Capitulo 7

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Naruto estaba furioso. Caminando de un lado a otro, intentaba concentrarse en lo que Cecil le contaba, pero era difícil. El siervo le decía cosas que preferiría no oír, cada una de sus palabras caían sobre su rabia como un azote en carne viva.

‒ ¿Y dónde están ellos ahora?

‒ Fui informado d que se dirigían a la aldea mi lord.

‒ Después de una conversación informal, una comida abundante y un paseo por el bosque ‒ Naruto murmuró entre dientes

‒ Aparentemente sí, mi lord. Aunque debo dejar claro que en mi opinión ninguno de los dos sería capaz de comportarse de manera impropia a las posiciones que ocupan.

‒ ¡De manera impropia! ‒ La voz llena de ira del Caballero Rojo hizo eco en los aposentos mientras un puñetazo sobre la mesa casi partía la madera en dos. Impropia era un término demasiado delicado para describir lo que podría estar sucediendo. Mejor usar la palabra correcta: infidelidad, adulterio, traición...

‒ Mi lord, Tal vez fuese más prudente preocuparse por lo que Shikamaru pueda estar revelándole a su esposa. Porque si ella supiera la verdad respecto a usted, tendrá un arma de poder mortífero en sus manos.

La razón le decía que los argumentos de Cecil eran sensatos, sin embargo, lo que hacía desbordar su rabia era la idea de que su vasallo y su mujer podrían estar haciendo juntos. Los celos lo llevaban al borde del descontrol total. Pero la furia contenida ya se había convertido en parte de su vida. Qué ganaba con enojarse cuando ni siquiera podía tomar las riendas de su propio destino

Con mucho esfuerzo, Uzumaki recuperó el control de sus emociones y cuando volvió a hablar, su voz sonaba calma y tranquila, a pesar de ser cortante como el acero.

‒ Por favor, dile a mi esposa y a mi vasallo que los espero para cenar conmigo esta noche. ‒ Al percibir que el siervo no se movía ni un centímetro de su lugar, Naruto se irritó. ‒ ¡Ahora! ¡Vamos! ¡Quiero que los encuentres antes que salgan a cualquier otro lugar juntos!

Por la sangre de Cristo, Hinata es mi esposa... ante los ojos de Kakashi, ¡ante los ojos de la iglesia y ante los ojos de los hombres! Los Quiero a los dos delante mío para que yo mismo pueda juzgar... hasta que se comportan de " manera impropia".

Cuando el siervo salió, Naruto volvió a caminar de un lado a otro, delante de la enorme cama, fría y vacía. La ironía de ese hecho no le pasó desapercibida.

***

Dándose cuenta de lo tarde que era, Hinata tomó un baño rápido y dejó que Edith la ayudase a vestirse. Por lo menos esta vez la criada no contaba las historias de siempre sobre el terrible lord de Dunmurrow. Parecía más preocupada por el hombre que Shikamaru había enviado para servir como su guardia personal.

‒ El nombre de él es William, aunque me pidió que lo llame Willie. Como si yo quisiera mantener esa relación de familiaridad. Cuando le dije que me llamara señora Edith, tendrías que haber visto como el condenado sonrió. Pues te voy a decir una cosa. Apuesto a que me sentiría mucho mas segura en un nido de culebras que teniendo a ese hombre custodiándome.

‒ Si tienes miedo del guardia, entonces pídele a Shikamaru que lo substituya por otro. Ignorando el consejo, Edith suspiró alto y continuó protestando.

‒ Hasta dudo que sea un soldado porque es bajo y delgado como una vara. ¿Cómo cree que puede asegurar la protección de alguien? Tal vez tu bello vasallo, Shikamaru lo haya mandado con el único propósito de desagradarme.

‒ Él no es mi vasallo sino de mi marido ‒ Hinata habló con firmeza. ‒ Estoy Segura que Shikamaru poco se preocupó en escoger un hombre cuya apariencia pudiese o no agradarte.

Casada con el diablo ~ NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora