DOCE: "(No) hablar de más"

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Como era costumbre, Dae era de los primeros en llegar al estudio, casi siempre porque era el primero a decir verdad, porque el resto eran unos perezosos que siempre llegaban cuando él ya había tenido que encender todo y ver que todo hubiera quedado como la noche anterior, pero no esperaba ver una camioneta afuera, estacionada, no debía ser muy listo para saber quién era, en especial cuando esa persona, al notarlo, se colocó unas gafas de sol a pesar de que aún no amanecía bien.

Rodó los ojos antes de acercarse a tocar la ventanilla, entonces el conductor se deslizo cada vez más abajo en su asiento.

-Minseok, ya sé que eres tú.- la ventana bajo, donde Min se sacaba las gafas y fingía sorpresa.

-Dae, que sorpresa verte.-

-¿Qué demonios haces aquí?-

-¿Yo?- Minseok miro alrededor. –Ah, vine a correr.-

-Pero estás dentro del auto.- Dae se asomó para ver cómo iba vestido -¡Y estás en pijama! Sigues siendo el peor mentiroso del mundo.-

-Eso debería ser considerado una maldita virtud.- MinSeok suspiro -¿Por qué tengo que darte explicaciones a ti? Solo vete al demonio, ¿quieres? Estoy trabajando.-

-Sí, como siempre, de eso nunca he tenido dudas, siempre estás tratando de hacer algo extraño. Pero de una vez te digo, que no vas a conseguir nada aquí. Es un barrio común, clase media, no creo que quieras tomarle fotos s los estudiantes de la universidad de aquí cerca y si, si, eres un jodido pervertido.-

-Claro que no, idiota, estoy aquí por otras cosas.- MinSeok se volvió a colocar las gafas de sol mientras encendía su camioneta.

-¿Ah sí? ¿Qué?-

-Quería ver si seguías siendo horrendo, estaba en lo correcto.- Min subió la ventanilla mientras pegaba su dedo medio contra este, haciendo que Dae solo frunciera el ceño y se le quedará viendo mal mientras avanzaba para irse.

Eso no podía ser nada bueno.

Hacía meses había tenido algo que ver con MinSeok Kim, un famoso reportero de chismes de celebridades, lo que le desespero al final de eso, es que MinSeok estaba demasiado concentrado en un trabajo que muchas personas veían mal, era meterse en vidas privadas solo por creer que tenía derecho, lo que se volvió complicado cuando Dae dio su moral al respecto, incluso le dijo que podía conseguirle otro puesto, pero MinSeok amaba el chisme ajeno. Demasiado, al final, le gusto más que él y la relación no había terminado bien, en realidad se habían gritado hasta de lo que se iba a morir el otro y Dae decidió que no podía permitirse eso, necesitaba una vida tranquila.

Dae encendió la luz del estudio, tenía que preparar todo para irse con BaekHyun a tomar fotografías a las afueras de la ciudad, pero cuando se inclinó para sacar una de las cámaras de su estuche, se encontró con algo parpadeando debajo de una de las mesas y cuando lo tomó entre los dedos, pudo ver de cerca que era un micrófono. Maldijo entre dientes antes de acercárselo a la boca.

-Vete a la mierda, Kim Minseok.- Min tuvo que cerrar sus ojos cuando en sus audífonos se escuchó esa maldición por parte de Dae. ¿Cómo lo había encontrado tan rápido?

-Tengo que hablar contigo.- le dijo a Chanyeol cuando por fin llegó, junto con otros miembros de su estudio. –Tuvimos un problema, en realidad creo que aún es un problema porque conozco a ese tonto y seguramente no se va a quedar quieto con esto.-

-¿De qué hablas?- preguntó Yeol, sentándose en su silla para comenzar a trabajar en el borrador del libro de BaekHyun.

-¿Conoces a Minseok Kim?-

-¿Tu ex?

-Mi ex – respondió Dae –Puso un micrófono en el estudio.- se lo mostró, pero Yeol no pareció sorprendido, de hecho, pareció causarle gracia.

Que quedé entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora