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Capítulo 4: ¿Solo una copia?

En medio de la batalla entre Número 14 y Vegeta, los gemelos detectaron la llegada de algunas cabezas más. Se trataba del resto de los amigos de Goku. Eran Piccolo, Krillin, Tenshinhan y Trunks, quienes habían llegado a la escena tan rápido como pudieron. Los gemelos los vieron con rigor, quizás planeaban intervenir en la pelea de su compañero, y era algo que no tenían por qué permitir.

─¡¿Se encuentra bien, Señor Vegeta?! ─Trunks preguntó en cuanto aterrizó, demostrando toda su preocupación.

La llegada del grupo no pasó desapercibida por el androide saiyajin tampoco. Número 14 descendió rápidamente para quedar frente a ellos. Miró cada cara presente, conocía a todos ellos menos a el jovencito de cabello lavanda, puesto que no estaba en los registros de la computadora. Como sea, no es que fuera demasiado importante entonces.

Lo que le pareció interesante al Androide 14, fue como las miradas de Piccolo y Krillin eran las más pesadas en el grupo, y caían directamente sobre él. También, verlos provocaba en él un estruendo en su cabeza, como si una nueva ola de recuerdos amenazara con derramarse en su mente.

Para malas fortunas, Número 14 no pudo pensar más en ello cuando de entre los escombros rocosos, un Vegeta ahogado en ira surgió, gritando colérico y apartando todo a su alrededor con su feroz aura desbordante de poder, asombrando a Trunks y los demás. Estaba un poco herido, pero más que preparado para seguir peleando.

─¡VOY A VOLARTE EN MIL PEDAZOS, RADIIITZ! ─La amenaza fue contundente. Parecía que Vegeta por fin había perdido el control sobre su ira, lanzando una mirada asesina al otro saiyajin.

─Eh, ¿ahora si soy Raditz, y no un impostor? ─cuestionó, para nada intimidado ante el ataque de furia del príncipe.

Vegeta arrugó más la cara, mostrando los dientes.

─¡Deja de fingir! ¡Eres tú, bastardo! ─exclamó el príncipe, elevando más su poder en muestra de su creciente ira─. ¿Quién más podría saber…? ¡Maldito gusano!

«Mascota» era el apodo denigrante que Freezer usaba para referirse a Vegeta cada que este hacía mal su trabajo, a forma de humillación. Vegeta supo inmediatamente que esa era la señal definitiva de que el androide sabía más de lo que un simple impostor saiyajin debería saber.

─¿Saber qué, Vegeta? ¿Qué tu también tienes un apodo? ─El androide se burló, bastante divertido de ahora ser él quien hiciera perder los cabales al otro─. Si, supongo que eso es algo que solo el verdadero Raditz debería saber. Quizás lo soy.

Vegeta gruñó en respuesta, temblando de ira. Después de tantos años, luego de que se tuviera en cuenta que él ya había muerto a manos de los terrícolas, ¿de verdad era posible que Raditz estuviera vivo, como un androide? Sonaba imposible para él, pero, todo parecía apuntar a que ese era el caso. Malditos terrícolas y sus prodigios en ciencia.

─¡Eso es imposible! Tú no puedes ser Raditz. ─La voz de Piccolo irrumpió en la discusión de los dos saiyajins. El namekiano dio un paso al frente, no quedándose con las ganas de aclarar el asunto de una vez por todas─. Tú fuiste asesinado hace años, incluso tu alma llegó a pasar por el juicio de Enma Daio-sama. ¡¿Cómo puedes explicar que estas aquí, vivo, después de todo eso?!

─Ya veo, así que realmente me mataron. ─Numero 14 no parecía muy removido por lo que dijo Piccolo─. Pero estoy vivo ahora, y no tengo porque dar explicaciones.

─Maldito ─Piccolo gruñó, mirando al androide con desprecio─. Debí haber pulverizado tu cuerpo en vez de solo hacer estallar tu corazón.

Esta vez, Número 14 si pareció sorprenderse. Lanzó una expresión atónita a Piccolo. El namekiano le sostuvo la mirada, frunciendo el ceño. 14 de nuevo estaba furioso y apretó las manos en un puño con tanta fuerza, que las venas eran visibles bajo su piel clara.

Retorno: Raditz es un androideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora