Capítulo 32: Padfoot pt.1

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Sirius es impulsivo. Sabe que es un defecto de carácter. Dos veces le ha hecho fallar a su ahijado. Aún así, qué daño podría hacer el explorar el nuevo hogar de este Hadrian. Realmente debería haberlo sabido.

La primera sorpresa fue el Hexenbeist, que le hizo levantar los pelos de punta. Esto no podía ser bueno. Hadrian necesitaba ser salvado de la bruja Wesen. ¿Lo estaban forzando? ¿Estaba hechizado con un Zaubertrank?.

Su preocupación y su conmoción le hicieron quedarse más tiempo del que debería. De repente, la propiedad estaba protegida y él fue tan estúpido como para sondearla. Sirius lo sabía mejor. Era esencialmente llamar a la puerta.

Sin que él lo supiera, el padre de Hadrian había estado observando tanto al adolescente como a Adalind cuando se dio cuenta de que había algo diferente fuera de los límites de la propiedad. Cuanto más tiempo alternaba entre quedarse quieto y pasearse por una sección, más sospechaba.

Por suerte para el hechicero, el detective le paró los pies y optó por limitarse a amenazarle con una pistola. Malditos americanos. Sirius trató de fingir que era un perro, pero se sintió un poco consternado al darse cuenta de que Burkhardt no se dejaba engañar. Más bien, su comportamiento era duro y listo para actuar. Ojos fríos e inflexibles.

Temblando bajo la mirada, el animago empezó a tener la sensación de que se había equivocado al venir aquí. Tal vez. Tal vez.

Entonces lo olió y no pudo contener el gemido. Los ojos verdes se cruzaron con los grises y su cachorro se congeló antes de susurrar -¿Padfoot?-.

¡¿Cachorro?!.

Sorprendido, Hadrian miró con los ojos muy abiertos mientras Padfoot estaba anormalmente quieto. Finalmente, Hadrian es sacudido de la mirada perdida cuando Nick lo roza, ofreciendo apoyo al angustiado adolescente. Hadrian se relaja ante el suave recordatorio de que no está solo y aspira un suspiro tembloroso.

Padfoot entrecierra los ojos ante el gesto y gruñe.

Sin dejarse impresionar por el animago, Hadrian se limita a enarcar una ceja que provoca un resoplido de Padfoot.

-No dispares-, murmura el adolescente.

A pesar de la advertencia, Nick da un pequeño respingo cuando Sirius se transforma sin más demora. Sirius se queda inmóvil y sólo se relaja cuando Nick baja lentamente la 9mm. Aunque se da cuenta de que no está guardada.

-¿Cachorro?-.

Nick pudo ver ese temblor en las manos del extraño cuando abortó alcanzar a Hadrian - mirando cautelosamente a Nick. Apretando sus manos en un intento de evitar alcanzarlo de nuevo. Su primera reacción fue confirmar que el joven que tenía delante era real. La confusión y la esperanza desesperada le invadieron. El vínculo del padrino le dolía y le empujaba a reconectar con su ahijado.

Pero este adolescente era diferente, incluso su aspecto no encajaba. Las evidentes similitudes con el hombre mayor, Burkhardt, aumentaban la confusión.

-¿Cómo?-.

Al darse cuenta de que el origen de la confusión del hechicero mayor se debía probablemente a los cambios físicos que había sufrido al ser enviado aquí, Hadrian se apresuró a hablar. -Sí, soy yo, Siri. Es una larga historia-.

Encogiéndose de hombros, sintió que su padre le apretaba suavemente el cuello antes de soltarlo y asegurar su arma. Agradecido por el consuelo dado, sugirió vacilante que se dirigieran al interior les esperaba una larga conversación.

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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