a un hombre en tu cama y te parece mejor idea ponerte a jugar jueguitos.

Karl se había ofendido. Se tapó con la sábanas y tomó su celular para perder tiempo en él.

-Yaaa, no te enojes.

El más alto se levantó del escritorio, apagando por completo su pc y subió a la cama para acostarse al lado de Karl y así poder abrazarlo.

-Siempre que vienes a mi casa terminamos cojiendo tarde o temprano, no te vas a morir por dejarme jugar un poco.

-Pero quiero que me des atención.

-Siempre te doy atención, todo el tiempo. Siempre estoy atrás tuyo cuidándote, me siento a tu lado en clases, en los recreos, te llevo a todos lados y te compro las cosas que quieres. ¿No te parece que soy demasiado simp?

-Es lo que debes hacer, no te quejes.

-Ya mi amor, no estés enfadado, cambia esa carita bonita que tienes.

Sapnap repartió varios besitos en el rostro de Karl, sabía que eso no sería suficiente para que dejara de estar molesto, así que levantó las sabanas para meterse debajo de ellas y así poder estar más cerca de su cuerpo.

Sus grandes manos se colaron por debajo de su remera, recorriendo la fría piel de su vientre y cintura, aquellas zonas de Karl que tanto amaba tocar.. Mientras los besos bajaron hasta su cuello, se encargó de bajarle el short que traía puesto, deslizandolo suaves hasta quitarselo por sus piernas.

Karl no era ni un poco tímido cuando se trataba de sexo, sus pequeñas manos se encargaron de desabrocharle el pantalón a Sapnap y bajarlo un poco para dejar su ropa interior descubierta.

-¿Si me vas a dejar chupartela?

-La última vez que lo hiciste te ahogaste y casi vomitas bebé.

-Por favor.

-Está bien pero hazlo con cuidado.

Karl chilló emocionado y de inmediato se levantó de la cama para arrodillarse en el suelo.

-Ven, te voy a dar la mejor mamada de tu vida.

Totalmente seguro de sí mismo, espero a que Sapnap se sentara en el borde de la cama para comenzar con el asunto. Terminó de quitarle el pantalón y sus manos se posaron en los bordes de su bóxer para bajarlos, así liberando la gran erección que le había provocado con tan solo un berrinche.

-Provecho, no te vayas a ahogar o me voy a reír de ti.

-Callate, se supone que me debes decir cosas sucias para motivarme.

-Callate tú y empieza o no te va a gustar nada no poder caminar por toda la semana.

Karl quería provocar aún más a Sapnap, sabía que algo que lo debilitaba era su mirada suplicante de "follame, por favor", con sus ojitos de chico que pretendía ser inocente pero no lo era para nada.

-Bebé, no me mires así.

Sapnap cayó en la trampa maligna de su mejor amigo, ahora solo sentía ganas de follarlo hasta hacerlo temblar y escucharlo suplicarle que pare porque era demasiado para él.

-¿Así cómo?

Era un hijo de puta. La mano de Karl tomó el miembro de Sapnap desde la base y comenzó con un movimiento lento de arriba hacia abajo, empezando a masturbarlo de la manera más cruel posible, apretando un poco el agarre de su mano.

-Mierda...así como si quisieras succionarme el alma.

-En realidad quiero succionarte otra cosa.

Su dedo pulgar se detuvo en la punta, haciendo movimientos circulares que enloquecían a Sapnap, quien bajó su mano hasta el cabello de Karl para acariciarlo, haciendole entender que estaba siendo un buen chico.

El calor había invadido por completo la habitación, al igual que los gemidos de Sapnap.

Se mantuvo masturbandolo un rato más, le encantaba verlo echar su cabeza hacia atrás, morderse el labio, maldecir y tirar palabras que no se entendían por culpa del placer.

Estaba listo para lo que iba a hacer. Karl llevó su lengua hacia la base y lamió toda la longitud como si de un helado se tratase. El calor de su lengua estremeció aún más a Sapnap.

-Bebé...por favor.

Aquellas palabras eran las que Karl amaba escuchar. Sin pensarlo un segundo más, abrió su boca para comenzar a introducir su miembro, procurando ser cuidadoso para no rozar la piel con sus dientes. Bajó hasta donde su garganta se lo permitió, Sapnap era demasiado grande para él.

-No te fuerces, hasta donde puedas está bien.

Karl no hizo caso e intentó bajar más. Algunas lágrimas se acumularon en sus ojos al sentir como la punta chocaba contra su garganta, pero igualmente la sensación le gustaba. Subió y bajó repetidas veces intentando hacer su mejor trabajo. No lo hacía nada mal y se notaba tras cada gemido que el contrario soltaba.

-Buen chico, eso es.

Oírle decir aquello le descontroló aún más las hormonas, quería que Sapnap se adueñara de él y lo cojiera tan duro que podría olvidarse de su propio nombre. Siempre terminaba con sus piernas temblorosas, el rostro lleno de lágrimas por haber llorado de placer y completamente mojado por sus propios fluidos y los de Sapnap en todo su cuerpo. ¿Cómo no iba a estar obsesionado con tener sexo si se lo hacía tan bien?

Karl se dejó llevar y Sapnap no pudo evitar pensar en lo bien que se veía de rodillas chupandosela, con sus mejillas sonrojadas e intentando tomar aire cada vez que sacaba su miembro por completo de su boca y lo volvía a meter casi al instante.

-Karl...voy a correrme.

Él lo miró y al instante se separó.

-Hazlo en mi cara.

Nuevamente comenzo a masturbarlo, ahora más rápido. Pocos segundos después el mayor tuvo su orgasmo y se corrió en el rostro de Karl, dejando que su semen manchara cada parte de su piel.

-Me gusta que te corras en mi cara, ¿pero sabes donde me gusta más?

-Dime...

Sapnap aún no podía recuperar el aliento y sabía que Karl estaba más hormonado que nunca, sin dudas no lo iba a dejar en paz hasta que estuviera satisfecho.

-Me gusta más cuando te corres dentro de mi, ¿lo harás?

Karl se encargó de quitar con sus dedos todo rastro de semen y no dudó en llevarlos a su boca para lamerlos, sabía tan bien.

-Lo haré todas las veces que quieras.

sweat - karlnapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora