Irene.
Estaba asustada. Ya habían pasado las tres primeras horas y todavía nadie me había dirigido la palabra. Todo el mundo había ido formando piñas dejándome por completo de lado.
Había llegado el recreo y mientras caminaba en busca de un lugar donde sentarme, escuchaba música para tranquilizarme. En concreto mi grupo favorito. A medida que caminaba solo veía a gente sentada en grupos y a ninguna persona sola ¿De verdad iba a ser la única?
De repente sentí como si uno de mis auriculares se cayera, perdiéndose en el aire los versos de la canción que escuchaba en aquel momento. Cuando quise darme cuenta vi a un chico que no había visto en mi vida. Este tenía unas pintas pésimas, respecto a cara y vestimenta. Intenté apartarme y este se colocó mi auricular en la oreja.
—¿Se puede saber qué haces? —logré reprocharle.
Se acercó a un grupo de chicos ignorando mi comentario, donde destacaban tres chicas con pelo de colores. No había visto a ninguno en clases, así que creo que eran de otro bachillerato, a lo mejor de Artes Plásticas. El chico le ofreció a una de las chicas mi auricular inalámbrico y esta comenzó a reírse.
—¿Qué es esto? —me preguntó provocando que temblara.
—K-pop —solté con poca fuerza en la voz.
—Esto lo escucha mi hermano de seis años.
Todos los de ese grupo se rieron y yo intenté no llorar. La chica me ofreció sentarme a su lado con la intención de enseñarme otro tipo de música y pasé miedo.
—No —añadí mientras le arrebataba mi auricular de las manos.
Corrí fuera del patio y pude ver cómo todos me miraban fijamente.
Me metí en la que era mi nueva clase y me escondí al fondo. Respiré hondo intentando dejar de temblar. Marqué el número de Sandra tal y como esta me había propuesto hacer si me pasaba lo más mínimo, pero no respondió a la llamada. Intenté llamar a Andrés y a Julio con el fin de que alguno me contestara, pero tampoco. Ojalá estuvieran aquí. Ojalá tuviera a alguien en aquel lugar para evitar lo que me pasaba siempre. Quedarme sola y marginada por no encajar.
—Joder—susurré mientras contenía mis lágrimas.
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ETERNOS (Todo tiene un comienzo)
Novela Juvenil¿Es posible alcanzar la eternidad, o esta es tan solo una simple sensación?... ¿Es posible convertirte en lo que quieres ser a pesar de la edad que tengas? ¿Puede uno sanar un corazón malherido cuando lo creías todo resuelto? ¿En algún momento de n...
