2020 flashback...
Había llegado con João a la fiesta de su amigo Enzo.
Enzo—¡Pero qué bueno verlos! Pensaba que no venían.
João—Al final convencí a Lore, que dejara un rato de estudiar.
Loreto—Solo hemos venido un rato, yo mañana tengo un examen y te recuerdo que tú tienes entrenamiento, si sigues llegando tarde te van a sacar de ese equipo.
João—Me da igual, ¿tú sabes cuantas ofertas de equipos me han llegado?
Loreto—Muchas, pero no de equipos que en realidad valgan la pena.
La sonrisa de João se quitó al instante por el comentario que hizo Loreto.
João—¿Por qué siempre quieres arruinar todo?
Loreto—Solo dije la verdad, pero si vas a estar de amargado, yo me voy a mi casa.
João—No tú te quedas, ya perdóname ¿si? Es que me molesta que nunca te quieras divertir conmigo.
Loreto—Si lo hago, pero yo te dije que mañana tengo un examen muy importante y si no lo hago no me gradúo.
João—Yo no entiendo porque quieres aparentar ser la hija perfecta, está bien una que otra vez te esfuerces, pero no todo el tiempo.
Loreto—No quiero aparentar, soy perfecta. Mira... que tú eres un futbolista, y solo eres eso, no eres nada más, te llegas a romper una pierna o un brazo, o imagínate que ya no puedas jugar de por vida, ¿y qué vas a hacer con tu vida? ¿Hm? Yo por lo menos uso mi cerebro para algo.
João—Voy por una copa, cuando se te bajen tus neuronas locas, me buscas.
Últimamente João y Lore se la pasaban peleando, ya no se entiendan, porque eran todo lo opuesto, y no tenían tiempo para verse.
Loreto se quedó sentada en una de las mesas que estaban cerca de la pista, mirando su celular, para matar tiempo.
—Una chica tan guapa no debería de estar sola.
La vista de Loreto se levantó de inmediato y miró de frente a un chico que no era feo, pero sus intenciones eran malas.
Loreto—De hecho las chicas guapas estamos solas, porque no nos gusta que nos estén fastidiando tipos como tú.
—Oye, pero que tú no tienes acento de por aquí, ¿de donde eres?
Loreto—No te importa.
—Yo vengo en son de paz, no es para que me trates así.
Loreto—Te puedes ir, estoy esperando a mi novio.
João—¿Y este quien es?
Loreto—Un...
—Soy Mirko, un gusto, me acerqué con ella, porque la vi sola y bueno, no es bueno dejar a chicas guapa así como así.
João—Le fui a traer una bebida idiota, lárgate si no quieres problemas.
Mirko—Okey, tranquilo.
El chico se fue y João se acercó a mi.
João—¿Estas bien? ¿No te hizo nada?
Loreto—No, ¿y sabes que? Ya me quiero ir, siento que los dos ahora no nos vamos a entender.
João—Joder, Loreto, pero si tú eres la que no quiere.
Loreto—Pues yo no quiero que me estés tratando mal, así que cuando se te baje tu humor que está muy mierda hoy, me buscas.
João—Siempre es lo mismo, ya no nos entendemos, siempre discutimos, no tenemos nada en común.
Loreto—Lo mismo digo, esto ya no está funcionando, te enojas si no puedo salir, o cuando te digo que hagamos algo tranquilo te enojas, porque lo único que te gusta a ti es la fiesta.
João—A ti también te gusta.
Loreto—Si, pero no todo el día y a cualquier hora. Se más responsable, ya me voy.
Loreto se dio la vuelta y camino hacia la entrada, en la que no iba a salir después de un buen rato.
Una mano cubrió su boca y de inmediato la metió en un baño, que estaba todo obscuro.
Mirko—Te quisiste hacer la muy rudita conmigo hace rato, pero no te salió.
Loreto—Suéltame estúpido, ¡ayuda! ¡ayuda!
Mirko—Pero serás tonta, nadie te va a escuchar con toda esta música.
El chico comenzó a besar el cuello de Loreto, mientras le tocaba todo el cuerpo sin su consentimiento, ella solo gritaba y trataba de quitarse, pero la fuerza de un hombre siempre es más fuerte que la de una mujer.
Loreto—Déjame ir, por favor.
Mirko—Si, en cuanto termine, te dejo ir, ¿te han dicho que estás buenísima? Espero que tú novio sepa aprovechar lo que tiene.
Loreto—¡Que me sueltes!
Mirko—¡Cállate! Déjame disfrutar.
Y pasó lo que a ningún chico y chica le gustaría pasar, ese tipo se aprovecho de Loreto y ella no pudo hacer nada, porque nadie la escuchó.
Loreto terminó con lágrimas en sus ojos, y con el alma rota, desde ahí, ella no fue la misma. La rubia salió de ese baño, y trato de irse pero João la encontró.
João—¿Que no te habías ido ya?
Loreto se dio la vuelta y la cara de João cambió al instante al ver a su novia pálida y toda roja.
João—¿Pero que te ha pasado?
Loreto—El tipo de la mesa, se ha aprovechado de mi.
João—¿Qué? Me va a oír, ese hijo de la gran puta.
João borracho, y en esas condiciones, sabía que iba a hacer algo que podría terminar mal, Loreto no se quedó ni un minuto más y rápido pidió un taxi para ir a su casa.
La chica alegre, divertida y que pensaba que era perfecta, se acabó de un día para otro, y desaprecio por mucho tiempo, no quiso saber de nadie más, aunque João la busco, ella simplemente lo borro de su cabeza.
Loreto tiene una doble cara, finge con todo el mundo, porque no quieren que nadie se entere de lo que le paso, pero cuando está sola, se transforma.
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Maldigo el episodio
Roman d'amour-Te fuiste y una parte de mí se rompió. -No pensé que fuera mucho para ti.