Capítulo 0.5

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EMMA

Mis recuerdos de la infancia no son del todo claros, no tengo en la mente algún momento que pasé con mi madre o algún instante feliz con mi padre, pero lo que sí recuerdo perfectamente es el día en donde descubrí la crueldad de Luke -el Rey de los vampiros-; y el día en donde conocí a Anthony -el Alpha de la manada Honey Moon-, llegando como un rayo de luz de mi vida.

No siempre viví en el Castillo del Rey, recuerdo haber habitado una cabaña pequeña lejos de Rumanía con mi padre, sin embargo no sé la razón por la cual terminamos viviendo con Luke, pero agradezco mucho habernos abierto las puertas de su casa y educarme como alguien más de la nobleza.

Cuando tenía 5 años solía jugar en el lago que se encontraba en medio del bosque, a lo lejos de la Villa de Transilvania. Me gustaba la soledad desde muy pequeña debido a que los vampiros de la ciudad siempre me miraron con desprecio por ser la protegida del Rey, no deseaba sentirme intimidada por alguien más que no fuera mi padre.

Aquel día que marcó mi vida comenzó cuando me encontraba en aquel lago -el lago de las hadas como lo conocía yo-. Ese lugar era tan magnífico para mí que nunca vi algún tipo de ser extraño o peligroso a pesar de que lo habitaban duendes y hadas, pero el verdadero monstruo fue quien pasó cerca mío con una carrera a gran velocidad sin siquiera notar que estaban jugando en el pasto.

Desde mi lugar pude percibir unos llantos y súplicas de voces femeninas, así que no dude ni un segundo en levantarme del pasto e ir tras el carruaje del Rey. El Castillo de Transilvania solo se encontraba a unos pocos minutos de distancia y el camino ha estado marcado para no perderme desde que llegué a la Villa.

Una vez en el castillo me pude dar cuenta que no había nadie, ni siquiera las personas que ayudaban a limpiar el lugar. Aunque de pronto pude percibir como una puerta del lado izquierdo de madera se abría lentamente dejándome oír nuevamente los chillidos de las mujeres que escuché anteriormente.

Con un medio profundo caminé a aquella puerta para tratar de saber qué estaba pasando y por qué Luke no hacía nada por ayudar a las mujeres que estaban sollozando. Me encontré con unas escaleras de piedra que daban a un sótano, eran un poco altas para mi pequeña estatura pero no se convirtió en un problema para bajarlas a prisa. Las antorchas colgadas en las paredes hacían más fácil ver a dónde me dirigía, pues a pesar de que soy mitad vampiro no he desarrollado muy bien mis sentidos como otros vampiros.

La suciedad y las telarañas en las escaleras hicieron que me ensuciara mi vestido rosa pastel -mi padre se va a enojar- pensé. Cuando bajé el último escalón pude notar que estaba rodeada de varias celdas, no sabía en dónde estaba ni qué era ese lugar, así que solo me dediqué a seguir las voces por las cuales estaba allí.

A lo lejos pude ver una sombra de un hombre y tres mujeres, me acerqué lo suficiente para ver qué estaba pasando, pero cuando vi que Luke tenía una fusta en sus manos y las chicas se encontraban colgadas de manos de forma lineal me asusté y me escondí detrás de la pared para que el Rey no me viera.

-¡Auxilio! -gritó una de las mujeres con cabello negro.

-Calla humana. -escupió Luke lanzándole un golpe a la pobre mujer.

Oculté un pequeño grito con mis manos para no ser vista por Luke y corrí rápidamente hacia las escaleras de piedras para subir, no quería ver esa masacre y para una niña de 5 años no era lo más adecuado.

¿Decirle a mi padre lo que había visto? No, no era una buena idea, él se pondría del lado del Rey porque son mejores amigos y como siempre no me creería lo que vi, me tacharía como una loca.

EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora