Capítulo 5

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LUKE.

     ¿Qué tan difícil es para Emma llegar a la hora de la comida? Cambié la hora de la comida de las 2:30 p.m. a las 4:00 p.m. para que se divirtiera un momento fuera del castillo y llegara, pero no importa que haga, ella siempre me va a llevar la contraria.

     No puedo percibir el aroma de Emma cerca de mi Castillo, deduzco que está en la manada Honey Moon, específicamente con el perro pulgoso —Anthony—, o con su mejor amiga —Elisa—. Sé que mi especie no tiene la calidez humana que ellos tienen, ni la procuran tanto como el Alpha o la Beta lo harían, pero si se quedara cerca mío podría sentir el aprecio y cariño que le tengo, al igual que él.

     Le he dejado en claro a Anthony los últimos años que la rubia está destinada a casarse conmigo y no hay nadie quien lo impida, ni mucho menos él, aunque parece no servir de mucho. Me niego a creer que ellos dos tienen algún tipo de cercanía más allá de una amistad, a pesar de saber cómo mira el licántropo a Emma.

     Durante casi un siglo he mirado a la humana desde las sombras, detrás de muros. Sé que si me descubre pensaría que la estoy acosando o tratando de hacer daño; solo quiero mirarla sin sentir su mirada de odio hacia mi. Aprecio cuando cepilla su cabello de oro con el peine que le regalé en su cumpleaños número 20, y me atrae su sonrisa cuando lee un libro en la biblioteca sentada cerca del ventanal.

     Mi parte favorita del día es cuando se sienta enfrente mío en las horas de comida, porque puedo observar sus mejillas levemente sonrojadas, sus labios rojos naturales, pequeñas pecas adornando su nariz y gestos al saber que la comida que van a servir es su preferida.

     Víctor —el padre de la rubia— estaba enfrente mío comiendo en silencio mientras yo solo me preocupaba en dónde podría estar su hija.

     —¿Qué sucede? Estás algo serio —escuché decir a Víctor.

     —No creo que seguir quitándole la comida a Emma sea una buena idea —mencioné sin mirarlo—: Es parte humana, necesita alimentarse. Si no le damos nosotros comida ¿quién lo hará?

     —Luke, si no educas a Emma antes de tu matrimonio, cuando este llegue solo será peor.

     En la educación de la rubia es Víctor quien me ha dado cualquier tipo de consejos, principalmente porque es su padre y tiene el derecho de estar con ella hasta que yo me case. Aunque en estos últimos años creo que no hemos hecho un buen trabajo como tutores de la rubia, la he castigado como si fuera una niña de 5 años y lastimado físicamente.

     —Si eres débil con ella se aprovechara de ti, tal y como lo hace con Anthony —captó mi atención.

     —Y Anthony es su fiel compañero —reproché.

     —Creeme Luke, eres el Rey, no debes de tener a una mujer que tenga más poder que tú o control —tomó un sorbo de licor.

     —¿Lo dices por Alice? —cuestioné.

     —Sí. No dejes que Emma haga lo que quiere, solo es una niña rebelde que no sabe nada de la vida.

     —Quitarle la comida es algo deshumano —agregué.

     —Es porque no somos humanos Luke. ¿Quieres besarle los pies? Hazlo, pero no recurras a mi cuando juegue contigo.

     No quiero que la humana juegue conmigo, pero quiero un poco de lo que Anthony tiene. ¿Es malo mendigar por un poco de amor?

     —Necesito ir a mi despacho, quiero que vengas en una hora —ordené.

     —A sus órdenes mi Rey.

EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora