Cuando Hinata despertó, horas después, Naruto ya se había retirado y ella se preguntó si todo había sido un sueño o había ocurrido en realidad. Recordaba haber ido a visitar a la viuda Mei con la vaga esperanza de romper el hechizo que la ligaba a su marido, pero no se recordaba haberle pedido ayuda a la curandera. Sin embargo, la vieja realmente le había dado una mezcla de hierbas y había acabado tomando la infusión, para luego caer enferma. La poción había sido capaz de hacerla eliminar todo lo que había en su cuerpo, excepto sus sentimientos por Uzumaki.
Por lo tanto tales sentimientos permanecerían en su corazón pues no eran producto de la magia. Finalmente Hinata comprendió que esa fascinación tenía causas naturales. Las emociones que sentía no podían ser negadas o ignoradas. Tampoco eran una enfermedad para la cual se buscaba una cura.
Le gustase la idea o no, la verdad era que Naruto le importaba y era mejor irse acostumbrando a ese hecho pues estaba segura que esos sentimientos...iban a crecer. Si al menos lograse ignorar las sombras que lo rodeaban...
A la tarde, Hinata ya se sentía lo suficientemente bien como para demostrar impaciencia, aunque Edith no a dejaba salir de la cama.
‒Tengo órdenes estrictas de impedir que te canses.
A pesar del tedio, Hinata permaneció en la cama el día entero pero a la hora de cenar, intentó levantarse para ir al encuentro de su marido.
‒No, mi lady ‒Edith habló decidida, empujándola de vuelta sobre las almohadas. ‒ Cecil me dijo que debía impedir que pusiese los pies fuera de este cuarto hoy porque tu marido quiere que te cuides.
¿Edith ahora demostraba aprobación por una actitud del Caballero Rojo? ¿Era es la misma mujer que tanto lo temía al llegar a Dunmurrow?
‒Vamos bebe esto. Glenna preparó una sopa especial, bien liviana para tu estómago.
Irritada, Hinata comenzó a tomar la sopa. Claro que Naruto no quería su compañía. Con seguridad todavía debía estar enojado. ¿Habría descubierto, a través de Glenna o de la propia viuda Mei, el verdadero objetivo de la poción?
Oh, Dios, sólo esperaba que ahora, después de haberlo aceptado con todo su corazón, él no le diese la espalda.
‒Quiero a mi marido. Quiero verlo ahora. ‒Hinata entregó el plato vacío a la criada, sabiendo que protestaría. Pero no tenía importancia. Necesitaba del alivio que sólo el Caballero Rojo era capaz de darle.
‒Y lo verás. Voy a pedirle a Cecil que le transmita el recado. ¿Puedo retirarme ahora, o vas a querer algo más?
Hinata sacudió la cabeza y dispensó a la sierva, no sin antes recomendarle que hablara con Cecil inmediatamente. En verdad, si Edith fuese más valiente, la mandaría a llevarle el recado al Caballero Rojo personalmente.
‒¡Edith! Por favor... apague todas las velas. Y cierre las cortinas de mi cama antes de salir.
Sola otra vez, sonrió al pensar en el último pedido a la criada: que apagara todas las velas. No precisaba de la oscuridad para descansar sino para aguardar a su marido.
No fue necesario esperar mucho. Una leve corriente de aire, el ruido de las cortinas siendo abiertas y luego una presencia grande y sólida dominó la oscuridad. Al extender la mano para tocarlo, Hinata se sorprendió al percibir que Naruto usaba una especie de tunica, cuando en verdad prefería tenerlo desnudo en la cama.
‒¿Me mandaste a llamar, esposa? ‒La voz profunda sonaba seria como siempre.
‒Si. ‒ ¿Sería imaginación suya, o él la confortaría hasta el amanecer, abrazándola solamente? Esos cambios repentinos de humor la dejaban confusa, sin saber qué pensar. Sin embargo se sentía incapaz de experimentar cualquier sentimiento de rabia en relación a su marido. No después de darse cuenta de cuán importante era ese hombre en su vida.
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Casada con el diablo ~ NaruHina
FanfictionLady Hinata es una mujer linda y orgullosa que no necesita a ningún hombre en su vida. Ha manejado con éxito el castillo de su familia por un año, pero el rey ha declarado que ella debe casarse con uno de los caballeros del reino. Determinada a most...