Capítulo 22: Padfoot

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Flashback a la noche de la llegada de Hadrian.

Despertándose entre jadeos, un hombre se agarró desesperadamente el pecho mientras una oleada de dolor lo atravesaba. Respirando entrecortadamente, apretó la mandíbula y se obligó a no gritar ni vomitar. Al final, sólo sintió un dolor sordo, y el hombre se volvió a tumbar; el cansancio le hizo temblar ligeramente. Hizo una mueca al ver la cama empapada de sudor y los pantalones de dormir, y se acercó para agarrar su varita antes de agitarla y volver a secarlo todo.

Merlín, ¿qué coño ha sido eso?.

Sirius no había sentido un dolor así desde que llegó a esta realidad con Remus hacía más de dos años. Se dio cuenta y se levantó de nuevo, olvidando el cansancio mientras la esperanza y el miedo le invadían a partes iguales.

¡Harry!.

Su vínculo con el padrino se había silenciado durante doce años y luego había sido algo tenue e intangible tras su huida de Azkaban y su reencuentro con Harry.

Las lágrimas de frustración le nublaron la vista y se tragó la rabia contra los que habían conspirado para mantenerlo separado de su hijo; era inútil dar rienda suelta a las hirvientes emociones que siempre estaban presentes, siempre bajo la superficie. Tenía que centrarse en el presente y no perderse en el pasado.

Tanto él como Remus habían atravesado el Velo con la mente despejada y la magia zumbando en sus cuerpos. Aún más impactante fue el cambio en el lobo de Remus ya no era salvaje ni un peligro para los demás. La primera luna llena les había abierto los ojos, ya que ambos esperaban el horror y el dolor normales cuando Remus se transformaba. En cambio, se había transformado en un lobo de verdad, sin dolor ni conflictos mentales. Ambos habían llorado de alivio al darse cuenta de que Remus podía transformarse a voluntad incluso sin luna llena, como un animago, pero no exactamente igual.

Después de esta revelación, fue menos chocante cuando descubrieron la población oculta de este mundo los wesen estaban llenos de magia y, tras una cuidadosa planificación, consiguieron varios aliados y contactos en la Resistencia clandestina.

Hacerse con las vidas de sus dobles fue mucho más complicado que reunir información sobre los wesen, pero como el doble de Sirius llevaba desaparecido desde el 31 de octubre de 2000, junto con Harry, habían podido alegar amnesia.

Contar con los recursos de un título de nobleza y riqueza había sido crucial para sus planes, así que se había presentado, había reclamado su título -(el conde de Ravensworth)- y, a pesar de la poca esperanza que tenía de que les ayudara a encontrar al Harry Potter de este mundo, había denunciado la desaparición de su ahijado.

Esta Lily Potter también había tenido una hermana, Petunia, pero había muerto con los padres de Lily en un accidente de coche pocos meses antes de casarse con Vernon Dursley. Aun así, había comprobado Private Drive para asegurarse de que Harry no vivía allí, y allí residía una familia completamente distinta.

Tanto él como Remus estaban de acuerdo, a regañadientes, en que la razón por la que habían aterrizado aquí era probablemente porque sus dobles ya no estaban vivos. De todos modos, eso no les había impedido buscar.

Ahora, después de tanto tiempo, ¡su vínculo estaba abierto! Una risita tranquila se escapó de sus labios mientras se permitía albergar esperanzas, pero ni siquiera entonces se acercó a adivinar que se trataba de la llegada de su hijo.

Pasarían casi dos semanas antes de que él y Remus se dirigieran a Portland, Oregón, llevando sin saberlo a un peligroso enemigo oculto directo hacia Hadrian.

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