"Por todo lo que sufriste, serás recompensado con un gran poder" Le dijo Arceus a nuestro protagonista.
Lo que van a leer a continuación son las memorias de un hombre, el cuál luego de un sueño cambia su vida por completo, conociendo a unas lindas...
Finalmemte, gracias a Arceus, era el primer fin de semana
Me levanté, me bañé, desayuné, me cambié, y salí un rato a la calle.
Estaba en el parque, así que aproveché y saqué un cigarrillo
Cualquier policía que me quisiera joder, le sacaba mi identificación falsa, y a la mierda.
En fin, estaba caminando por el parque, cuando de pronto me dí la vuelta.
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Era esa morra Cinderace.
Me estaba viendo con una cara de sorpresa. Pero luego cambió a una bromista.
Sabía que traía algo entre manos, sabía quién era, era el pendejo que se sentaba junto a ella en la escuelita, ella podía acusarme con los maestros que me vió fumando.
Comencé a caminar, para irme a otro lado.
Pero me comenzó a seguir
Ahí fué cuando me desesperé y empecé a correr.
No es que le tuviera miedo o algo, solo que me daba Yuyu saber que me conocía, y que podía hacer que me expulsaran de la academía Pokémon.
Hasta que llegué a una esquina.
Zatara: bueno... Finalmente...
Cinderace: ¿Finalmente qué?
Zatara: COÑO DE SU PUTA MADRE.
Seguí corriendo hasta llegar a mi casa, ahí cerré la puerta y me quedé escondido.
Cuando de pronto:
*Toc toc toc*
Mierda.
Cinderace: oye, sé que estás aquí, te miré entrar, por favor abre, no le diré a nadie.
No tenía otra opción.
Abrí la puerta.
Cinderace: ¿Te molesta si paso?
Zatara: supongo que me perseguiste desde el parque hasta aquí, pasa.
Cinderace: ¡Gracias!
Ahí solo se sentó en un sillón, y se quedó viendo mi casa.
