-¿Qué pasó?- preguntó Ross, levantando a la niña.
Victoria se retorció en sus brazos, sin querer hablar de eso, incluso si esa era una pregunta para Williams. Ella solo quería irse ya.
Ross frotó círculos en su espalda, su cálida mano ya la hacía sentir mejor, pero aún quería salir de allí.
-Tú... quizás quieras llevártela con otra persona, porque esto no te gustará-
-Habla, Alistair- exigió con impaciencia.
-Tom Brown intentó llevarse a Vicky con él y sus amigos, y la insultó. Casi la golpea también, pero aparecí yo-
El cuerpo de Ross se tensó y a Vicky no le gustó eso. Ella gimió porque sabía que eso significaba que él la dejaría ahora, pero necesitaba ir a "hablar" con ese Brown de nuevo y asegurarse de que su familia quedara arruinada a partir de esa noche.
No solo se habían estado metiendo con los Caruso y tratando inútilmente de aliarse contra ellos, sino que también la habían hecho llorar.
Si él no la hubiera estado sujetando en ese momento, Ross definitivamente ya habría sacado su arma. Pero se compuso.
Jeff vino justo detrás de ellos, hablando agitadamente.
-Has encontrado a.. ¿qué está pasando?-
-Necesito que la lleves a casa, dile a Jake que venga aquí para que pueda ayudarme aquí-
-¿De qué estás hablando?- Jeff frunció el ceño.
Ross no respondió, en cambio, miró a la chica sorprendida en sus brazos y le dijo suavemente:
-Seré rápido, bebé. Acabo de recordar que tengo que hacer negocios con alguien más, ¿sí?-
-Quédate aquí, no quiero que te vayas-, dijo Victoria, escondiéndose más en el espacio entre su cuello y su hombro. Él la hizo rebotar un poco mientras miraba a Jeff agarrar su teléfono, para poder contarle a Jake y Marcus al respecto.
Pareció calmarse en cuanto el conductor cerró la puerta. Ross siguió frotando círculos en su espalda mientras Marcus la miraba con empatía.
~~~
-Bebé, vamos. Es hora de dormir- Ross suspiró por quinta vez. Victoria no le prestó atención y siguió quejándose todo el tiempo que él trató de hacer que se bañara, aunque sorprendentemente pudo, ganándose algunos gemidos.
En este momento, ella estaba simplemente en pijama y calcetines, y estaba esperando que él le desenredara el cabello. Ya era bastante tarde, así que Ross solo quería que ella cooperara.
-Princesa, si no te castigo en este momento es por lo que pasó allí, pero estoy llegando a mi límite- explicó, haciendo que Vicky lo mirara a los ojos. -Así que sé buena niña y deja que daddy te peine para que puedas irte a dormir. ¿Está claro?-
-Sí- resopló ella.
-...-
-Sí daddy-
Suavemente agarró el cabello de Victoria y comenzó a desenredarlo, mientras ella seguía jugueteando con sus dedos en su regazo. El toque de Ross siempre la calmaba, así que no estaba tan quisquillosa en ese momento.
-¿Qué te ha alterado tanto, hm? Siempre eres una buena chica-
-Yo... no sé-
-Bebé, sé que podrías estar molesta por ese hombre y Williams en este momento, pero aún estás diferente de lo habitual. ¿Qué pasa?-
Siguió peinando su cabello incluso si había terminado, esperando que ella respondiera.
-Yo... ¿te he hablado alguna vez de mi padre?-
Frunció el ceño, no le gustaba a dónde iba eso.
-No lo creo, ¿por qué bebé?-
Victoria suspiró y miró hacia abajo, tratando de encontrar las palabras correctas, ya que eso era algo que nunca le había dicho a nadie antes.
-Bueno, eh, mi padre nos dejó cuando yo era demasiado joven, tal vez alrededor de dos o tres años. No recuerdo su cara, pero sí recuerdo sus gritos constantes y... cómo solía tratar a mi madre-. ella comenzó, sintiéndose relajada por sus acciones. -También recuerdo haber visto botellas de alcohol y esas cosas, y a mi madre no le gustaba nada de eso, porque siempre se quejaba y le gritaba-.
-¿Entonces es por eso que no te gustaba ese lugar?-
Ross habló suavemente, sintiendo que le hervía la sangre con esas palabras.
-Ajá. Mi padre era violento. No estoy muy segura de que alguna vez le pusiera la mano encima a mi madre, pero estoy segura de que siempre maldecía, gritaba y nos faltaba el respeto. Cuando se fue... creo que eso es cuando mi madre empezó a tratarme así. Por eso tampoco puedo culparla...-
Ross se detuvo e hizo que Victoria lo mirara de nuevo, sus ojos inocentes fijos en los de él. No estaba seguro de qué decirle, porque no era la persona adecuada en esas situaciones. Pero entendía el sentimiento bastante bien.
Excepto que tenía a sus hermanos para enfrentar cualquier asunto. Siempre había estado sola.
-No, Vicky. Tu madre no tenía excusa para tratarte así. Ella es tu madre y se supone que debe cuidarte, y que yo sepa, Elizabeth solo te lo ha puesto difícil-.
Victoria asintió y miró hacia otro lado, en realidad no quería hablar de su madre en ese momento. Se secó unas lágrimas de la cara y siguió hablando.
-La cosa es que no puedo recordar la cara de mi padre, pero sé que era un pedazo de basura. Por eso es que me congelé después de esta noche. Lo siento, he sido molesta, yo -
-Shh, está bien. Lo entiendo, y gracias por compartir eso conmigo- dijo mientras ponía unos mechones de cabello detrás de su oreja. -Por cierto, ¿al menos recuerdas el nombre de tu padre?-
-No, mi madre nunca me había dicho nada al respecto, aunque muchas veces me dice que fue mi culpa que él se fuera- dijo, murmurando la última parte para sí misma.
-Está bien. Ya no hay necesidad de preocuparse por eso, ¿sí?- Ross dijo mientras la levantaba y la acostaba en la cama. No sabía si Victoria ya era pequeña, pero aun así le entregó a Daisy y ella la tomó con mucho gusto. -Nada de eso es culpa tuya, princesa. Y me aseguraré de que nadie te vuelva a lastimar-
-¿Daddy?-
-¿Hmm?-
-Duerme aquí conmigo, por favor- pidió, frotándose los ojos.
-Yo... está bien, me quedaré aquí hasta que te duermas-
Y con eso, Victoria se quedó dormida en unos minutos. De todos modos, Ross no pudo evitar procesar todo lo que ella le había dicho minutos antes. Definitivamente tuvo que pedirle a Williams y Marcus que investigaran un poco sobre ella.
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La princesa de la mafia
RomanceVictoria Smith siempre había sido una chica tímida, ya que nadie se preocupaba por ella. Sentía que no tenía a nadie en el mundo, bueno, excepto a su gato. Una noche, descubre que tal vez esa soledad estaba apunto de terminar... "¿Qué estás haciendo...