Rojo

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-No quiero llevar algo a la escuela que diga a gritos que tuve un accidente -admití observando mi collarín en el espejo.

-Tuviste un accidente -Comentó Rubí- pospuse las fotos de graduación para el día después que te lo quiten, así que en un futuro será como si no paso.

-Con mi suerte seguro algo sucede y no salgo revelada en las fotos -respondí.

-Tu suerte está bien -Declaró Mera metida en mi closet- ¿Dónde esta tu bufanda rosa?

-En mi habitación -respondió Rubí- Creo que te queda grande Jae Jae.

-Tu cuello es más delgado -reproché.

-Era para unas fotos -Respondió restándole importancia- por cierto, ayer vi al chico de las flores.

-¿Que flores? -Preguntó Mera.

-El héroe de Jade.

-¿Renji? -Pregunté.

-¿Tienes más héroes?

-Podrías solo contar donde viste a nuestro guapo héroe -comentó Mera sonriendo.

-Estaba caminando en el puente sobre el Lago, con una chica, quizás sea su novia.

-Si tuviera novia no estaría llevándole flores a una hermosa chica en el hospital -Contestó Mera con reproche. 

-Podría tener novia, porque no nos conocemos de hecho -les recordé.

-Parecían discutir -Admitió Rubí.

-Puede discutir con amigas -Respondió Mera con una mueca- Los hombres no le dan flores a cualquier chica.

-De hecho... sí lo hacen -Le respondió Rubí.

-Es porque a ti todos te regalan flores -recordé.

-Vendrán más guapos JaeJae.

-Ustedes hablan como si...

La corneta de Jason nos interrumpió, él me llevaría a la escuela mientras me recuperaba, Sandra estaba asustada por mi, lo de papá, lo del accidente, parecía que la suerte había abandonado a Jade Kyteler, lo dijo tantas veces que parecía tomar sentido en mi mente.

Jason me fue  a buscar pero lo llamaron del trabajo, iba a  esperarlo en el auto pero tenia hambre, por ello bajé a comprar un café, antes de volver al auto vi la sombra de una mujer, caminar hacia mi de frente pero me tropecé, accidentalmente derramé el café que le había comprado a Jason, estaba apenada por mi torpeza, esperaba disgusto, pero sin embargo el ceño fruncido era conocido, era Renji.

 -Lo siento mucho, mucho -Me disculpé, su expresión me intimidó.

-Jade -suspiró con pesar.

-Lo siento -Intenté sonreír- no fue mi intención.

-Claro -Suspiró- es... no te preocupes.

Torpemente intenté limpiarlo, ayudarlo pero la manga de mi suéter se enredó con su chaqueta lo cuál hizo que me sonrojara como nunca en mi vida, el suspiró, desee que la tierra me tragara en ese momento con todas mis fuerzas.

-Jade... está bien -Dijo.

-Fue un accidente.. otro.

-Lo sé -Dijo parando mis manos.

Renji era alto, sus ojos oscuros eran increíblemente profundos, sus cejas gruesas estaban fruncidas, lo cual me apenaba más, sus labios hicieron una mueca incomoda, no entendía el porque su actitud era tan diferente a cuando nos vimos en el hospital, cuando fue tan sonriente.

-Es normal -Dijo a modo de consuelo- debo irme.

-Oh, claro...

La miraba de Renji se detuvo en mi cabello, como si fuera extraño para él, suspiró y caminó hacia el mismo lado de donde venía, en definitiva no le contaría eso a mis hermanas, ni una sola palabra, por eso luego de almorzar fui a dibujar, empecé con unas líneas que terminaron  formando un nudo a detalle.

Esa noche fue la primera vez que soñé con Renji, una y otra vez, en cada momento intentaba correr lejos de mi, pero cualquier camino que tomaba lo traía de vuelta.


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