La nueva doncella de Eloise Bridgerton le parece más interesante de lo que debería.
Bethany quiere descubrir su pasado, mientras intenta descifrar sus sentimientos hacia cierta chica de ojos grises.
El mundo se les tornará gris, pero aprenderán a ve...
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𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍
𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍
𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍, 𝒊𝒕'𝒔 𝒕𝒓𝒖𝒆
El sol ya se había escondido, dejando un cielo teñido de tonos anaranjados y rosados. La habitación estaba en penumbra, iluminada únicamente por la luz de la luna que se filtraba por la ventana. Bethany estaba acostada en su cama, con los ojos cerrados, tratando de dormir, pero su mente no dejaba de pensar en ella.
No entendía por qué no podía sacarse de la cabeza a aquella señorita de ojos grises y mejillas rosadas. Era un sentimiento extraño el que sentía, el cual nunca había sentido antes por nadie. Un cosquilleo le recorría todo su cuerpo cuando pensaba en ella y una sonrisa se plasmaba en su rostro.
Bethany muy en lo profundo sabía que sus sentimientos por Eloise eran más que simplemente una relación doncella-señorita, o de amigas, pero prefería no pensar en eso pues no era algo apropiado para ninguna de las dos.
Bethany suspiró profundamente, tratando de calmar sus pensamientos. Necesitaba controlar sus sentimientos, mantenerse centrada en sus metas y objetivos, y no dejarse llevar por las emociones.
Bethany abrió los ojos y se levantó de la cama. Sabía que tenía que hacer algo para liberar su mente. Decidió salir a caminar bajo la luz de la luna, respirar aire fresco y contemplar la belleza de la noche y de los hermosos jardines de la casa Bridgerton. Tal vez así, encontraría la paz que necesitaba para enfocarse en sus metas.
Mientras caminaba por los jardines se encontró con unos columpios y se sentó en uno de ellos cerrando los ojos y respirando profundo, liberando su mente de todo pensamiento obsceno e inapropiado, pero una voz estropeó su intento.
—Bethany— la nombrada se sobresaltó y se puso rápidamente de pie—. Disculpe, no era mi intención asustarla.
—No se preocupe señorita Eloise— sonrió Bethany.
—¿Tampoco puede dormir?
—Lamentablemente no— dijo Bethany—. ¿y usted?
—Tengo mucho dolor de cabeza, mi madre me tiene estresada debido a la temporada.
—Creo que puedo ayudarla con eso— dijo Bethany y Eloise asintió.
Ambas chicas se encaminaron hacia el interior de la casa hasta la cocina. Eloise se sentó en un pequeño banquito en la cocina quejándose de todo lo que su madre le exigía, mientras que Bethany buscaba y olía recipientes.
—Nuestras madres siempre quieren lo mejor para nosotros, pero no se dan cuenta que tal vez lo que es mejor para ellas no lo es para nosotros.
