Empapada en sudor, me sobresalté. Las lágrimas corrían por mis mejillas. Había perdido la orientación. ¿Dónde estoy? Ah, sí, estoy en mi cama. Maldita sea, otra vez este sueño me pone de los nervios.
Completamente agotada, entré en el cuarto de baño. Abrí el grifo y me lavé la cara para despejar un poco la mente. No sirvió de mucho.
Mientras tanto, apenas puedo distinguir los sueños de la realidad. Todo empezó cuando conocí a Sukuna Ryomen y tuve una pelea con él. Ya soy una hechicera fuerte, pero sabía que no tenía ninguna posibilidad contra él. No obstante, hice todo lo que pude, aunque ya estaba a medio camino de la muerte. Pero él me dejó vivir. ¿Por qué? Bueno, yo me hice la misma pregunta en esa situación. ¿Por qué el rey de las maldiciones dejaría vivir a una hechicera como yo? Él no tendría nada que ganar con eso.
Sus palabras aún resonaban en mi cabeza. "Me gustas, mujer hechicera, serás mía, ¿comprendes que te perseguiré hasta en un sueños?".
Se suponía que los sueños se harían realidad. No sé qué pasó después porque me desmayé. ¿Por qué estaba interesado en mí? ¿Y qué significa que yo le pertenezca? Me hacía estas preguntas todos los días.
Desde el incidente, me he retraído un poco. Gojo dijo que por ahora estaba mejor. Le había contado todo, incluidos mis sueños, y que me había vuelto muy paranoico mientras tanto. No es una sensación agradable cuando ya no te sientes cómodo entre tus propias cuatro paredes.
Cansada, salí de nuevo del cuarto de baño. Encendí la luz de la cocina para prepararme un vaso de agua. En realidad, debería volver a la cama, aún es de madrugada. Pero que pueda volver a dormirme es otra cuestión.
Con la idea de ver otra película con la esperanza de dormirme, me dirigí al salón. Un golpe me hizo dar un respingo y me di la vuelta apresuradamente.
Mis ojos se abrieron de par en par ante lo que vi. Allí estaba. Sukuna. No, no puede ser. Probablemente me lo estoy imaginando o soñando. (T/N) Contrólate, pensé para mis adentros. Se me quedó mirando con una sonrisa. Mis pies me llevaron automáticamente cada vez más atrás hasta que sentí la pared contra mi espalda.
Se acercó y se inclinó hacia mi oído. "Te dije que serías mía, no pararé hasta que lo seas, ¿lo entiendes?"
Resultó que no habías soñado ni imaginado nada. Desde aquella noche se consideraba que habías desaparecido sin dejar rastro. Ni tú ni Sukuna habían vuelto a ser vistos.
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JUJUTSU KAISEN ONESHOT
Contoᶜᵒⁿᵗᵉⁿⁱᵈᵒ ᴏɴᴇsʜᴏᴛ- ᴇsᴄᴇɴᴀʀɪᴏ- ɴsғᴡ No hago contenido yaoi