12:23 A.M
Tom estaba acurrucado en el sofá de la sala mientras veía cualquier mierda que saliera en la televisión. Tenía sueño y estaba adolorido. Al acercarce su celo, últimamente no estaba durmiendo del todo bien, ya que el dolor de huesos, la temperatura alta y su necesidad de hacer un nido lo mantenían despierto e incómodo la mayor parte de la noche, por no decir toda. Odiaba eso, que por su estúpido género secundario tenía impulsos asquerosos y no podía disfrutar su vida como cualquier persona normal.
Odiaba ser un omega.
Mientras Tom intentaba no quedarse dormido durante la aburrida película y pensaba las grandes desventajas de ser lo que era, Edd estaba encerado en su habitación para poder terminar todas las comisiones que le habían pedido. Estaba jodidamente cansado, su cuerpo pedía a gritos que se detuviera, que se tomara un tiempo para relajarse, pero no podía parar ahora que ya casi terminaba. Además, todavía tenía que pagar el alquiler y si no lograba conseguir algo de dinero pronto, probablemente tendría que obligar a Matt y Tom a conseguir un trabajo para tener el dinero suficiente, lo cual le parecía muy grosero de su parte, porque mierda, los "pobres" chicos tenían que soportar un dolor mensual horrible mientras estaban en celo, ¿Y él quería que trabajaran? Eso sonaba bastante insensible en su opinión.
Soltó un suspiro mientras tomaba su cabello con fuerza, tirando de el, nunca antes se había sentido tan estresado.
Solamente quería acurrucarse y dormir con su novio.
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Tom despertó de su corto e incomodo sueño aproximadamente a las dos de la madrugada.
Se sobó el cuello y miró a su alrededor, sin reconocer el lugar en donde estaba. El ruido de la televisión encendida le recordó rápidamente que estaba en la sala, durmiendo en el sofá y con un dolor de espalda horrible.
Trató de volverse a dormir, ignorando que al amanecer posiblemente se odiaría por haber sido tan flojo y no querer ir a su habitación. Iba a quejarse de su dolor de espalda con Matt a pesar de que el rubio fresa no había tenido la culpa.
Mientras trataba de volver a quedarse dormido, su mente se desvió hacía Edd, aquel alfa que ahora era su compañero de vida. Una sonrisa tímida se posó en su rostro, amaba mucho a el alfa de hoodie verde adicto a la Coca-Cola.
Recuerda muy bien como se enamoró de él, fue cuando apenas eran unos adolecentes. Edd solía ser un tipo con corte de emo y una actitud relajada, algo muy diferente a lo que es ahora, porque sí, Edd ya no era un emo y tampoco estaba del todo relajado.
El pensamiento lo hizo fruncir el ceño, desde que el comunista pervertido de Tord se había ido a la gran ciudad, el artista era el único que pagaba el alquiler de la casa, ya que, al ser el líder y el ahora único alfa, ese era "su deber".
Últimamente Edd se la pasaba en su cuarto, salía únicamente para comer o ir al baño, tenía ojeras notables, lo veía menos y cada vez que lo hacía estaba más pálido, posiblemente por no salir a que le de el sol.
Lo negaría, pero en realidad estaba muy preocupado.
Con esos pensamientos que le quitaron el sueño durante lo que pareció una hora, el británico cerró los ojos, quedándose dormido en el incómodo sofá, aún con la televisión encendida.
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Eran las cuatro de la mañana cuando Edd finalmente salió de su habitación. Tenía bolsas negras debajo de los ojos por haberse quedado despierto toda la noche terminado todas las comisiones que le habían encargado.
Con algo de dificultad y cansancio, se dirigió a el baño para hacer sus necesidades.
Al salir, fue a la sala y encendió la luz. Todo lo que tenía en mente era ir a el sofá y acostarse en el, cerrar los ojos y dormir unas cuantas horas antes de iniciar su día. Estaba tan, tan cansado. Almenos había terminado todo su trabajo. Cuando despertara, le mandaría las cosas a las personas que lo pidieron y podría gozar de el maravilloso dinero que perdería más tarde por pagar el alquiler.
Al llegar a la sala se encontró con la gran sorpresa de alguien ya estab durmiendo en el sofá con la televisión encendida. Creyó que se trataba de Matt, ya que el omega solía tener la mala costumbre de dormir ahí. Siempre decía que era porque su habitación estaba tan llena de su colección de juguetes que ya no había espacio en su cama para dormir cómodamente. Suspiró, tomando el control remoto para apagar la televisión. Cuando lo hizo, se dio la vuelta para ir a su cuarto, hasta que notó el cabello puntiagudo sobresaliendo de las sábanas.
Edd levantó una ceja y puso su mano en lo que creé que fue el hombro de la persona que estaba acostada allí. Lo sacudió un poco. ─¿Tom?─ preguntó para si mismo, pero cuando escuchó un suave gruñido supo que había acertado.
Edd suspiró, quitándole la sábana de encima a Tom, lo cuál le hizo ganar otro gruñido. ─Tom, yo también quiero dormir aquí, ¿podrías hacerte a un lado?─ le preguntó con la voz ronca debido a que no la había estado utilizando mucho.
El alcohólico frunció el ceño y entre abrió los ojos, siseando cuando la luz de la sala lo golpeó en el rostro. ─Agh, Edd, ve a dormir a tu cuarto─ le contestó, Edd en realidad no lo escuchó, ya que fue un murmullo. Le arrebató las sábanas al castaño, volviendo a cubrirse todo el cuerpo con ellas. ─Y apaga la luz cuando te vayas.
Edd se mordió la mano y ahogó un gritó, contó hasta diez para relajarse y luego miró a Tom con molestia. ─Bueno, si lo quieres por las malas─ dijo, para luego destapar al más pequeño, levantarlo, sentarse en el sofá y colocarlo en su regazo.
Tom se sorprendió por el movimiento repentino, pero aún no estaba consiente del todo, seguía adormilado, así que no reclamó nada.
Edd escondió su cabeza en el cuello de Tom, besando la marca de reclamo que él había dejado. Tom murmuró más cosas que el de artista no comprendió, así que solo siguió besando esa zona.
Tom no estaba disgustado, se recargo más en Edd y ronroneó, feliz de pasar algo de tiempo con él. Luego lo mandaría a la mierda por haberlo despertado, por ahora, solo disfrutaría de su compañía.
Una sonrisa cansada se posó en el rostro de Edd. Con algo de tristeza bajó a Tom de su regazo y se recostó en el sofá, para luego jalar a su pareja, dejando la cabeza de esta posada en su pecho, manteniendo la posición, el mayor comenzó a acariciar los cabellos castaños de Tom. Tom suspiró, inclinándose hacia el toque de Edd.
Todo era agradable y tranquilo, solo ellos dos dándose el amor que se sentían. El castaño ya se estaba quedando dormido y la respiración relajada del alcohólico significaba que seguramente él ya lo estaba. Fue una voz la que hizo que Edd perdiera el sueño.
─Err, ¿chicos...?─ habló Matt, haciendo que Edd le dirigiera la mirada.
Edd se acomodó un poco para poder prestarle más atención al otro omega, lo que logró que Tom soltara un quejido. El castaño acarició la espalda de el menor intentando que no de despertara.
─¿Qué sucede, Matt?─ preguntó Edd, hablando en voz baja.
Matt desvió la mirada hacia el suelo, sintiéndose incapaz de mirar al alfa a los ojos. ─Y-yo quería saber si...
─¿Ajá?
El pelirrojo se puso aún más nervioso. ─N-nada, no pasa nada─ dijo, huyendo a su habitación.
El portazo que dio el narcisista se escuchó en toda la casa, y bastante fuerte, a decir verdad, ya que Tom se volvió a quejar.
Edd se quedó extrañado por el comportamiento de su amigo, pero no le tomo importancia y miró a su novio con cariño. Se acostó de nuevo con él y lo abrazó.
Como amaba a Tom.