Pañuelo

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Capitulo 2.- Pañuelo

Pov ____:

El liviano vaso continúo de la misma manera que en un principio, semi llenó mientras todos bebían sin ningúna limitación.

Los cinco aportaban temas interesantes a excepción de mí, porque prefería mantener en privado ciertas cosas de mi vida.

Fue entonces que me levanté con cautela hasta sentarme en un extremo de la barra. No pasó mucho tiempo para sentir la breve presencia de alguien que entremezclaba su aroma con la del whisky.

Fijé mi mirada en el castaño quien alzó su vaso para brindar, pero al ver que no hacía lo mismo frunció su ceño junto con una sonrisa curiosa.

— ¿No bebes? — negué.

— Para serle honesta, odio el olor y mucho más el sabor — expliqué haciendo una mueca de asco por lo que no resistió a reír — si lo hago es solo para acompañar, en ocasiones las mejores conversaciones vienen relacionadas con una bebida. 

— ¿Y es en general o hay algo con lo que puedas tolerar?

— Lo hay — respondí y con atención esperó mi continuación — la cerveza.

— ¿Entonces qué dices si me das ese vaso y tú tranquilamente bebes una cerveza con total comodidad?

— Gracias pero pasó, está noche no — expliqué amablemente — sin embargo, si a usted tanto le apetece, se lo concedo.

Asintió dirigiéndose a aquella acción, quien que, con un solo trago desvaneció cada gota que cabía en ese objeto.
Sostuve una sonrisa sincera, pero ya estaba pronto a qué dieran las nueve, por ello tomé mi abrigo y con tenues palmadas en su estrecha espalda le dije adiós, al igual que con los demás presentes. 

Ya fuera del bar pude darme cuenta de como la noche y el frío jugaban entre sí.
Mi cuerpo temblaba por tal situación y que mejor que caminar para poder calentarse.

Estiré las piernas con tal de caminar con normalidad pues luego de pasar todo el día moviéndome de un lado a otro había hecho que ese par se doblegaran por lo cansado que fue.

— ¡Espere detective!

La voz del inquietante masculino me detuvo con brusquedad cuando apenas y estaba por dar el primer paso.

—¿Sucede algo abogado? — pregunté desconcertada.

— No, realmente no, pero creo que sería mejor si alguien la acompaña, ¿va para allá? — asenti.

— Gracias — le contesté correspondiendo su petición — sabe señor Barba, usted es más amable de lo que aparenta.

— ¿Eso creé?

— Sí — rio nuevamente — y también creo que no solo está acercándose a mí por casualidad, dígame ¿qué es lo que busca?

Aquella pregunta lo tomó por sorpresa.

— Bien iré al grano — respondió — me disculpo si todo ésto le hizo sentir incómoda, solo vine a disculparme — seguí sin comprender ni una palabra de lo que decía así que preferí a esperar que continuara — hace un mes que usted fue transferida — explicó con serenidad — el día que por primera vez que la ví, pensé que era otro Carisi — no pude negar que eso sí me dió gracia aunque no me atreví a llorar de la risa — hasta el día de hoy, que demostró que usted es una persona singular e interesante, de eso no cabe duda.

— Gracias — contesté amistosamente  — me halagan sus palabras y si eso es todo, deberá disculparme pero tengo irme... hasta mañana.

Podría haber sonado grosera. Simplemente tenía una razón muy quisquillosa llamada Alfred y su mal carácter con la impuntualidad.

Heart Burn ||Rafael Barba Y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora