¿Love? // China x Japón // Violentómetro(?

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Vivir.
Sufrir.
Morir.

Una cálida tarde más, es primavera, los arboles florecen y le dan una nueva vida a las hermosas flores, es igual a la relación de China y Japón.
Cada estación nueva, es un período más que han pasado juntos, sea con problemas o con bien, con salud o enfermedad, con dinero o con pobreza. Ellos se aman, los obstáculos de la vida no son un impedimento para amarse tal y como son, llevan 10 años juntos, celebrarán su aniversario de bodas el próximo mes, tienen todo preparado y organizado para este importante evento, sus prendas, el lugar, el alquiler de unas lindas decoraciones naturales, debido a que es primavera, lo adecuado sería decorar todo el local con flores decorativas, colores alegres pero sin perder la elegancia, no desean que su celebración se vea simple, barata y con poco esfuerzo, debe ser algo que deje impresionado a los demás, que tomen fotografías hasta que la batería de sus cámaras se agoten, degustar cada uno de los alimentos hasta que su estómago no resista más platillos exquisitos, a ambos chicos les encantaría que sus invitados queden estupefactos ante los detalles.

Algunas amistades del japonés, decidieron prepararle una sorpresa y obsequio en agradecimiento a la invitación a su fiesta. La mayoría de países son conscientes de que, para poder recibir una invitación de Japón o China, deben ser muy buenos amigos de ellos, o, en todo caso, ser admirados por ambos asiáticos, es un honor ser invitado por ellos. Son hombres reservados y aislados de los demás, decidieron vivir fuera de la ciudad después de que un paparazzi tomara una foto de Japón desnudo temiendo intimidad con su prometido, hay ciertos programas de televisión
que viven gracias a las acciones que realizan personas importantes y/o famosas.
Dejando de lado ese tema, sus amistades: Corea del Sur, Corea del Norte, Filipinas, Tailandia y Taiwán, decidieron invitarlo a cenar en un restaurante lujoso, con platillos originales de Francia, el restaurante queda ubicado en el centro de la ciudad, una de las zonas más costosas de vivir, dónde solo la clase alta puede ir, mientras que los de bajos recursos, pueden seguir muriendo de hambre.

Japón se encontraba tomando una ducha, limpiando su delgado y delicado cuerpo, en las mañanas suele salir a correr para evitar enfermedades o contracciones musculares, además, es una forma de desahogo. Esta mañana, cuando volvió del parque más cercano, olvidó ducharse, pues, su novio lo estaba esperando con el desayuno listo, no podía permitir que los alimentos que consiguen con tanto esfuerzo, se enfríen por su culpa, así que, apenas llegó al comedor, se despojó de su abrigo y con un veloz movimiento, tomó asiento al lado del chino, agradeciendo por los alimentos y un día más de vida.

Fue un desayuno realmente delicioso. Huevos revueltos, tostadas artesanales recién salidas del horno, manteca a temperatura ambiente, perfecta para las tostadas, no olvidemos su taza de café, granos de café puro y natural importados de Perú, molidos de manera artesanal, no hay nada mejor que los productos hechos a mano, la mayoría son saludables y exquisitos. Terminó su baño, relamiendo sus labios al recordar el sabor del café puro, esa pizca de azúcar que le da un toque delicioso, sin duda alguna, otra mañana perfecta.

— Cariño mío, ¿terminaste de ducharte? — En un pestañeo, el chino ya se encontraba dentro de los servicios higiénicos, llevando en sus manos una suave toalla de color blanco, ordenada en forma cuadrada, al parecer, Japón había olvidado traer una toalla antes de entrar a la bañera — ¿Elegiste tus prendas? —

— ¡Ay! China. . Amor, te he dicho muchas veces que, por favor, toques antes de entrar a algún lugar, por respeto y privacidad de los demás. — Tomó la toalla para así poder cubrir todo su cuerpo, las gotas de agua resbalaban alrededor de toda su estructura, un escalofrío recorrió su espalda baja, no fue la mejor idea ducharse con agua tibia, sabiendo que el clima es cálido y a veces el aire llega hasta su baño gracias a la ventana — Sí, tengo todo listo en nuestra habitación, ¿a qué se debe la pregunta? —