Capítulo 17. ANGELA MAREL

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__ Necesito que respires, ella esta bien, solo duerme ahora.

__ ¿Por qué no puedo verla?

__ Estas muy alterada, Elena. Primero necesitas calmarte.

No entiendo donde estoy, la cabeza me duele mucho y lo único que escucho de fondo son las voces de dos mujeres. La luz de la habitación me parece molesta.

__ ¿Hola? __ Digo tratando de llamar la atención de alguna de esas dos mujeres.

Es cuestión de segundos cuando las tengo a ambas paradas frente a mi, la doctora Verónica me revisa asegurándose de que me encuentre bien, por el contrario Elena se mira extraña, como si hubiese estado llorando, tiene una de sus manos contra su pecho y me mira con preocupación.

__ Hola, cariño __ La doctora se dirige a mi cuando ha terminado de revisar que todo esté bien __ ¿Cómo te sientes?

__ Me da vueltas todo.

__ Esta bien, es normal. Has estado bajo mucho estrés estos días y hoy sobre todo, tanto que tu cuerpo no pudo con eso y se te ha bajado la presión. Pero todo está bien, solo tienes que descansar un poco y mantenerte calmada, ¿esta bien? __ asiento, la doctora me sonríe amablemente, luego dirige la mirada hacia Elena quien continúa sin decir nada __ Bien, saldré un momento, te dejo con Miss Landam.

Una vez que estamos solas Elena se acerca a mi y acaricia mi rostro con sus dedos pulgares.

__ Creo que te he exigido demasiado, he estado muy encima de ti con esto del concurso. Nunca tomé en cuenta como podría afectarte, lo siento tanto, Angela. Perdóname.

Ella recuesta su cabeza sobre mi pecho, la escucho sollozar, realmente parece sentirse culpable. Aún no entiendo muy bien qué pasó, pero no creo que nada de eso sea su culpa.

__ Elena, estoy bien, ¿sí? Participó en las olimpiadas y me esfuerzo porque quiero, no me estas obligando.

Llevo una de mis manos a su cabeza acariciando su cabello, en la habitación no se escucha más que sus sollozos y en todo ese rato jamás ha dejado de abrazarse contra mí cuerpo. Le permito continuar así, incluso si siento su peso, pero es que me siento tan cansada, como si no pudiera levantarme de esta cama.

__ ¡El empate! Mierda, llévame, tengo que presentar __ Intento levantarme pero ella no lo permite, se aferra a mi cuerpo como un bebé a su madre.

__ Verónica habló con la dirección, el desempate será mañana. Hoy no tienes que preocuparte por nada de eso, ¿sí? Lo hiciste excelente.

Cuando Verónica regresó a la habitación, Elena se encontraba sentada en una sila justo al lado de mi, me da pena sentir mi mano sudada porque ella ni siquiera ha querido soltarme, pero es lindo verla mirarme así, como si realmente se preocupara por mí.

__ Linda, tienes una visita __ la doctora anuncia y se aparta de la puerta dejando ver a Tony, quien se encuentra ahí con una hermosa rosa roja en sus manos.

Tony se acerca lentamente, observa a Elena a mi lado, luego examina un poco nuestras manos unidas, aún así parece no darle importancia y yo estoy demasiado agotada como para pensar en soltar a Elena.

__ Hola, bonita __ Tony extiende la rosa hacia mí y la recibo con mi única mano libre, una gran sonrisa inunda mi rostro, es un detalle precioso __ Solo quería pasar a ver como estas antes de ir a casa. Me preocupaste mucho.

Se coloca del otro lado de la cama, quedando frente a Elena quien parece ignorarla por completo, mi maestra solo mira hacia cualquier lugar de la habitación aun sin soltar mi mano.

Entendido, profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora