A Tom siempre le habían enseñado que mentir era malo.
Su amigo Tord era lo más cercano que tenía a una "mala influencia". El noruego mentía, aunque, en realidad, la mayoría de las veces no lo hacía con un motivo dañino.
Un día, Tord le contó sobre su otro amigo, Edd (Tom estaba realmente sorprendido, ya que pensaba que él era el único amigo del adicto al hentai) y sobre como era un muy buen artista, lo que despertó su curiosidad.
Tord le presentó a Edd, y rápidamente se convirtieron en amigos. Muy buenos amigos.
Edd era casi igual a el noruego en personalidad. Ambos eran problemáticos, y sus padres le habían prohibido juntarse con ellos. En realidad no le importó, aveces odiaba lo controladores que eran sus padres, así que por eso aceptó la bebida alcohólica que Tord le había ofrecido en una de las muchas fiestas a las que asistió gracias a Edd.
El castaño lo invitó a su casa una vez, él no se negó.
Estaban tomando cerveza en la habitación del mayor, cuando de repente el castaño notó una pulsera que tenía, que era de los colores del arcoíris.
─Tú no eres marica, ¿verdad?─ le preguntó. Por el tono de su voz y la forma en la que lo dijo, Tom supo que no lo decía solo porque tenía curiosidad.
Tom era abiertamente bisexual, no se molestaba en ocultarlo, nunca pensó que alguien tuviera problema con eso.
Pero al perecer Edd si lo tenía.
Tom nunca había mentido antes. Pero a él le gustaba Edd, realmente le gustaba Edd, entonces, ¿qué más se suponía que dijera? ─Ew, Dios, no. ¿Qué mierda te hace pensar eso?
Desde ahí, todo fue de mal en peor.
