Capítulo seis: ¡No te vayas!

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Pero, por supuesto, la puerta se abrió de golpe antes de que Severus se acercara a ella.

-¡Albus! ¡¿Cuántas veces te he dicho?! ¡¿No puedes ser más paciente?- Severus se burló, mirando al mago mayor.

El mago anciano solo sonrió. -También es bueno verte de nuevo, muchacho.- 

Severus miró al otro mago que estaba presente. -Minerva.- Saludó suavemente.

-Severus.- Ella saludó a cambio. -¿Cómo está el niño? ¿Está bien?- Ella habló, ya entrando como si él le hubiera hecho algo al chico.

-Él está bien, Minerva, honestamente podrías tener un poco de fe en mí, ¿sabes?-

-¡Ja!- Minerva se rió.

-No te preocupes por ella, Severus, solo es algo... protectora, se podría decir.- Dumbledore se rió con cariño, entrando.

Severus rodó los ojos y cerró la puerta detrás de él.

-¡Harry! ¡Oh, mi Merlín!- exclamó la bruja, corriendo hacia él.

-Minerva, te informé que los Dursley lo estaban maltratando.- dijo Dumbledore.

-Lo sé, Albus, ¡pero no esperaba que fuera tan malo!- Minerva gritó. -¡Esto no es maltrato Albus, esto es abuso! ¡Solo míralo, Albus! ¡No podía pesar nada más que un palo de escoba!-

El pequeño miró a la mujer con ojos temerosos. ¿Por qué estaba corriendo hacia él? ¿Hizo algo mal? ¿Iba a ser golpeado? Con ese pensamiento, soltó un gemido y un quejido más preocupante cuando ella se acercó. Sin saber qué hacer, y presa del pánico, gritó. -¡¡Papá!!-

Con eso, la mujer se congelo. -¿Papá?- Pura conmoción, pero a la vez, rabia, podía escucharse en su voz mientras giraba sobre sus talones hacia Severus.

Severus ya estaba pellizcando el puente de su nariz. -Ya repasé esto con él, no solo anoche sino justo antes de que llegaras. Le dije que se dirigiera a mí como Profesor Snape, y solo como Profesor Snape, pero el imbécil no me escucha.- Resopló molesto.

-¿De verdad?- Minerva fulminó con la mirada.

-No, me lo inventé todo con la esperanza de que me creyeras.- Severus se encontró con una mirada en blanco.

-¡No! ¡No!- El niño se quejó, la bruja lo asustó.

-Tranquilo, Harry, esta es solo una amiga nuestra. Ella también es profesora en Hogwarts.- Albus encantado. -Ella puede ser un poco ruidosa a veces, sí, pero no hay nada de qué asustarse.- Aseguró, recibiendo una mirada de ella.

Las lágrimas estaban casi en el rostro del niño, ¡no le gustaba esta bruja!

-¿No te acuerdas de mí, Harry? Nos conocimos ayer.- Dumbledore habló.

El pequeño negó con la cabeza, las lágrimas comenzaron a formarse.

-¿Lo llevaste de compras y le conseguiste algunos elementos esenciales junto con ropa adecuada?- preguntó Minerva.

-Sí, anoche, y me costó 324 galeones, eso sí.- Severus frunció el ceño.

-Bueno, es una verdadera lástima porque resulta que tenemos a alguien; hemos encontrado a alguien adecuado para cuidar a Harry, ya no tienes que cuidarlo.- Minerva dijo.

-¡¿Qué?!- Severus estalló. -¡No podrías haberme informado de esto antes de ir y gastar todo mi dinero en el imbécil!-

-Lo siento, muchacho, pero es verdad.- Albus lo confirmó.

Minerva sonrió. -Sí, hemos encontrado una bruja muy agradable para cuidarlo. Ella conoce su pasado, por lo que estará en muy buenas manos.- 

Severus estaba bastante atónito. Solo tuvo a Potter por un día y ya encontraron a alguien. También notó lo realmente asustado que estaba el chico por Minerva, así que rápidamente se acercó y levantó al chico, pareciendo que de nuevo, distraídamente, lo sostenía de una manera protectora.

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