Lunes, 14 de febrero de 2050. 5:30 de la tarde.
Helena Sato Kotal parpadeó frente al acuerdo de divorcio frente a ella, su expresión era por lo menos irónica. No le sorprendía. Había esperado este día por unos largos cinco años.
— Todo está dividido de acuerdo a la ley — el hombre frente a ella no tenía expresiones en su rostro — Te he tratado justamente. Ahora fírmalo.
Helena leyó cuidadosamente el acuerdo y levantó una ceja. De hecho, todo estaba dividido correctamente, incluso se le dio un 5% de acciones del Grupo Cortés. Una sonrisa que no era una sonrisa se poso en el rostro de la hermosa mujer.
— Estas acciones.... Retiralas. No quiero tener lazos con tu empresa después del divorcio, ya sacrifique muchos años a ella, y eso era porque estábamos casados. Después de esto ya no tendremos nada que ver el uno con el otro, en todas las esferas de relacionamiento.
La expresión del hombre se puso rígida por un momento, pero volvió a la normalidad en dos segundos, solo los sentimientos de perdida pasaron fugazmente por su mirada.
Helena tomó la pluma estilografica y estaba a punto de firmar cuando la puerta se abrió de golpe.
— Hermana mayor.... lo siento... lo siento mucho... — la mujer con lágrimas en la cara se parecía a Helena en un 60-70% pero era menos deslumbrante que ella. Esta mujer era Haydee Sato Kumar, su media hermana hija del segundo matrimonio de su padre; pero en realidad era solo dos años menor que Helena, lo que indica que su padre había engañado en múltiples ocasiones a su madre.
— Ya que lo sientes... Entonces aborta al bastardo en tu vientre — Helena sonrió con desdén.
— ¡Helena! — el hombre vestido de traje parecía irritado. Y Haydee parecía asustada, escondiéndose en los brazos del hombre.
— Humph! Eso pensé — Helena puso los ojos en blanco — No desperdicies esas gotas que inducen al llanto conmigo, no despertara en mi el más mínimo sentimiento de lástima. Es más, tu actuación mediocre me repugna.
Haydee apretó los dientes con odio destellando en sus ojos.
Helena no dilató más esta incómoda reunión y firmó sin problemas los papeles del divorcio.
El hombre de traje parecía a la vez aliviado y decepcionado.
— Mariam, ayudame a empacar mis cosas — Helena llamó con buena voz a una de las empleadas domésticas en las que más confiaba.
— Si señora — Mariam respondió con respeto.
— Ya no más “Señora" — Helena sonrió con desenfreno — De ahora en adelante, vuelvo a ser la Señorita Sato.
Con estas palabras, Helena tomó el sobre de manila con el historial clínico del hospital de fertilidad sobre la mesa, y se fue con la frente en alto. Sus zapatos de tacón aguja resonaban con el piso de mármol pulido.
Hace cinco años entró por la puerta de esta mansión con la cabeza gacha, obligada por el padre que en ese entonces respetaba. Cinco años después, la máscara hipócrita de su padre ha caído, y ella se retira de esta familia fría e indiferente con la frente en alto y sin arrepentimientos.
🎼🎼🎼🎼
Un mes después.
Miércoles, 16 de marzo de 2050, 3:30 de la tarde.Helena se sentó en una mesa en su nueva cafetería favorita, como lo había hecho en las últimas dos semanas a la misma hora. Sus dedos golpeaban la mesa rítmicamente. Llevaba puesto unos jeans ajustados color claro, una camisa rosa suave, una gabardina blanca y unos botines color camel. Su cabello oscuro y ondulado estaba atado en una coleta alta. Sus gafas de montura plateada la hacían ver elegante y misteriosa. Esperaba pacientemente.
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Renacer para rescatar al hijo del hombre tirano
RomanceHelena Sato Kotal se casó con el joven hijo y heredero de la familia Cortés por un contrato de matrimonio. Su única tarea era dar a luz un heredero para la familia Cortés, pero eso no sucedió. Cinco años después de entrar a un matrimonio sin amor, s...