TREINTA Y DOS: "Quién sabe más que yo"

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SeHun termino bajando de su auto, viendo como todo el mundo trataba de conseguir una fotografía de la pequeña hija de Yeol y BaekHyun fuera del hospital a pesar de que ya casi había atardecido y eso había pasado en la mañana, lo que era una porquería, ya lo sabía y si de todos modos iba a ser el final para él, al menos creyó que debería ser algo bueno, detener todo lo que había hecho, según lo que dijo LuHan, estaba muy arrepentido, pero no podía solucionar las cosas de raíz.

Era cobarde, ya lo sabía, eso no era nuevo, no necesitaba que nadie se lo dijera de nuevo, así que estaba tratando de al menos detener lo último que había hecho.

Camino rápidamente para comenzar a empujar a la prensa, incluso a las personas que estaban en vivo, haciendo que todo el mundo comenzara a mirarlo, porque no se suponía que alguien estuviera ahí. SeHun había tardado en llegar porque sabía que iba a haber cámaras, iba a ser su fin, bien, pero al menos quería lucir peinado.

Tal vez demasiado, porque incluso se había puesto un traje a la medida y un poco de maquillaje para que su rostro no brillará en cámara, ya lo sabía. Se fue a parar en medio de la puerta del hospital, llamando la atención de todas las personas de ahí, que giraron sus cámaras para filmarlo o tomarle fotografías, porque era evidente que era sorpresivo verlo a él específicamente ahí.

Era el ex prometido engañado, no debería estar dando la cara para nada, una pobre víctima y las preguntas no se hicieron esperar.

Todo sobre lo que pensaba de ese hecho, de que hacía ahí, que si pensaba que era un total descaro que su televisora anunciará el nacimiento de la pequeña, que si estaba saliendo con alguien más y SeHun no respondía a nada, estaba decidido a soltarlo todo pero de nuevo, estaba temeroso, ya frente a todo el mundo, comenzó a temblar y ninguna palabra salía de su boca, a pesar de que había practicado todo antes de llegar ahí.

-Yo...- todo el mundo se quedó callado, esperando más palabras porque solo dijo eso y significaba que tenía mucho que decir, pero solo se quedó callado de nuevo, se iba a desmayar o iba a tener nauseas, porque nunca se había sentido tan incómodo ante una cámara. –Yo no...- de nuevo perdió el aire y pronto el alboroto regreso, pues Chanyeol había salido del hospital al verlo y lo tomó de la camisa de inmediato, acercándolo a su rostro.

-¿Qué mierda haces aquí?- todo el mundo entonces quiso preguntarle cosas a Yeol, pero una mirada furiosa termino por hacer que más bien, dieran dos pasos atrás, dejándolo que toda su atención de nuevo, recayera en SeHun que estaba tratando de sonreírle de la mejor manera. -¿No aprendiste nada de la última vez? Bueno, lo haces más fácil, en realidad, quería buscar la excusa perfecta para medio matarte.-

-¡Eso es amenaza! ¡Podrías ir a la cárcel!- SeHun quiso protegerse con sus manos, pero Yeol estaba furioso, solo lo estaba controlando ya el poco sentido común que tenía, lo demás, era pura suerte suya. -¡Dios, espera! ¡No iba a hacer nada malo!

-Si tú vas al hospital, estará bien no me importa pasar uno o dos años con tal de hacer que te quedes quieto, para ser tan listo, al mismo nivel eres un idiota.-

-¡Chanyeol! Debes escucharme, tenía razones para hacer todo lo que hice.-

-¿Qué razones?- SeHun se quedó en blanco y termino riéndose algo nervioso mientras acariciaba la cabeza de Yeol, todo su cabello estaba cubierto por un gorro de lana negro.

-Qué lindo gorro, ¿dónde lo compraste? Quiero uno igual- Chanyeol alzó su puño y rápidamente alguien se lo tomó, deteniéndolo, era Dae, que solo negó aterrado.

-No te expongas.- le gritó, pero Chanyeol había contenido su ira todo el día, ya solo un poder más poderoso podría detenerlo, un diluvio extremo o el fin del mundo. -¡No hagas una tontería! Piensa en tu hija- Dae se giró a la prensa, empezando a cubrir los lentes para que no pudieran filmar nada y en ese momento se escuchó un gran puñetazo que Yeol había dejado ir sin problemas contra el rostro de SeHun, quién termino cayendo al suelo mientras sostenía su nariz.

Que quedé entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora