Capítulo 1

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01

Namjoon iba de camino a casa de su novio, Seok Jin, ese pequeñito y tierno chico que le robó el corazón con solo una mirada o, más bien, con solo un tropiezo.

Nam lleva a Jin con regularidad, ya que pensaban que el camino era mejor si tenían compañía y bueno, aquel sentimiento era mutuo. Además de que Seok Jin generó un gran apego hacia él después de que su hermana se fuera, porque sí, Namjoon en algún momento logró representar para el castaño un «hermano mayor». Que, irónicamente, ese título pasó a ser un enamoramiento.

—Señor Kim —Nam entró a la casa, seguía siendo tímido a pesar de que ya habían transcurrido varios años desde que se ganó la confianza de los padres de su novio—, buenos días. Vine por Jin.

—Buenos días Namjoon. Adelante, él aún no se quiere levantar de su cama, dice que quiere que tú vayas a verlo —el señor soltó una pequeña risa—. ¿Crees que sea mucha molestia que tú lo levantes?

—Para nada señor —negó, comenzando a pensar en lo bonito que era Jin cuando no quería salir de su cama o en cómo se despertaba: con el cabello alborotado, los ojos entrecerrados y sus esponjosos labios siempre de un tono rosa claro entreabiertos.

A Jin nunca le gustaron los cambios, sobre todo en sus horarios, pero, cuando le convenía (en este caso, por ejemplo) era capaz de modificarlo por completo. Hacer que Namjoon lo fuera a despertar se estaba volviendo parte de su rutina.

—En ese caso subiré.

—Claro, Hyesoo está con él en su recámara —se dirigió de nuevo a su asiento donde continuó trabajando con el ceño levemente fruncido y su taza de café en la mano.

El pelinegro subió rápidamente para ir con Jin. Cuando ya estaba en la puerta de la recámara, pudo visualizar una pequeña bolita enrollada entre las cobijas. Con cuidado de no asustar a su novio, se trepó en la cama y destapó con calma a Jin, apreciando su rostro. Hermoso fue lo único en lo que pudo pensar. Comenzó a dejar muchos besitos por su frente y nariz; lo que provocó cosquillas y, por ende, que Jin despertara.

—N-Namu —habló aún con los ojos entrecerrados y algo adormilado aún.

—Hola, Jinnie —sonrió a la par que provocaba que se enderezara en la cama con tanta delicadeza como si temiera que se rompiera—. Es hora de ir a la escuela, bonito.

Jin, se tapó nuevamente con la cobija y se recostó en la cama, en verdad no quería salir de aquel lugar y lo estaba demostrando.

—Llevo media hora tratando que deje de taparse y trato de evitar que vuelva a dormir, pero no puedo, hace lo mismo —contestó su madre.

—Usted no se preocupe por eso —se acercó nuevamente a Jin—. ¿No te vas a levantar? ¿Eso significa que no vas a ir conmigo al lago? ¿Jinnie me va a dejar pescando solo? —dijo con un tono un tanto meloso y con un puchero en sus labios, haciéndolo ver más creíble.

Claro que eso funcionaría, porque le gustaba estar ahí, pescando, lejos de todo y solo con Namjoon que a su parecer era la única persona que lo tomaba en serio, sin tratarlo relativamente diferente por su condición.

—Nam... va a ir conmigo.

—Claro que sí mi hermosa lunita. Así que deberías de pensar en levantarte, lavarte ese hermoso rostro que tienes y vestirte con la bonita ropa que usas siempre —notó que Jin frunció el ceño—, bueno, el uniforme. Pero te queda demasiado lindo y por eso... Ya sabes, sí, bonito —sonrió nervioso y esta vez acunó el rostro de su novio entre sus manos e hizo que sus narices se juntaran a la par que hacían un poco de fricción, lo que logró sacarle una risita a Seok Jin.

Moon || NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora