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Enero 11, 2022

12:34 pm

Francia


Bostezo cansada tapándome mis labios con la palma de mi mano, me acomodo de nuevo en la silla mirando hacia los lados como mis vecinos cabecean y otros bostezan cansados de las habladurías del alcalde. Si su plan de reciclaje piensa que es una buena táctica de comprar votos para su candidatura, créame, es un total imbécil. Francia tienes más planes para sobrellevar el ambiente que el propio Unicef y se podría decir que todos los ciudadanos lo ponemos en práctica, pero por lo visto él no está al tanto de eso.

Solo quería proporcionarle una bala entre ceja y ceja aprovechando que poseo en este instante mi arma en el pequeño bolso, miro la hora en mi reloj de muñeca divisando que esta charla estúpida se extendió más de lo que me imaginaba. Miro a mi alrededor fijándome que no era la única desesperada que se encuentra aquí, muchos pidieron permisos en su trabajo porque pensaron que la información que nos darían es de suma "Importancia" también están las madres que no tienen con quien dejar a sus hijos y exasperadamente buscan a alguien que los cuide por el tiempo de la reunión.

--Me quiero pegar un tiro y salir de este infierno.—susurró a mi lado el vecino del primero A, yo tuerzo una sonrisa mientras miro de frente.—Ayúdeme vecinita.

No me lo diga dos veces vecino, yo encanta de complacerlo.

--Si tuviese el arma a mi disposición no le haría eso vecino, no tengo el valor de hacer.—miento descaradamente volteándome a verlo, el asiente con una sonrisa cansada.—Discúlpeme.

--Usted es un ángel vecina, es la única que me cae bien en el edificio.

Sonrío con falsedad cuando la mirada del alcalde pasó por todos nosotros asegurándose de que lo estuviésemos escuchando, mis vecinos hacen lo mismo menos uno que escucha emocionado el discurso del alcalde viéndolo como si fuese un héroe.

Si lo sé, imbéciles hay en todas partes.

--¿Votos a favor?.—pregunto el alcalde en alto haciendo que enseguida todos levantemos nuestras manos, el asiente complacido por esta iniciativa.—Me encanta que ustedes puedan entenderme mis queridos ciudadanos, me gustaría que apoyen a mi campaña no se olviden de todos salir a votar por un mejor cambio.—todos aplaudimos eufóricos al sentir el final de esta tortura.—Se levanta la sección, vayan tranquilos.

Chillo bajito levantándome de un brinco pasando desesperadamente por la fila de las sillas, mi vecino también hace lo mismo saliendo prácticamente corriendo hacia su auto que aparco ahí mismo. Sujeto mi bolso saliendo de las salas de juntas del edificio para acercarme con rapidez hacia los ascensores de la parte sur del edificio, aprieto el botón esperando a que las puertas se abran.

Con mucha franqueza sentía mi cuello doler al estar cinco horas sentada en esas sillas de plástico que podría jurar que hicieron que mi culo quedase plano, las puertas se abren dándome paso a la cabina de metal de color dorado y aprieto el botón de mi piso. Me miro en el espejo que se encuentra y mi vista cae en mi brazo izquierdo donde está repleto de tatuajes con muchos significados especiales para mí, me recuerdo que este brazo fue donde más marcas de cigarros hizo ese viejo de mierda. Cada día que me veía las marcas me daba asco, sentir que mi piel, mi cuerpo y todo de mi lo uso ese viejo a su antojo es el peor de las torturas.

La idea de los tatuajes fue de Wonho, una forma de plasmar y dejar una historia permanente que todo el mundo vea, es una de las maneras que más me ayudo en este proceso. Wonho para mi es la persona más maravillosa, gentil, caballeroso, atento que necesite en esos momentos desastrosos. Las puertas se abren sacándome de mis pensamientos y salgo del ascensor caminando hacia la puerta.

𝙎𝙤𝙣 𝙊𝙛 𝙂𝙡𝙖𝙨𝙨 #2 男孩 | JJK & Melanie |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora