The Last of Us: Parte II (Una historia diferente)

Cumpleaños.

2 años después...

-¡Ya los pajaaaaarillos cantan, la luna ya se metióooooo!

-¡Un fuerte aplauso para la cumpleañera!

Los presentes aplaudieron y echaron porras a Ellie mientras la joven sonreía tímidamente, en especial cuando se dio cuenta que Dina le sonreía de forma coqueta.

-¡Felicidades, pecosa!-dijo Sarah abrazándola-Un año más de vida, ¿qué se siente?

-Genial.

-Muy bien, ¿quién quiere pastel?-preguntó Tommy acercándose con un cuchillo para cortar el pastel que Morgan le había hecho a la pelirroja.

A la fiesta habían asistido Tommy, María, Jesse, Sarah, Morgan, Amber, Dina y algunos habitantes de Jackson, pero no había señales de Marlene por ningún lado.

-¿Dónde está?

-Ya llegará, no comas ansias-dijo Dina-. Mejor come pastel.

-De acuerdo-dijo Ellie-. Por cierto, te ves hermosa.

-Gracias-dijo Dina sonrojándose un poco.

Bailaron, cantaron y jugaron durante varias horas, pero Marlene no aparecía, lo cual ponía triste a Ellie. Pero justo cuando todo iba a terminar, llegó Marlene.

-Hola, ¿qué tal niña?

-Llegaste-Ellie fue a abrazarla-¿Dónde estabas?

-Tenía... algo que hacer-dijo Marlene sin dar muchos detalles-¿Por qué no me acompañas, Ellie?

-¿Adónde vamos?

-Es una sorpresa, te va a gustar.

-¿Podemos ir?-preguntó el resto.

-¿Por qué no? Vamos.

Fueron a los establos donde María ya los estaba esperando.

-Todo listo, vámonos.

-¿Saldremos de Jackson?-preguntó Amber.

-No hay de qué preocuparse, querida-dijo María-. Será sólo por unas dos horas. Y Marlene y yo despejamos el área de infectados, así que no debería haber problemas.

-Muy bien, en marcha.

Salieron del pueblo y cabalgaron durante al menos media hora. Llegaron hasta una parte del bosque por donde no se podía pasar con los caballos.

-Bueno, hora de caminar-Marlene hizo una mueca-. Odio esto.

Mientras caminaban, Ellie trató de indagar.

-Entonces... ¿es un dinosaurio?

-Tal vez.

-¿Es un elefante?

-No intentes adivinar, niña-dijo Marlene-. Le quitas lo divertido al asunto.

Ellie no le hizo caso.

-¿Es un convertible?

-Sigue intentando, Ellie-dijo María-. No te diremos nada de cualquier manera.

-¿Es un perrito?

-Menos charla y más caminata-dijo Marlene.

Llegaron cerca de un riachuelo. Tenían que pasar por un borde muy corto.

-Bueno, primero la cumpleañera-dijo Marlene apartando unas ramas de un árbol que les estorbaba-. Adelante, Ellie.

Ellie iba a pasar, pero al cruzar frente a Sarah, la rubia tuvo una idea.

-Ups-la empujó.

-¡Ah!