¿Alguna vez has escrito algo que sabes que jamás podrás decirle a esa persona?
Son solo cartas que escribí para calmar mi alma creativa. Siéntete libre de leer estos pensamientos, tal vez y puedan inspirarte en futuros proyectos.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No puedo creer que ya te he escrito 11 cartas. Por alguna razón siento que es una manera de comunicarme contigo, pero solo estoy soñando. A veces tengo la sensación que sabes de mi existencia, suena loco, lo sé y probablemente estoy equivocada, pero no sé por qué elijo creer.
Quiero seguir un rato más en esta burbuja, tal vez algún día llegue algún número determinado de carta y en ella dire que lo he logrado. Que he podido alcanzar tu mano y tú me notaste. ¿Qué pasará de ahí?, tampoco lo he pensado, por un lado, pueda que le ponga fin a todas las cartas anteriores, cartas que no podría volver a ver o que leería una y otra vez para recordar mi trayecto.
¿Qué haré después?, pensemos en el futuro por un instante. Si quizás todo sale de cierto modo, pueda que escriba una última carta, donde por fin diga tu nombre, para luego enseñártelas todas y ver tu reacción. Pero por el otro lado, pueda que escriba la última carta, tal vez agradecida, triste o sin ninguna emoción... todo es válido, supongo, una donde el ciclo haya llegado a su fin y es hora de escribir nuevas cartas con nuevos objetivos.
Es triste para mí pensar que puedo inclinarme por la segunda. Aun así, sé que estos momentos los estoy viviendo feliz, aunque no estés a mi lado.
¿Crees en las casualidades?, sabes, es debido a ellas que siento, irónicamente, que no es casualidad haberte conocido, pues que haya notado miles a tu alrededor me parece extraño. Pero sobre todo hay una que no me deja de intrigar.
Un día te soñé, con tu cara bella y ojos curiosos. Me acerqué a ti como si ya te conociera de hace años, pero, sobre todo, llevabas una prenda que nunca olvidaré... Una prenda gris, que posteriormente no dejo de ver que usas, y yo sé muy bien que tienen más prendas; sin embargo, cada que te veo la usas. Una estupidez lo sé otra vez, pero a veces siento que nos pudimos conocer en ese sueño y que esta es tu manera de decirme que sabes de mí, la chica de prenda naranja.
Volveré a bajar de las nubes, pero una parte de mí quedará ahí, una pequeña luz de esperanza, pues luego de mucho tiempo le haré caso a mi instinto.