Speak Now | Draco Malfoy y Tú | +18

𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐨𝐧𝐞

𝐃𝐢𝐝 𝐲𝐨𝐮 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐤 𝐈 𝐰𝐨𝐮𝐥𝐝𝐧'𝐭 𝐡𝐞𝐚𝐫
𝐚𝐥𝐥 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐡𝐢𝐠𝐧𝐬 𝐲𝐨𝐮 𝐬𝐚𝐢𝐝 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐦𝐞?

Se vistió y se calzó con prendas hermosas, como cada día, esperó a Harry en el desayuno con su usual sonrisa. Fue un almuerzo armonioso y cotidiano, a pesar de que ________ tuvo que tragarse sus ganas de clavarle el tenedor en los ojos a medida que progresaba la mañana.

Se fue tras darle un beso, atareado, buscó entre sus cosas su varita y _______ se la dio con una sonrisa recordándole lo despistado que podía llegar a ser. Para Harry, esa mañana fue como cualquier otra.

Pero para Rosier, todo apuntaba a que sería un día ajetreado.

Huyó de su hogar en el valle de Godric bajo el anonimato que le brindaban su mascada y unos lentes de sol amplios, recorrió en bus el Londres muggle hasta llegar a el corazón del lado mágico de su mundo. Buscó por una hora un hilo del cual tirar hasta que se encontró con alguien que muy seguramente tenía la respuesta que necesitaba..

Sentado dentro de una biblioteca que ofrecía desayunos express, un chico con quien compartió sus años de colegio leía efusivamente un libro de pasta dura que no reconoció.

—No te creía culto, Blaise.

Su acento francés deslavado hizo que Zabini la reconociera enseguida.

—Veo que la vida de casada te ha tratado de maravilla, Rosier —comentó tras escanear su vestimenta y reconocer al menos tres prendas de marcas prestigiosas.

—Ni te lo imaginas —respondió con el recuerdo de la velada del día anterior burlándose de ella pues no pudo disfrutar de su noche de pasión por el simple pensamiento de que ella no era la única mujer que gozaba de ese lado carnal de su propio esposo.

—Bueno, mi querida _______, sé que no estás aquí solo para poner en duda si soy o no culto.

—Perspicaz como siempre —atinó a decir pidiendo a las mesera una taza de moka—, evidentemente, quiero información, sé que sabes dónde está, necesito que me lleves a él.

Todo el rostro de Blaise cambió ante ese pedido, su sonrisa iluminada desapareció en una fracción de segundo y casi se sintió desvanecerse en esa mesita dentro de la biblioteca. 

—No se si entiendas la magnitud de lo que me estás pidiendo.

—Por supuesto que lo sé —su actitud mordaz resultaba impropio de su imagen, _______ se había encargado de posicionarse como una mujer amable, noble y humilde, justo como lo sería la esposa de alguien como Harry Potter.

—Hay que hablar de esto en un lugar más privado.

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Nunca sintió la mansión Malfoy tan inquietante.

La reja que presidía el terreno parecía tocar las nubes, con sus picas que, según Draco le contó cuando eran niños, sirvieron para empalar enemigos. Entraron en coche al predio para después seguir un camino de grava a pie, flanqueado por ambos lados con jardines extensos de flores y arbustos probablemente encantados.

—Los elfos siguen aquí, son ellos quienes se encargan del servicio de la mansión —comentó Zabini mientras subían las escaleras del zaguán—, fueron liberados después de la segunda guerra, pero nunca se fueron.

La puerta no rechinó cuando la abrieron, pero _______ sintió un aire gélido ante la inmensidad de la mansión recubierta en mármol, aunque quizás era todo ese espacio disponible que llevaba desierto desde la primavera del 98.

Pasaron por el recibidor hasta llegar a la que fue la oficina de Narcissa Malfoy. Las luces encendidas le daban a la habitación una especie de calidez que desentonaba con el resto de la habitación. Atribuyó eso a que la esencia de Narcissa aún estaba ahí, metida entre los muebles de cuero y las librerías atiborradas con tomos de diversos temas.

Blaise la hizo tomar asiento enfrente del escritorio, él tomó asiento en la silla mullida que alguna vez perteneció a Narcissa Malfoy y su plática dio inicio.

—Ahora si, linda, ¿cuál es tu urgencia por saber dónde está Draco Malfoy?

_______ comenzó a quitarse su mascada al darse cuenta de que la plática se alargaría, Blaise se perdió un segundo en su cabello cayendo sobre sus hombros en gráciles caireles dorados.

—El estúpido de Potter me fue infiel —soltó sabiendo que podía confiar en Blaise, a pesar de que solía ser un chismoso en Hogwarts, sabía pintar una línea entre lo que podía y lo que no podía decir.

Aún así, no pudo contener un jadeo y llevarse la mano a la boca, totalmente asombrado.

—¡¿Me estás hablando de Harry Potter, del mismo Harry Potter que salvó al mundo mágico?!

—No, idiota, estoy hablando de su padre —el sarcasmo en su voz fue tan evidente que Blaise reprimió una risa en su garganta—, obvio que estoy hablando de Harry James Potter —respondió remarcando el nombre de su esposo.

—Por Merlín —Blaise pensó en cuánto valdría esa información ante los ojos de Rita Skeeter—, son la pareja del momento, si algo como esto sale a la luz quedarás en ridículo enfrente del mundo mágico.

—¡Ya sé! —dijo exasperada.

—¿Y cuál es ese plan que pasa por esa linda cabecita tuya?

Blaise Zabini escuchó atentamente cada detalle de lo que a _______ le gustaba llamar la venganza del siglo.

—¿No crees que es un poco demasiado?

—Obvio no, ese maldito se ha estado burlando de mí a mis espaldas con la mujer más simplona que pudo encontrar.

No era algo común escucharla hablar de esa manera acerca de otras personas, se parecía más a la _______ que ingresó a Hogwarts con ideas retorcidas sobre su supuesta superioridad enfrente del resto de chicas, algo que su madre propulsó desde que tenía uso de razón por el simple hecho de ser mitad veela.

Cambió radicalmente al conocer a Hermione Granger, después vino su participación en el E.D. y consecuentemente su relación con Harry Potter.

A pesar de eso, ahora tenía una ira descomunal nublando su razón, quería arrancar cabezas, romper extremidades, hacer humillaciones públicas y quizás incluso una muestra de su poder veela en todo su esplendor.

Pero nunca utilizaría esos métodos tan arcaicos y vulgares para saciar su sed, ella necesitaba más, necesitaba proclamar su poder por encima del de Harry, por que para _______ daba lo mismo si él había logrado vencer al mismísimo señor oscuro en distintas ocasiones, para ella, jamás existiría ningún ser humano, bruja o mago capaz de hacerla pasar una humillación de esa magnitud.

—No me importa —dijo con honestidad—, ambos lo merecen, nunca debieron meterse conmigo.