Capítulo 5

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Pasó una semana más de la prevista para que Jin se sintiera relativamente normal una vez más.

Estaba más que claro que era un chico difícil, pero no era su culpa.

Las clases transcurrieron como siempre. Namjoon y Jin estaban en el estacionamiento del colegio, teniendo una ligera discusión porque el hecho de ir al centro comercial en un día en el que no estaba planeado era una falta de respeto para Jin, casi una atrocidad y el pelinegro le hizo saber que no era verdad, que a veces salirse de los horarios o de la rutina estaba bien, aunque claro, Jin no creía en esas cosas.

Pensándolo bien, qué más daba. No tenía nada que perder, ¿verdad?

Tal vez, el castaño ya estaba dispuesto a hacerlo, solo era cuestión de que alguien lo alentara a seguir con su idea, alguien que lo hiciera salirse de su zona de confort y ese alguien era nada más y nada menos que Kim Namjoon.

Sí, hoy se saldrían mucho de la rutina.

—N-no. Jinnie no va a ir a-adelante —dijo con miedo, toda su vida había ido en el asiento trasero derecho desde que salía de casa y después del mediodía cambiaba de lugar al asiento trasero izquierdo, pues la posición del sol variaba todo el día. Y esa rutina resultaba ser diferente por cada estación del año.

—Por favor, es solo una vez, ¿sí? —Jin negó y Nam suspiró algo cansado—. Vele el lado positivo; tal vez te guste y si eso pasa, tu nuevo lugar será de copiloto. Además, te voy a tener a mi lado todo el tiempo —insistió Namjoon con voz dulce—. ¿No sería lindo?

Oh no, esa voz no. Al parecer, Namjoon no sabía que cuando se dirigía a Seok Jin con ese tono de voz, era mucho más fácil persuadirlo. Una estrategia que no conocía, pero que inconscientemente le funcionaba.

Jin se quedó pensando por unos segundos y bueno...

—No, no, no —una negación con la cabeza se hizo presente por cada monosílabo que pronunciaba.

—En ese caso, tendremos que ponernos rudos —tronó sus dedos, cual persona que estaba a punto de lazar un golpe inesperado a su oponente. Aunque claro que solo era una broma, cosa que el castaño no entendió. Sí, Nam se olvidaba de manera recurrente el hecho de que Seok Jin no entendía aquello.

—¿Rudos? —estuvo a punto de soltar una carcajada, pero odiaba su risa; era estruendosa y molesta, entonces no lo hizo y lo sustituyó por un "jaja" que cualquiera pudo haber confundido con sarcasmo, pero así era como Jin expresaba la risa, eso seguido de una sonrisita burlona—. Ni, ni que fuéramos pandilleros de, de los setentas para decir esas, esas cosas. Como experiencia de víctima de acoso escolar por años, te, te diré que una frase común que, que me decían era: "Tienes cinco segundos para correr antes de que termines llorando en el suelo". Puedes u-usarla si quieres, así es, es más creíble para mí.

Citó a Sanhee, un chico que le había comenzado a molestar desde que había entrado a esa escuela. ¡Exacto! Desde los doce años ese chico intentaba hacerle la vida imposible, eso sin contar a las innumerables personas que lo trataban mal casi desde que nació.

Lo dijo con tanta frialdad que Namjoon pensó que Jin no sentía ninguna clase de emoción al recordarlo. Pero no le daría más vueltas al asunto y siguió con lo que estaba a punto de decir.

—Permíteme citar a uno de tus pintores favoritos —comenzó, evadiendo el otro tema—, y ya sabrás tú si me haces caso o no —aclaró su garganta—: "¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?" —dijo con tanto sentimiento que parecía que estaba declamando la poesía más linda del mundo.

Moon || NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora