SINIESTRO TECNOLÓGICO

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No se puede describir la emoción que sentí al ser seleccionado para formar parte de las colonias marcianas. Siempre soñé con viajar por las estrellas, el "acelerón espacial" abrió el imaginario de todos los terranos sobre viajes espaciales, hasta que finalmente el ser humano pisó Marte hace ya décadas, las colonias hoy se encuentras en su proceso de autonomización para dejar de depender de los recursos que la tierra constantemente les suministra.

Al finalizar mis maletas tomé uno de los famosos "trenes sónicos" que están siendo la gran novedad en cuanto a transporte terrestre. Realmente son muy veloces, a diferencia del tren bala, estos fueron diseñados para viajes entre continentes y si no fuese por la ONU que me facilitó un boleto para llegar lo más rápido posible a NeoAfrica y subir al ascensor planetario, jamás me hubiera imaginado montarme en algo tan fascinante. Debo mencionar que soy en extremo curioso, por lo que subirme a uno de estas maravillas de la tecnología terrana despertó de inmediato mi interés. Una vez llegué a la estación solo había una puerta y un par de ventanas, por lo que no alcancé a ver la forma del tren, asumí que era su entrada y subí. Esperé pacientemente a que vinieran a escanearme el código QR de mi boleto para someter a un para nada extenuante interrogatorio a quien sea que fuese el pobre diablo que me pueda responder los enigmas que se esconden tras el funcionamiento del tren. No tuve que esperar mucho, el tren no partiría hasta que los pocos pasajeros que iban a bordo les escanearan su boleto, por lo que en menos de tres minutos aparecería una mujer joven con un iPod de pulsera. Como estaba sentado atrás para no llamar la atención fui el último en ser escaneado, aproveché el momento y le pregunté.

—Señorita, ¿podría hacerle unas preguntas sobre el tren?, claro, si no es mucha molestia.

—En estos momentos no puedo, pero en un rato le responderé a todas sus preguntas, ahora por favor. boleto.

—Por supuesto, aquí está —saqué mi innecesariamente avanzado Samsung Galaxy s50 que me mantuvo esclavizado por 2 años para pagarlo. Abrí el acceso directo que creé para mi boleto, lo redirigí a mi proyector de mano "Shoutu" para que lo escanease.

—Con eso estamos listos, ahora por favor, póngase los cinturones de seguridad y los audífonos de anulación del sonido para evitar lesiones que pueda provocar el impacto al alcanzar la velocidad del sónido. Puede buscarme una vez su cuerpo se estabilice —Y con una sonrisa se marchó caminando hasta quedar frente a todos los pasajeros, manipuló su pulsera y se dispuso a hablar.

—Buenas tardes pasajeros, bienvenidos al tren sónico, lo último en transporte terrestre, soy un droide asistente, estoy diseñado para hacer su viaje lo más apacible posible. Por su seguridad, por favor, pónganse los cinturones de seguridad que los mantendrán a salvo de cualquier lesión que pueda provocarles la aceleración inicial del tren. Recomendamos reclinar sus asientos para un despegue más cómodo y ponerse los audífonos para anular el ruido, funcionan también como comunicador, por lo que cualquier aviso, se les será comunicado a través de ellos, mientras me encuentre conectada a ustedes compartiran una misma red, pero para entablar comunicaciones privadas, prodran conectarse via bluetooth. Por último, se recomienda que permanezcan en sus asientos durante todo el viaje, una vez el tren alcance la velocidad del sonido y se mantenga estable en esta, podrán pararse de sus asientos y transitar. De todas formas, una luz verde les indicará cuando sea seguro levantarse de sus asientos, en caso de existir un cambio en la velocidad, la luz cambiará a color rojo.

>>Sabemos que mucha gente siente curiosidad sobre el funcionamiento del tren, por lo que, en caso de dudas, me encuentro autorizada para responder cualquier pregunta relacionada con este. Muchas gracias por escuchar, tengan un excelente viaje.

Una vez terminado su discurso, se introdujo en una cabina a un lado de ella. Yo mientras tanto me dispuse a seguir los protocolos de seguridad que nos mencionó anteriormente. No entendía para que servía reclinar el asiento, pero puedo inferir por como vomitó uno de los pasajeros tras el impulso que dio el tren, que ayudaba bastante a reducir el brutal impacto que significaba alcanzar velocidades supersónicas. Finalmente, tras una hora la luz verde se prendió y se pudo escuchar la voz de la joven droide a través de los auriculares dando el aviso de haber alcanzado la velocidad del sonido.

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