59. ¿A QUÉ ESTA JUGANDO HN EMILY?

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Mateo 16
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Ese momento parecía interminable, era algo único, al menos para mí, no sé que estaría sintiendo Jak.

Tal vez este molesto porque estoy obstaculizando su paso o tal vez, quizás en lo profundo de su ser, quiera que esté momento no termine como yo tampoco quiero que termine.

Sé que aunque intenté olvidarme de él no podré hacerlo mientras esté viva, la única forma de olvidarlo será cuando parta a la eternidad, que por lo visto será muy pronto.

Trague grueso y lentamente levanté mi mirada hacia él, para verlo.

Sé que para mí es muy difícil sostenerle la mirada, y peor aún en los terminos en los que estamos.

Aún así quiero hacerlo, nadie me garantiza que tenga otra oportunidad.

Cuando nuestras miradas se encontraron, las lágrimas brotaron de mis ojos, porque no encontré en su mirada lo que esperaba encontrar.

Me arrepentí de haberlo mirado.

Yo ansiaba encontrar aunque fuera una pisquita de amor, al menos un poco de dulzura con la que me miraba antes

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Yo ansiaba encontrar aunque fuera una pisquita de amor, al menos un poco de dulzura con la que me miraba antes.

Pero lo único que encontré fue frialdad, dureza, es como si dijera:

Quítate de mi camino, me eres tropiezo.

Fue como si apuñalaran mi pecho, el dolor que sentí era tan grande que comencé a llorar a llanto.

Me sentía sola, desdichada, miserable, mi único consuelo era llorar, se que es patético, pero quién le explica eso a mí corazón.

El puso sus manos sobre mis hombros.

El solo sentir sus cálidas manos hizo que poco a poco me fuera calmando.

Lo único que anhelaba era un abrazo, siempre que el me abrazaba podía disipar el más terrible dolor.

Lamentablemente ese abrazo nunca llegó, lo que hizo al poner sus manos sobre mis hombros, fue quitarme de la puerta.

Al quedar la puerta libre el salió como si nada, no le importó en lo más mínimo mis lágrimas.

Estaba más que claro que ya no me amaba.

Siempre había oído que los hombres son muy buenos para olvidar, pensé que Jak sería diferente, yo creí que el me amaba de verdad.

Ahora estoy comenzando a creer que el amor no existe, solo el de Dios.

Me quedé ahí parada como una quien sabe que, llorando de manera desconsolada.

Fue entonces cuando me percate que en la habitación no estábamos solamente Jason y yo.

Estaban todos los J5.

MI AMOR POSIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora