SEIS: "Las rosas blancas son inútiles"

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-Baekhyun, ten esta flor- la madre de BaekHyun le pudo una hermosa rosa blanca en la mano, mientras YiFan fruncía el ceño sin entender que era eso y porque a su pequeño hermano de trece años, estaba en esa situación. –Es bonita, es blanca y pura, es la más hermosa de las rosas.-

-Mamá esto es horrible.- dijo YiFan. –Baekhyun tiene trece años, déjalo vivir en paz lo que le queda de inocencia.-

-Cállate, YiFan.- El pequeño BaekHyun con sus grandes ojos miraba a su madre sin entender que pasaba cuando le sostuvo las manos. –Ahora apriétala fuerte, fuerte.- BaekHyun obedeció entonces la rosa quedo a medias mientras YiFan intentaba detener eso como un adolescente promedio que estaba cansado de ver como avergonzaban a su pequeño hermano.

-¡Ahora haz que vuelva a estar como antes!- BaekHyun con sus pequeños dedos intento hacerlo, pero no pudo, mirando triste a la destrozada flor.

-No puedo.-

-Exacto, está rosa es la virginidad- YiFan le cubrió las orejas a BaekHyun,

-Mamá, ¡No!- Ese episodio en su vida tenía casi diez años, pero seguía siendo excesivo como su madre había decidido todo eso por su cuenta, creyendo que sería lo mejor para él, creyendo que el miedo lo haría ser responsable, pero no había sido el miedo lo que lo había llevado hasta ese punto de su vida, sino, más bien, que BaekHyun usaba como método anticonceptivo, su aspecto.

BaekHyun había recordado eso mientras estaba comiendo su sándwich de queso sentado en su cama compartida y con su laptop sobre las piernas, su madre era un bruja y si supiera que su flor estaba más que desojada que nada, probablemente lo mataría, de eso estaba seguro, porque estaba seguro de que no sería feliz, estaba muy triste, tenía un conflicto moral terrible, ¿cómo podía vivir después de eso? ¿Después de que incluso Park Chanyeol y él se habían vuelto a ver la cara? Esperaba que al menos no fuera como el resto de los alfas que presumían sus conquistas como si nada y mantuviera la maldita boca cerrada.

Miró la pantalla de su laptop mientras aún tenía la boca llena de comida, tratando de darse ánimo solo, mirando su blog, pero este ya no aparecía cuando lo busco.

-¿Qué...?- comenzó a buscar en cada sitio, pero demonios, no había nada, ¿Quién podría haber bajado su blog? Sabía que no era popular pero no era un pecado compartir lo que hacía en línea, había gente rara haciendo lo mismo también y vestidos con trajes raros de animales, bailando canciones de anime, ¿por qué sus reportajes eran bajados del internet? -¡Demonios! ¡Demonios!- comenzó a hacer un montón de escándalo golpeando y gritando, su frustración nunca llegaba a esos niveles pero ahora estaba en esa situación.

-¡BaekHyun, no maldigas!- gritó su madre desde alguna habitación de la casa, mientras BaekHyun cubría su boca con fuerza mientras maldecía aún más dentro de sí mismo, pero sin palabrotas, porque no decía esa clase de cosas ni en su cabeza. Odiaba eso, se odiaba mucho a sí mismo y estaba listo para maldecir en cuanto su madre se fuera al té con sus amigas. -¿No tenías cita en el médico?- le gritó de nuevo y entonces solo lloriqueo en silencio antes de responder.

-Sí, ya voy...- BaekHyun cerró la laptop con pereza, haciendo pucheros porque todo estaba golpeando al mismo tiempo su pequeña cabeza, mientras se levantaba para cambiarse de ropa e ir al médico, como era obligatorio desde que había cumplido la mayoría de edad y había tenido su examen para determinar en qué rango se encontraba, si en dominante o no dominante.

-¿Cómo has estado, BaekHyun?- preguntó el médico, el mismo médico que lo había visto desde que era joven, le tenía confianza, porque al menos como era un adulto, no estaba obligado a hablar sobre sus circunstancias con sus padres, si BaekHyun iba a morirse, sería el único en enterarse.

Que quedé entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora