6. Quédate conmigo

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Freen

No la vi en todo el día. Me tocó rodar en escenas donde ella no aparece y no la he podido cruzar. Deseo tanto enviarle un texto... pero no puedo hacerlo. Quiero ver su reacción al verme y para eso tiene que ser sorpresa.

—Muy bien, ¡terminamos aquí!
—Espera, Saint. Quería saber, ¿no grabaremos escenas con Rebecca hoy?
—Sí, pero no aquí. Debemos trasladarnos hacia el estudio 2, la señorita Armstrong nos espera allí.
—Genial, nos vemos allí.

Llegué al estudio dos y aparqué el coche en el estacionamiento. Entré directamente a mi camarín para guardar mis cosas cuando escuché su risa. Me puse muy nerviosa, mi corazón latía muy fuerte y decidí respirar antes de seguir. De repente escucho una voz masculina diciendo me caes bien y decidí mirar detrás de la pared.

Ella se estaba acariciando el pelo, le sonreía y parecía disfrutar aquel momento, así que interrumpí.

Mis tacones negros de charol hicieron ruido contra el piso. Me baje los lentes y deje entrever mis ojos, furiosos y celosos de aquel hombre.

—Oh, Freen... hola
—Hola.
—Entonces nos vemos luego, Becc— le sonrió.
—Sí, hasta luego.
—¡Becca!— la llamé y se asomó — Pasa y cierra la puerta por favor.

Me encanta que me haga caso en todo lo que digo.

—Digame, señorita Freen.
—Quiero hablar contigo.
—Si es por lo de la otra noche...
—Por favor, escucha. Quería decirte que lo siento. Te traté muy mal esa noche, realmente no supe cómo reaccionar. Me sentí desplazada y me enfadé.
—Creo que no merecía tal maltrato, pero de todas formas la perdono. No se preocupe, señorita Freen. Me alejaré de usted— dijo acercándose a la salida.
—No. ¿Por qué deberías alejarte?

Se acomodó el cabello de esa manera tan sexy en la que lo hace y se mordió los labios.

—Acércate— le ordené y obedeció —Me encanta que me hagas caso. Me encanta cuando juegas con tu pelo y te muerdes la boca. Justo así, de esa manera— deslicé mi dedo sobre sus labios y me agaché un poco para estar a su altura.

Me besó. No pude evitar meter mi lengua en su boca y morder su labio inferior. Becca jadeo y me besó más intensamente hasta que la aparté un momento para mirarla a los ojos, pero me esquivó la mirada. Y antes de que pudiera decir algo, la tenía besando mi cuello.

Dios, que bien se siente, creo que estoy mojada.

De repente nos interrumpen.

—¡Señorita Sarocha, en cinco minutos salimos!

Nos separamos y nos miramos durante unos segundos. Le limpie los labios manchados con gloss y le di un pequeño beso en la mejilla.

—Debo irme.

Salió por la puerta sin decir nada más.

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—Por favor, Becca, no estes distante. Hoy grabaremos una escena muy importante y tenemos que tener química.
—¿A caso no la tenemos? ¿O que es esto que tenemos, Freen?

No sé que responder. ¿Debería decirle que me tiene pensando en ella las veinticuatro horas del día?

—Me refiero a Mon y Sam. Por favor. Hagamos que esto salga bien y sea rápido para irnos a casa.
—Veo que tienes mucha prisa por irte.
—¿Vendrás conmigo?
—No, lo siento.
—¿Por qué no?
—Tengo una cita esta noche, con Ray.
—Pero...
—Durante los días que te ausentaste me sentí muy mal, él me consoló y a decir verdad es muy amable conmigo. Así que me invitó a salir y acepté la cena.
—Perfecto, Armstrong.
—¿Disculpa?

—¡Todos a sus puestos por favor! —Saint interrumpió la conversación.
—Seguiremos hablando luego, señorita Sarocha.

¡¿Me ausenté tres días y ya coqueteó con su supuesto mejor amigo?! Y todavía tiene el descaro de llamarme señorita Sarocha.

A este punto ya estaba realmente jodida. Enojada, con rabia y celos, otra vez.

Las escenas me costaron un poco más. Nos besamos y acaricie su rostro, pero esta vez logré poner la barrera entre el trabajo y mis sentimientos, así que me animó no sentir nada. Si ella tenía una cita, estaba claro que conmigo no quería estar. Tome mis pertenencias para irme a casa y Malee llamó para una salida de amigas a la cual no tenía ganas de asistir, pero acepté porque no quería quedarme sola.

—¡¿Y entonces?!
—Simplemente dijo que no, tenía una cita con "Ray"— hice un gesto de desagrado y ella rió a carcajadas.
—Estas tan celosa Freen...
—Si, lo estoy.
—Al menos eres capaz de admitirlo.
—Ya, pero no sirve de nada. Seguro se la debe estar pasando genial.
—Me parece que su noche recién empieza— señaló la entrada.

Ambos ingresaban por la puerta principal y él le cedió el paso hacia la mesa que tenía reservada.

—Perfecto, esto era lo único que me faltaba. Verla coquetear con él, otra vez — bebí la copa de vino en un solo trago.

No pude quitarle los ojos de encima en toda la noche, yo podía verla de reojo, pero ella a mí no. La observé durante la cena y pude notar que estaba algo nerviosa, pero de seguro no le pasaba lo mismo que como conmigo. Estaba incómoda y ni siquiera jugaba con su cabello.

—Ya, Freen, deja de mirarla y préstame atención. Al parecer estoy cenando con un cactus.
—Lo siento, Malee, creo que debería irme a casa. Me siento fatal, esta empezando a dolerme la cabeza.
—Está bien, vamos.

Pedimos la cuenta y nos retiramos de la mesa. Pase bien cerca de ellos para que Becca pudiera verme, pero ni siquiera desvié la mirada. Ella se tocó los labios y eso me enojó aún más, por lo que apure el paso.

Becky

Estoy enfadada, pero sin embargo no dejo de pensar en ese beso. Fue tan húmedo y reconfortante... Me fui en mi mente por unos segundos y cuando volví a la realidad, de repente la vi pasar.

¿Freen estuvo aquí todo este tiempo? ¿Cómo es que no la vi? Y va con la señorita Malee, de seguro fue su noche de amigas. Me alegra que ella haya salido a cenar, hoy no parecía tan animada.

—Disculpa Ray, debo ir al baño un momento.
—S... ¡Señorita Freen!— se paró al escucharme pero no volteó, así que me acerqué y la tomé del hombro. Malee asintió, subió al coche y se fue.
—Oh, hola, Rebecca.
—Llámame Becc, por favor.
—Pense que no podía llamarte asi.
—Sólo las personas especiales me dicen Becc.
—¿Entonces yo sería una de ellas? ¿Y qué tal Ray, él también puede llamarte asi?
—Freen...
—¿Qué?
—Nada, dejalo asi. Creo que será mejor que vuelva dentro. Perdón por la interrupción.
—No— me tomó del brazo y me miró a los ojos— Quédate conmigo.
—¿Estás segura de que quieres eso?
—Si. Sube al auto.

Sentí pena por Ray, lo había dejado solo, pero él iba a entenderme. Después de todo aunque me haya coqueteado nunca ha pasado nada entre nosotros, supongo que seguiremos siendo amigos. Le envié un mensaje rápidamente y le pedí que me disculpara, entre tanto subí al coche sin decir una palabra.

Estoy muy confundida, ¿a dónde me llevará? ¿Qué vamos a hacer?

Dime que es real; FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora